Cuba

Anécdotas del Primer Congreso del PCC

Por Noel Domínguez*

Del 17 al 22 de diciembre de 1975, tuvo lugar el 1er Congreso del Partido Comunista de Cuba, cuyo Comité Central fue dado a conocer 10 años atrás por el Comandante en Jefe en acto donde resaltó, explicando los motivos, la ausencia en sus filas de uno de sus más valerosos, reconocidos y admirados héroes Ernesto Guevara de La Serna.

La preparación de tan magno evento había sido organizada, años atrás, minuciosamente, desde la adquisición de vehículos automotores norteamericanos ensamblados en Buenos Aires, – que dio lugar a una formidable postura del entonces presidente argentino Juan Domingo Perón, en respuesta al gobierno de Estados Unidos que pretendió impedir el autorizo de venta a sus subsidiarias en ese país, anunciándoles la nacionalización a que serian expuestas- algunos de los cuales serían destinados a la transportación de los invitados, en funciones de protocolo y otros se utilizarían para el transporte púbico.

También se contó con la remodelación de las casas de El Laguito y del hotel Riviera, sedes de alojamientos principales, así como del antiguo teatro Blanquita, -para ese entonces ya denominado con el nombre del precursor del socialismo científico- que incluyeron la preparación especializada de ignífugos en prevención de fuegos en las alfombras, hasta múltiples ensayos del desplazamiento de las caravanas de autos, supervisados por el después designado miembro del Buró Político Pedro Miret Prieto.

Se incluyeron visitas, con la presencia física del Comandante en Jefe y de Raúl, en repetidas ocasiones para constatar -por aquello de confía pero comprueba o de tocar con las manos los asuntos principales- la calidad de las obras constructivas que se emprendían a todo esfuerzo en lucha contra reloj.

En uno de aquellos memorables controles, donde siempre se aprendía algo, Raúl, haciéndose acompañar por Almeida, sanamente bromeó con un músico que intentaba ensayar en el escenario del Copa Room del cabaret del hotel Riviera, al pedirle que entonara “La Lupe” y al no materializarse adecuadamente, en broma afirmó “tu no eres músico, eres del G2 traído para protegernos durante esta visita”.

Todo o casi todo, al menos en materia de Seguridad y Protección había sido previsto, no obstante, surgieron los imponderables, algunos de los cuales, hoy se pueden divulgar, gracias a cierta jocosidad, que por supuesto en aquellos momentos fueron juzgados con mucha severidad.

El entonces Coronel Ramiro Mayáns Rodríguez, prestigioso Segundo Jefe de la DGCI, de la época, actuaba como Jefe Principal del Centro Operativo constituido para el Aseguramiento y Protección de las Delegaciones Extranjeras, previsor y exigente como siempre fue, había ordenado que el Departamento de Zoonosis del MINSAP, recogiera y pusiera a buen recaudo a cuanto perro sato anduviera deambulando por alrededores de hoteles, teatros y casas de alojamiento.

Sin embargo en una de las sesiones previas en que se debatían y revisaban importantes y decisivas temáticas, cuando más concentrado estaban los delegados, desde el mismísimo techo del Teatro Karl Marx, un intruso, inoportuno y no invitado gato pardo cayó estrepitosamente y como un bólido saltó por encima de asientos hasta perderse por un pasillo ante el estupor de los presentes.

Cuando “El Chino” Mayáns impugnó, como él sabía hacerlo y hasta con cierta aspereza, a Oscar, el novel oficial operativo, encargado de aquella tarea con el MINSAP, este muy nervioso, solo atinó a decirle que él “había transmitido solo la orden de capturar y guardar a los perros, no a los gatos”.

En el 49 Aniversario del magno evento. ANÉCDOTAS DEL PRIMER CONGRESO DEL PCC (2da parte y Final)

Y… hasta que llegó el memorable día de inauguración el 17 de Diciembre, -coincidiendo con el aniversario 145 de la muerte del Libertador Simón Bolívar- que aconteció a las 8 en punto de la mañana. Todo estaba listo y organizado excelsamente, el entonces Comandante de División y Segundo Secretario del CC del PCC Raúl Castro Ruz inició impecablemente su discurso inaugural de presentación señalando la presencia de 3136 delegados y 86 delegaciones extranjeras invitadas, entre las cuales se destacaba la de la URSS presidida por el miembro del Buró Político, Mijail Suslov, Yivkov, 1er Secretario de Bulgaria, Kadar por Hungría , el General vietnamita Nguyen Giap así como otras muchas personalidades políticas.

Pero como toda obra humana, susceptible a fallas, en la relación de todo el resto de los distinguidos visitantes que honraban con su presencia, leída en detalle por otro presentador, se omitió casuísticamente, nada más y nada menos que al mismísimo 1er Secretario del Partido Comunista de España, Don Santiago Carrillo, dado lo cuál, el sempiterno orgullo español, se resintió ofendido.

