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La democracia en Venezuela hace frente a intentos de magnicidio

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue víctima de múltiples intentos de magnicidio, y en solo tres años hubo alrededor de 25 conspiraciones y siete estuvieron relacionados con pretensiones de asesinarlo.

Según el programa Punto en la I: Democracia en Venezuela vs. intentos de magnicidio, de teleSur, el plan más reciente ocurrió el pasado 25 de marzo, donde en plena inscripción de su candidatura ante el Consejo Nacional Electoral, fueron capturadas dos personas con armas de fuego con intenciones de quitarle la vida.

Los implicados confesaron ser miembros del grupo terrorista Vente Venezuela, y a pesar de la denuncia los medios occidentales ocultaron el intento de magnicidio como si la única prueba para dar crédito a las alertas del gobierno venezolano fuera la concreción del hecho criminal.

Para desvirtuar el acontecimiento iniciaron una campaña de críticas a la política interna bolivariana, todo ello como parte de la estrategia de intervención extranjera orquesta por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) para desestabilizar y desacreditar a las instituciones políticas nacionales.

Al mismo tiempo, diversos sectores de oposición decidieron participar en las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio, al inscribir más de 12 candidatos, lo cual evidencia la democracia en el país caribeño.

Sin embargo, los gobiernos de Brasil y Colombia, y otras figuras políticas en lugar de denunciar la maniobra criminal, ofrecieron sus opiniones sobre el proceso electoral en curso al punto de inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela.

Lo cierto es que las graves denuncias fueron silenciadas para atacar la institucionalidad democrática de Venezuela y dar paso a la histórica promoción de actos de violencia y desestabilización. 

El 4 de agosto de 2018, el presidente Nicolás Maduro fue objeto de un frustrado magnicidio. En aquella operación fueron utilizados drones, los cuales impactaron cerca de la tarima donde el Jefe de Estado y todo su alto gobierno e invitados internacionales participaban en el aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana.

No obstante, el plan falló y todos los actores involucrados fueron detenidos y confesaron los hechos. Los integrantes del grupo terrorista recibieron entrenamiento en Colombia y fueron reclutados en las llamadas guarimbas (actos violentos callejeros).

El gobierno de Estados Unidos apoyó aquella operación, según revelaron funcionarios más cercanos a Donald Trump.

Otros intentos de asesinar a Maduro acontecieron por medio de operaciones de desestabilización, desde intentos de invasión por las fronteras de Colombia, Brasil, Curazao y Aruba con la excusa del ingreso de una supuesta ayuda humanitaria, apoyado por gobiernos de ultra derecha de los entonces presidentes, Iván Duque de Colombia y Bolsonaro de Brasil, hasta el ingreso de mercenarios por las costas venezolanas.

Solo en el 2023, las instituciones armadas del país detectaron otros cinco planes conspirativos, uno de ellos conocido como Brazalete Blanco, en el cual pensaban asaltar cuarteles, asesinar a altos funcionarios y una vez más al presidente Nicolás Maduro. En este caso, también los implicados fueron detenidos y lo confesaron todo.

El plan Brazalete Blanco consistía en entrar a Venezuela hacer un trabajo de inteligencia en varias unidades del ejército y una vez localizada la más vulnerable, la maniobra enemiga continuaría con el asalto, la toma de armas y la cobertura periodística con el objetivo de dar credibilidad a una presunta sublevación interna y con posterioridad apresar al gobernador Freddy Bernal, dijo uno de los encartados. 

La referida conspiración tenía como fecha de realización el 1 de enero para estrenar con suma violencia el 2024.

En los últimos meses del año en curso, las fuerzas bolivarianas desmantelaron otro grupo terrorista al oriente del país.

De acuerdo con los informes, hombres encapuchados tenían la misión de abrir fuego contra la multitud que daba la bienvenida al mandatario en la ciudad de Maturin.

Un mensaje permitió frustrar otro intento de magnicidio. “En Maturin será la muerte de Maduro”, rezó el texto.

