La esperanza está en la calle (Fotorreportaje)
Historia de una marcha en primer plano
Por Yaimi Ravelo / Cobertura Especial desde Venezuela para Resumen Latinoamericano.
La convocatoria estaba lanzada desde el miércoles pasado. Una marcha general en Caracas para detener con la fuerza del pueblo la ola de violencia que intentaba desatar el fascismo en Venezuela.
Este sábado fue el parón final. Lo viví en primer plano.
Llegué a la avenida Libertador, un mar de rostros sonrientes atacaron el lente de mi cámara, invadían mi espacio para bailar, para acompañarlos en la alegría del triunfo. Me hicieron parte de ello.
Las marchas en Venezuela tienen un ritmo peculiar. El acento cubano me delata, rodeada de buenos panas descubrí otras maneras para andar; una mano sobre un hombro, la otra en tu cintura, y así se multiplica la fila de tus más fieles compañeros, jamás te dejarán rezagado.
El guía de mi fila roja, con los ojos de Chávez en la frente alzaba una corneta. Al compás de la más genuina salsa venezolana ya estaba en la calle Andrés Bello, el destino era Miraflores. Era preciso apoyar el presidente electo.
El pueblo venezolano decidió democráticamente su destino, por eso quiere marchar, para que el mundo lo vea, para retumbar en los medios, para no ser invisibles ante los ataques cibernéticos.
La marcha crece en área y volumen según atraviesa las principales avenidas de Caracas, llegando a Miraflores ya escuchamos a Maduro hablar. Las esquinas están custodiadas por pantallas gigantes y altavoces.
Justo en Urdaneta sabíamos que no alcanzábamos llegar. Maduro estaba a cuatro cuadras de nosotros y nosotros con él muy cerca.
Éramos millones a cuatro cuadras del presidente de Venezuela. Yo estaba invitada a celebrar, a recoger con mi lente las historias en los rostros, el regalo de una marcha en primer plano.
La esperanza está en la calle y no la pueden ocultar.
