Culturales

Concluye gira del Ballet Nacional de Cuba por ciudades europeas

Por Ahmed Piñeiro Fernández.

Con una muy aplaudida representación “Don Quijote”, la misma obra con que se inició la gira por ciudades europeas el 5 de abril pasado, el Ballet Nacional de Cuba se despidió este año de España, el domingo 2 de junio, en el Teatro Principal de Zaragoza.

En la función de despedida y cierre, los papeles principales del más famoso de los grandes ballets de Marius Petipa con tema español, en versión coreográfica de Marta García y María Elena Llorente (dirección artístico-coreográfica de Alicia Alonso), música de Ludwig Minkus y libreto de Salvador Fernández, fueron interpretados por Anette Delgado (Kitri), Dani Hernández (Basilio), Estefanía Hernández (Mercedes), Jorge Guerra (el torero Espada), Gabriela Druyet (Reina de las Dríadas) y Alianed Moreno (Amor), quienes al final de la representación, junto al resto de los intérpretes y de la primera bailarina Viengsay Valdés, directora general de la compañía, recibieron el agradecimiento de un público especialmente afectuoso que llenó el más importante teatro de la capital de Aragón, y puesto de pie, ovacionó durante varios minutos a los artistas cubanos.

La gira, que abarcó Lisboa -capital de Portugal- y 21 ciudades españolas fue, sin dudas, y a pesar de varios contratiempos y dificultades, un éxito rotundo desde el punto de vista artístico. Así lo demuestran las muestras de afecto y empatía y las largas ovaciones acompañadas de gritos de ¡Bravo! (y en algunos casos de ¡Cuba! y ¡Viva Cuba!) que recibieron nuestros artistas en las 28 funciones ofrecidas, en total: 19 de la versión integral de “Don Quijote”, y 9 programas tipo concierto danzario en los que, indistintamente, se escenificaron obras de diferentes estilos y maneras de asumir el hecho danzario, y que incluyeron, entre otras obras, el segundo acto de “Giselle”, en versión de Alicia Alonso; “La muerte del cisne”, de Michel Fokine; “Majísimo”, de Jorge García; “Rítmicas”, de Iván Tenorio; el dúo de amor de “Espartaco”, de Azary Plisetsky;

“Séptima sinfonía”, de Uwe Scholz; “La muerte de un cisne”, de Michel Descombey;

“Didenoi”, de Maruxa Salas; “Double Bounce”, de Peter Quanz; “Love Fear Loss” (tercer pas de deux), de Ricardo Amarante; y “Muto”, de Alberto Méndez. Estas actuaciones posibilitaron, además, que jóvenes bailarines de la compañía asumieran por primera vez papeles destacados dentro de las obras presentadas.

Una foto necesaria

Una vez concluida la última función en el Teatro Principal de Zaragoza., los integrantes del Ballet Nacional de Cuba recordaron a José Martí, tomándose una foto desde el palco número trece, ubicado en la segunda planta del edificio, desde donde el joven Martí y su inseparable amigo Fermín Valdés Domínguez —asiduos asistentes al Teatro Principal de Zaragoza, gracias a su amistad con varios artistas de esa institución—, solían ver los espectáculos —principalmente obras de teatro— que se ofrecían en el hermoso coliseo.

Y ya regresa el Ballet Nacional de Cuba a la Isla. Tras algunos días de necesario descanso, continuará con el montaje de “Lucile”, un ballet que el bailarín y coreógrafo danés Johan Kobborg ha creado especialmente para la compañía, y cuyo estreno está prevista para el 6 de julio, en la primera función de un ciclo de cinco que tendrá como principal propósito festejar el décimo aniversario de la primera colaboración con los

Amigos Británicos del Ballet Nacional de Cuba, que generosamente han posibilitado —entre otras cosas— el enriquecimiento del repertorio de la compañía. El primero de esos aportes fue el ballet “Celeste”, de la belga-colombiana Annabelle Lopez Ochoa, estrenado en 2014, en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional, título que también subirá a escena en esa temporada.

Departamento de prensa

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