De acuerdo con el periodista Miguel Pérez Pirela, en cada uno de los intentos de magnicidio contra el Comandante Eterno, Hugo Chávez Frías, y el actual presidente Maduro, la primera tarea de la derecha nacional e internacional es relativizar estos hechos a través de los medios de información.

Ellos tomarán la responsabilidad de los mismos si cumplen en sus planes de concretar los magnicidios, de fallar, como siempre, recurren a responsabilizar al gobierno y hacen de la víctima el victimario.

Para asesinar a un mandatario o una figura política, el enemigo prepara a la población por medio del descrédito. Ello forma parte del manual del golpe blando, un mecanismo de intervención extranjera indirecta creado por la CIA para las nuevas condiciones geopolíticas de finales del siglo XX y principios del XXI, asegura el escritor e intelectual cubano, Raúl Capote.

A juicio del experto, la guerra económica busca llevar a las personas a un estado de desesperación tal que anule su capacidad de razonar con lucidez, mientras los promotores del asesinato hacen su trabajo sucio en redes sociales.

El asesinato es un proceso deliberado, dirigido a destruir la credibilidad de una persona, un dirigente político, un presidente, un grupo social, un país, con el objetivo de aislarlo, dejarlo indefenso ante sus agresores, para así justificar cualquier atrocidad cometida, agregó.

La maniobra consiste también en construir una imagen falsa de esa persona, someterla a un proceso de descrédito extraordinario por todas las vías y medios, de manera que cuando ocurra una acción contra ella, la gente justifique o encuentre correcto el ataque por muy bárbaro que sea.

En opinión de Capote, hoy en las redes sociales los procesos revolucionarios enfrentan sistemas de inteligencia artificial y la llamada Big Data , todo ello permite organizar enjambres de ataque con la misión de sembrar incertidumbre, desesperación, miedo, zozobra y caos.

Estudios de Big Data contemplan el uso de información para ser utilizada para la labor subversiva y movilizarla en cumplimiento de determinados objetivos y mediante la micro segmentación del público y así manejar de forma particular y específica las preocupaciones en cada barrio, cada familia, cada persona.

El dominio de la inteligencia artificial facilita a los analistas construir modelos capaces de predecir atributos ocultos, incluso conocer elementos como las preferencias políticas, orientación sexual.

Al retomar la realidad venezolana, la periodista Madelein García, de teleSur, comenta como algunos periodistas y medios de comunicación de oposición minimizaron las últimas denuncias del presidente Nicolás Maduro y el plan para asesinarlo.

Uno de los detenidos durante el acto de inscripción de la candidatura de Maduro, identificado como Jerry Ostos Perdomo, fue vinculado al chavismo, pero las investigaciones de inteligencia y el interrogatorio a sus familiares revelaron al hombre como simpatizante del partido de la opositora extremista María Corina Machado.

Según García, no es la primera vez que en Venezuela opera el reclutamiento por la CIA de personas manipulables, incluso con problemas de salud mental y las preparan para después infiltrarlos en operaciones.

Así actúa la CIA, aseguró la comunicadora. En el año 2002, un hombre llamado Joao de Goveia abrió fuego contra un grupo de venezolanos de oposición en la Plaza Altamira, escenario de un paro petrolero. Ese hecho ocurrió ocho meses después del 11 de abril, el golpe de estado contra el presidente Chávez, recordó.

Según documentos desclasificados e información de los cuerpos de inteligencia de Venezuela, ese hombre fue preparado por la CIA en Portugal, estudiaron su perfil psicológico, borraron su mente de manera literal y reescribieron el mensaje deseado para culpar al gobierno.

Es un manual empleado en el mundo por la CIA, el caso más reciente fue la masacre en una sala de conciertos en Rusia. Contactaron por las redes a los cuatro terroristas que dispararon contra la multitud.

Asimismo, el propio asesinato del expresidente de Estados Unidos John F. Kennedy es otro ejemplo.

Estados Unidos acumula una larga lista de crímenes contra dirigentes políticos

La lista es larga en la Escuela de las Américas en Panamá, sede del Comando Sur de las fuerzas estadounidenses, aseguró Capote.