En el primer receso, el del almuerzo, el Comandante en Jefe, alertado al respecto, decidió visitarlo a su habitación del hotel Riviera a manera de desagravio, gesto de extraordinario valor humano que mucho agradeció después, en privado y en público, el comunista español, aunque la visita también puso en aprietos al sistema de seguridad establecido en el hotel por parte de la Contrainteligencia.

El parqueo pequeñísimo, de servicio interno, con que se construyó esa instalación, dificultó la maniobra de estacionamiento del carro negro Zill soviético en que, entonces, acostumbraba desplazarse el Comandante -muchos años más tarde, lo desmontaron de los “burros” en que estaba preservado, para de manera alegórica utilizarlo en la transportación conjunta con el ex Presidente norteamericano Carter durante su visita a Cuba.

Además, como si fuera poco, el entonces jefe de escolta alterno, no previendo esa irregular ocurrencia, no dominaba el numero exacto de la habitación que ocupaba el visitante, cayendo en contradicción con el expuesto al Comandante por la Contrainteligencia, lo cual este solucionó con su proverbial instinto- que siempre lo ha preservado de las acciones del enemigo-, al orientar al oficial a cargo que fuera él personalmente, quien le tocara la puerta de la habitación al ofendido huésped invitado de honor, el que la abrió y, sorprendido con tamaña presencia, se fundió en largo abrazo con el líder de la Revolución.

Otro inesperado acontecimiento lo constituyó la coincidente y también intempestiva visita del en aquel entonces, 2do Secretario del CC del PCC, con iguales fines a la ya famosa habitación, así como su personal solicitud de búsqueda de un fotógrafo para dejar registrada tan histórica reunión de los dos hermanos con Carrillo, lo que por demás, puso a escoltas y oficiales de la Contrainteligencia a correr de nuevo.

Algo después, se aproximaba exitosamente la fecha de clausura. Los funcionarios del Protocolo se aprestaban a dejar encima de las camas de los huéspedes en sus habitaciones de los hoteles, algunos obsequios para la ocasión, cajas de finos bombones incluidos. Mayáns con su singular perspicacia, mandó a degustar casuísticamente algunos, y cuál no sería la sorpresa, cuando una oficial operativa, la rubia Marylin de las pocas mujeres oficiales operativos de aquel entonces, alarmada apreció una sustancia ajena y dura al morder eventualmente los de una caja, que de inmediato, dada la hipersensibilidad del momento alguien consideró contentivo, nada menos que de posibles cristales.

En Villa Marista dirigidos como jefe por el Coronel José Hamel Ruiz -hoy retirado- se mantenían acuartelados un grupo de prestigiosos investigadores como los Coroneles Caldeiro -también retirado- y Yanes Arjona -fallecido después en 1979 en lamentable accidente automovilístico, precisamente el día que se le iba a otorgar en El Laguito por el Comandante en Jefe, la Medalla del 20 Aniversario de la Seguridad-, los cuáles fueron solícitamente convocados para el Riviera por “El Chino” para las investigaciones pertinentes y virtualmente llegaron “volando” dada la prioridad del acontecimiento, mandándose a recoger preventivamente y de inmediato todas las cajas de bombones ya distribuidas en las respectivas habitaciones.

Como quiera que resultara imposible, dado lo perjudicial de las posibles radiaciones, someter a pesquisaje de Rayos X, las cajas retenidas, a alguien se le ocurrió degustarlas casuísticamente mientras se obtenían los resultados de laboratorio de la “sospechosa” muestra inicial. Posterior, las resultantes científicas sobre la referida sustancia, fueron inocuos, solo se trataba de un poco de cacao endurecido y no bien triturado industrialmente.

No apareció el “peligroso vidrio”, pero el empacho de los degustantes fue de altura.

El evento, clausurado con una gran concentración popular de más de un millón de ciudadanos en la Plaza de la Revolución el domingo 22, constituyó todo un éxito desde el punto de vista político, de organización y del cumplimiento oportuno y sin estridencias, como siempre han exigido nuestros dirigentes, de medidas eficientes de seguridad y protección, muy a pesar de que paralelamente se organizaban discretamente, los traslados hacia Luanda, del mayor contingente de jefes, oficiales y combatientes del Minfar y el Minint para garantizar la consolidación del poder revolucionario del Movimiento Popular de Liberación de Angola -MPLA- en la hermana nación angolana que recién proclamaba su independencia.

El acontecimiento partidista, determinó la presencia en Cuba de la más numerosa concurrencia de personalidades extranjeras y estadistas del mundo entero, hasta aquel entonces, transcurrido sin contratiempos y concertó el mayor respaldo universal de los comunistas y los partidos en el poder a nuestro proceso revolucionario y a su dirigencia.

(*) Periodista de Prensa Latina/ Colaborador del Resumen Latinoamericano, Escritor.

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