Israel libera al Sheikh Ikrimah Sabri, pero sin regresar a Al-Aqsa
Autoridades de Israel liberaron al predicador de la Mezquita Bendita de Al-Aqsa, Sheikh Ikrimah Sabri, tras retenerlo durante varias horas, con la condición de no regresar al sagrado recinto.
El abogado Khaled Zabarqa detalló a la prensa que la policía de la Jerusalén ocupada emitió la decisión para liberarlo a Sheikh Sabri, y al mismo tiempo una orden administrativa para expulsarlo del sagrado recinto hasta el próximo domingo, renovable por un período de seis meses.
Más temprano este viernes, la policía irrumpió en su casa del barrio de Al-Sawwaneh, en la Jerusalén ocupada, y arrestó al religioso palestino (84 años), acusado de lamentar en su sermón el martirio del jefe del buró político de Hamas, el mártir Ismail Haniyeh.
Tal arresto de Sheikh Sabri fue antecedido por una campaña de incitación en los círculos israelíes, cuando varios ministros del gobierno de ocupación y miembros de la Knesset (parlamento israelí) pidieron la detención del imán de la mezquita de Al-Aqsa y la retirada de su identidad, después del obituario de Haniyeh.
Desde el púlpito de Al-Aqsa, el predicador compartió el luto por el mártir Haniyeh, y habló de las virtudes de los mártires y los fieles.
El sermón incluyó cánticos colectivos de Allahu Akbar por parte de los fieles, y luego oraciones por su alma, la de su compañero caido a su lado y las de todos los mártires palestinos.
El religioso dijo en su sermón este viernes: “El pueblo de Jerusalén, las afueras de Jerusalén y aquellos que están en el púlpito de la bendita Mezquita de Al-Aqsa, consideran ante los ojos de Dios al mártir Ismail Haniyeh, y le pedimos a Dios, el Todopoderoso, para tener misericordia de él y colocarlo en Su espacioso Paraíso”.
Sheikh Sabri fue sometido a una campaña continua y sistemática de incitación por parte de la ocupación israelí, y desde el comienzo de la segunda Intifada se han presentado decenas de denuncias contra él.
Estas denuncias dieron lugar a demandas y acusaciones de incitación, a raíz de las cuales fue perseguido por la policía y víctima frecuente de detenciones, citaciones, prohibiciones de viaje y una serie de medidas.
Al mismo tiempo, se le impidió entrar en Cisjordania, además de irrumpir con frecuencia en su casa en el barrio de Al-Sawana, y recibir amenazas de demoler el edificio en que se encuentra su apartamento con el pretexto de que sus residentes no completaron los trámites para obtener la licencia del proyecto.
Tomado de Al Mayadeen