Allí son entrenados los ejércitos latinoamericanos no para enfrentar agresiones externas, sino para masacrar a los pueblos. 

Estados Unidos tiene una amplia tradición en golpes de Estado y subversión política, y hay muchos ejemplos, a saber, Paraguay 1954, Guatemala 1954, República Dominicana 1963, Brasil 1964, Argentina 1976, Bolivia 1971, Uruguay 1973, Chile 1973, con golpes de Estado contra la unidad popular organizados por la CIA.

Otro ejemplo conocido es el del líder congolés Patricio Lumumba. El director de la CIA Allen Dulles, decidió que Lumumba era una amenaza inaceptable para el mundo libre y su eliminación fue un objetivo urgente y primordial.

Lumumba fue capturado torturado y asesinado por la CIA.

Por otro lado, confirmó la cifra de atentados criminales planeados para hacer desaparecer físicamente al presidente cubano Fidel Castro ascendente a 638, para ello utilizaron diversos métodos y vías para su ejecución, pero todos fueron desarticulados por los órganos de la Seguridad del Estado.

Intentaron todo, cuenta Capote, envenenamiento, francotiradores, bombas, enfermedades.

Todo lo hicieron, organizaron, prepararon lanzando al mundo toda una enorme campaña de descrédito para justificar las acciones cometidas, subrayó.

Al retomar los sucesos sobre el último intento de asesinato al presidente Maduro, Punto en la I llamó la atención sobre la opositora María Corina Machado, quien sabía no podía inscribir su candidatura por estar inhabilitada, pero a diario comunicaba a su militancia que llegaría hasta el final, y en su lugar nombró a una sustituta, de nombre Corina Yoris.

Yoris no tenía credencial política para inscribirse y para lograrlo debían respaldarla tres partidos políticos de la llamada Plataforma Unitaria, pero ninguno accedió a inscribirla.

Sin embargo, en el orden mediático prepararon el imaginario colectivo para culpar al gobierno y al Consejo Nacional Electoral (CNE) de impedir su inscripción.

Al respecto, la politóloga Indira Urbaneja comentó la abierta manipulación de la opinión pública fraguada por la oposición extremista que un día abrazó a Juan Guaidó y ahora avanza entorno a María Corina Machado.

El sector de la Plataforma Unitaria Democrática está muy fracturado a lo interno. Por tanto, el gran y único motivo por el cual personas como Corina Yoris no fueron postuladas es porque ellos, dentro de su enanismo político y sus peleas internas decidieron no apoyar esa candidatura, apuntó Urbaneja.

Sobre el particular, el periodista Miguel Pérez Pirela agregó que María Corina Machado no pudo inscribirse porque su partido Vente Venezuela nunca fue inscrito en el Consejo Nacional Electoral.

Vente Venezuela, un poco de historia

En 2014, el movimiento ultraderechista puso en marcha, junto a otros partidos de oposición, otro plan para derrocar al presidente legítimo Nicolás Maduro.

Aquella acción dejó un saldo de 45 fallecidos, más de 800 heridos y cuantiosos daños materiales a la nación valorados en 10 mil millones de dólares.

Para 2015 Vente Venezuela no cumplió con los requisitos estipulados por la ley para legalizarse como un partido político ante el CNE.

A su vez, en 2017, el movimiento formó parte de la Mesa de la Unidad Democrática, la cual organizó durante más de 3 meses manifestaciones violentas, con un saldo de 172 muertos y más de 800 lesionados.

Entre el 2018 y el 2019, Vente Venezuela apoyó los actos injerencistas del expresidente de Estados Unidos Donald Trump contra la democracia y la paz bolivariana al respaldar la autoproclamación del opositor Juan Guaidó como un supuesto presidente interino, y tejió un escenario de supuesta ingobernabilidad y de Estado fallido que nunca existió.

La organización fundada por María Corina Machado también secundó el bloqueo de los activos de la Empresa Petróleo de Venezuela (PDVSA) y el saqueo de las refinerías nacionales CITGO y Monómeros.

También defendió que el Reino Unido robara las reservas de oro del país y retuviera los recursos financieros del Banco Central de Venezuela (BCV) en bancos europeos.

En 2023, el fiscal general de la nación, Tarek William Saab, mostró evidencias donde el movimiento Vente Venezuela recibió recursos de la ExxonMobil para boicotear el referendo consultivo del 3 de diciembre, cuando fuera relegitimada la soberanía venezolana sobre la Guayana Esequiba.

El enemigo tratará de impedir la reelección de Nicolás Maduro

El escritor cubano Raúl Capote llamó la atención a las coincidencias de las campañas y conspiraciones contra Venezuela con los procesos electorales y con una gran participación de los grandes medios de comunicación encargados de minimizar e invisibilizar todo en torno a los éxitos de los procesos electorales.

Asimismo, alertó sobre los esfuerzos para impedir la reelección de Nicolás Maduro y para ello recurrirán hasta su asesinato.

En ese sentido, el periodista Miguel Pérez Varela llamó a no olvidar que sobre la cabeza del presidente Nicolás Maduro pesa incluso una recompensa de 15 millones de dólares para su asesinato.

 “Si en estos momentos una figura política contemporánea está en peligro de muerte es precisamente el presidente Nicolás Maduro”, subrayó.

Si algo así fuera fraguado con altos funcionarios de Estados Unidos y Europa, ¿qué hubiera pasado?

A criterio de Pérez Varela, al parecer la vida de los mandatarios de los líderes latinoamericanos vale menos que la de sus homólogos en los Estados Unidos y la Unión Europea, donde incluso protestar frente a un presidente, lanzarle un zapato o un huevo generaría un escándalo internacional, pero en la región latinoamericanas son relativizados los magnicidios.

Por otro lado, resulta paradójico que las naciones críticas de la democracia venezolana jamás permitan a sus políticos pedir la intervención militar extranjera, soliciten sanciones económicas y mucho menos inciten a la comisión de actos de terrorismo.

En diversos países llamar a una intervención extranjera contra su propio país es considerado un delito de traición a la patria o de sedición. 

Por ejemplo, en EE.UU. la traición a la patria es considerado un delito federal, y el culpable puede ser condenado a pena de muerte o prisión; en Francia se castiga con 30 años de cárcel; en España la pena es entre 10 a 15 años, en Brasil son 30 sin derecho a indulto, y en Colombia el castigo es la pena de muerte.

Sin embargo, en el caso venezolano el gobierno de Maduro es criticado porque las instituciones judiciales inhabilitaron a María Corina Machado para ejercer cualquier cargo público durante 15 años, a pesar de haber cometido delito de traición a la patria por obedecer intereses de poderes extranjeros y auspiciar la intervención militar.

Conforme a los críticos del proceso bolivariano, Venezuela no cumple con el Acuerdo de Barbados. Sin embargo, el pacto establece la participación de los políticos en las elecciones presidenciales siempre y cuando cumplan con la constitución y las leyes,

Por tanto, si un político llama a subvertir el orden y está inhabilitado como de hecho ocurrió con María Corina Machado no podrá participar.

Además, el acuerdo instituye el diálogo amplio y permanente. En atención a este punto, la Asamblea Nacional de Venezuela convocó a todos los sectores del país para crear las reglas del juego de estas elecciones presidenciales y para ello firmaron el Acuerdo de Caracas.

En ese convenio, los sectores de la oposición manifestaron su desacuerdo en usar las vías violentas para llegar al poder, firmaron con el gobierno y otros actores de la vida nacional como empresarios, intelectuales, académicos el rechazo a la injerencia extranjera y a las incitaciones a la violencia encaminadas a asesinar al presidente Nicolás Maduro.

Todos convinieron en la defensa de la paz y la estabilidad del país de cara a las elecciones presidenciales del 28 de julio, pero un pequeño grupo apoyado por Estados Unidos busca desestabilizar y hacer creer que no hay elecciones libres ni transparentes.

Tomado de Al Mayadeen

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