DestacadasInternacionalesNoticia del día

Un repaso por las condenas de Alberto Fujimori

A los 86 años murió ayer Alberto Fujimori, el exdictador que entre 1990 y 2000 encabezó un régimen autoritario marcado por las violaciones a los derechos humanos y la corrupción. Murió en libertad, en la casa de su hija y heredera política Keiko, a pesar de haber sido sentenciado en 2009 a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad y varios cargos de corrupción.

La noticia la dio a conocer su hija, Keiko, quien siguió el legado de su padre y se presentó como candidata en las últimas elecciones.

“Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma”, escribió Keiko Fujimori. El breve comunicado llevó la firma, además, de Kenji, Sachie e Hiro, los otros hijos del expresidente de Perú.

En mayo pasado, el exmandatario había informado que tenía un tumor maligno en la lengua. Fue un nuevo problema en esa parte del cuerpo, aquejada por una lesión cancerígena desde hacía 27 años. Por esa causa le habían practicado seis cirugías en poco menos de tres décadas.

Además, padecía otras afecciones estomacales, vasculares, de presión arterial y pulmonares.

En los últimos días, su estado de salud se había agravado y los médicos informaron que “está luchando por su vida”. Finalmente, este miércoles se conoció la noticia de su deceso. El exmandatario, de 86 años, falleció en la casa de su hija Keiko Fujimori, donde residía desde su excarcelación en diciembre pasado. 

Un repaso por los crímenes de Fujimori

El exdictador, electo en 1990 (entonces derrotó a Mario Vargas Llosa), dio un autogolpe en 1992 en colaboración con las Fuerzas Armadas, disolvió el Parlamento, abolió la Constitución e intervino el Palacio de Justicia. Fue reelecto en 1995 y 2000, en comicios muy sospechosos.

Se mantuvo en el poder durante diez años, los cuales estuvieron salpicados por varias masacres, incluida las de Barrios Altos y La Cantuta -que le sirvieron una condena de prisión-, así como de graves violaciones a los derechos humanos. Durante su mandato se gestó la mayor red de corrupción de la historia peruana, liderada por su asesor “en la sombra” Vladimiro Montesinos, quien también fue preso. En septiembre de 2000, se difundió un vídeo en el que se veía a Montesinos entregando dinero a un congresista opositor, y esto obligó a Fujimori  a anunciar que iba a convocar a nuevas elecciones, a las que aseguró que no se presentaría.

Dos meses después, escapó del país y renunció a la Presidencia mediante un fax enviado desde Japón, donde permaneció hasta 2005, cuando viajó a Chile, que lo extraditó a Perú en 2007.

Entre 2007 y 2015 acaparó cinco condenas en la Justicia de Perú, por un total de 52 años y medio de cárcel. 

  • La primera condena vino en noviembre de 2007, y fue de seis años, por usurpación de funciones. Fue por un hecho también de noviembre, pero de 2000. Antes de su renuncia Fujimori supervisó en persona el allanamiento de la casa de Trinidad Becerra, exesposa de Vladimiro Montesinos, principal asesor del gobierno. Montesinos, considerado el monje negro del fujimorismo, había sido grabado cuando sobornaba a un diputado opositor, en un escándalo que fue el comienzo del fin del régimen.
  • En abril de 2009, con Fujimori ya en Perú, recibió una condena histórica de 25 años por crímenes de lesa humanidad. Fue hallado culpable de homicidio calificado con alevosía, lesiones graves y secuestro agravado correspondientes a los casos de las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992) y los secuestro del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer Ampudia. Un total de 25 personas fueron asesinadas en esas matanzas a manos de grupos paramilitares. Los secuestros también los hicieron los militares, el de Gorriti, en las horas posteriores al autogolpe.
  • Tres meses después de la condena por violaciones a los derechos humanos el exdictador sumó una sentencia por peculado y falsedad ideológica. Había pagado una 15 millones de dólares de manera ilegal a Montesinos. Le dieron siete años y medio.
  • Más tarde sumó otros seis años por espionaje telefónico, comprar medios de comunicación en 2000 y pagarle a diputados para que se pasaran de bloque en el Congreso.
  • En 2015, Fujimori añadió otros ocho años por peculado. La Justicia consideró probado que había desviado 122 millones de soles peruanos destinados a las Fuerzas Armadas para comprar espacios en diario sensacionalistas.

En 2017, el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski lo indultó con el argumento de que una junta médica había determinado que padecía una “enfermedad progresiva, degenerativa e incurable” y que las condiciones carcelarias implicaban grave riesgo para su vida.

Sin embargo, investigaciones posteriores señalaron que el indulto fue otorgado como consecuencia de un aparente acuerdo político con el hijo menor del exmandatario, el entonces legislador Kenji Fujimori, para evitar que prospere la destitución por acusaciones de corrupción contra Kuczynski, quien finalmente renunció al cargo en marzo de 2018. La gracia presidencial fue anulada posteriormente por un juez y Fujimori debió volver a la cárcel, después de que Kuczynski dejará el cargo y Kenji fuera desaforado por el Congreso en medio de un duro enfrentamiento político con su hermana Keiko.

La Justicia peruana confirmó en enero de 2020 que debía ser juzgado por el “caso Pativilca”, en el que se atribuye al grupo Colina el asesinato de seis dirigentes comunales de esa localidad del norte de la región Lima.

La polémica en torno a su figura ha llegado a dos de sus cuatro hijos, considerados sus herederos políticos: la tres veces candidata presidencial Keiko, que es juzgada por presunto lavado de activos, y el exlegislador Kenji, condenado a 54 meses de prisión por tráfico de influencias.

Finalmente, en diciembre pasado, el Tribunal Constitucional ordenó su liberación, undesafío a las órdenes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) y una última muestra de la influencia sobre el poder que tuvo Fujimori hasta su último minuto.

El fujimorismo tiene en su haber otras cuestiones, como la represión feroz en la recuperación del residencia del embajador de Japón, en abril de 1997. Había sido tomada por miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, y todos los asaltantes fueron abatidos, además de un rehén. También se señala a Fujimori por la esterilización forzosa a mujeres en los Andes, una práctica que, se calcula, afectó a más de 200 mil personas. 

Fuente: Página/12

Foto: AFP

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *