Cuba: Desembarco de rebeldía y heroísmo
Con proa rumbo a la libertad, y surcando el mar en una travesía épica de México a Cuba, 82 hombres a bordo de un pequeño yate protagonizaron –hace hoy 68 años– un desembarco de rebeldía y heroísmo que hizo renacer el sueño emancipador de una nación y su pueblo.
Era entonces el 2 de diciembre de 1956, y en un lugar conocido como Los Cayuelos, a unos dos kilómetros de playa Las Coloradas, en Niquero (provincia de Granma), tendría lugar, entre gélidas aguas y mangles enrevesados, la epopeya de los expedicionarios del yate Granma.
Qué convicción tremenda la de aquellos bisoños revolucionarios liderados por Fidel, al enrolarse en una aventura libertaria con más coraje que armas, y llegar a la Patria decididos a ser libres o mártires.
Qué resistencia estoica la de aquellos hombres que a pesar de haber sido fustigados durante varios días y noches por las tempestades del mar, fueron capaces de transitar con hambre, sed, cansancio y el armamento a cuesta, una costa fangosa con el agua al pecho, y luego, un pantanoso y enmarañado manglar con mosquitos, jejenes y ramas espinosas que cortaban la piel.
Qué valentía descomunal la de aquellos expedicionarios, que tres días después del desembarco enfrentaban su bautismo de fuego con el revés de Alegría de Pío, y a pesar de derramarse la sangre valerosa de los primeros héroes y de la dispersión de la incipiente tropa, en un grito de guerra se enunciaba la certeza de sus ideales: ¡Aquí no se rinde nadie…!
Y qué coincidencia hermosa aquella que reafirmaría la decisión de lucha de los 82 corajudos a bordo del Granma, cuando en Cinco Palmas, el 18 de diciembre, tras el reencuentro de Raúl y Fidel, y con apenas ocho hombres y siete armas, se lanzara una profecía inquebrantable: «¡Ahora sí ganamos la guerra!».
En lo adelante la Sierra Maestra se pintaría de verde olivo hasta lograrse el triunfo del 1ro. de Enero de 1959. En ese primer año en Revolución surgirían las Fuerzas Armadas Revolucionarias (far), cuya doctrina de guerra de todo el pueblo tiene su raíz fundacional en la misma fecha del desembarco heroico, y en la hazaña escrita, para todos los tiempos, por sus expedicionarios.
Tomado de Granma.