Internacionales

El mercenarismo en Ucrania

Por Hedelberto López Blanch* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

Más de 13 000 mercenarios extranjeros han llegado a Kiev, según medios de prensa, desde el inicio de la Operación Militar Especial lanzada por Rusia para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania la que se convirtió en punta de lanza contra el gobierno de Moscú.

De ellos 6 000 han muerto en los campos de batalla, mientras otra gran cantidad ha huido para no perder la vida en una guerra que no les pertenece ni pueden ganar.

Desde el principio del conflicto, Ucrania con apoyo de agencias y compañías en Estados Unidos, Inglaterra, Francia y otras naciones europeas, buscaron mercenarios dispuestos a combatir contra Rusia.

En el contexto de una situación precaria en los frentes de guerra con pérdidas críticas y escasez aguda de combatientes pese a los reclutamientos forzados, las Fueras Armadas Ucranianas (FAU) los atraen con contratos lucrativos, así como con falsas promesas de buenas condiciones y servicios en unidades de retaguardia alejados de la zona de combate activo.

Las agencias ofrecen alrededor de 4 000 euros al mes a cada combatiente; en caso de resultar herido pueden recibir hasta 26 000 euros y si muere, sus familiares recibirían 37 000 euros, aunque todo eso solo queda en el papel.

Datos de la inteligencia rusa atestiguan que la mayoría son polacos, estadounidenses, británicos, canadienses, georgianos, latinoamericanos (mayormente colombianos) y del Medio Oriente.

Una reciente investigación realizada por la Agencia de Prensa Rural de Colombia y publicada por el periodista Tito Magdalena asegura que Ucrania ha intensificado sus esfuerzos por encontrar mercenarios en todo el mundo pues el país está sufriendo pérdidas catastróficas y no hay ciudadanos propios para tapar los agujeros de su defensa.

El artículo informa que unos 2 000 colombianos han viajado a Kiev para enrolarse como mercenarios y ganar dinero en una guerra de la que nunca volverán a casa, y los sobrevivientes cuentan verdaderos horrores pues los mandos los tratan como seres de segunda clase.

Muchos voluntarios, afirma la Agencia de Prensa Rural, se quejan de retrasos en los pagos pues por regla general el dinero destinado a los salarios de mercenarios son malversados por oficiales ucranianos y hasta los envían a lugares peligrosos como carne de cañón pues si mueren los dan como desaparecidos y no tienen que abonar los adeudos.

Muchos extranjeros, concluye el artículo, se encuentran ahora en la región rusa de Kursk donde se libran las batallas más terribles, aunque tampoco es más fácil para los que se quedaron en la región del Donbass.

En Colombia se informó que la familia de Óscar Triana perdió contacto con él seis semanas después de su llegada a Ucrania. No hubo llamadas de Óscar, dejó de publicar en las redes sociales y como Kiev no tiene embajada en Bogotá, le resultó imposible buscar información. Solo cuando periodistas militares se involucraron en el caso se supo que el grupo donde luchaba Óscar fue derrotado cerca de Járkov. Oficialmente, está desaparecido en combate.

Desde los primeros momentos y por la perversidad contra prisioneros y poblaciones civiles que han caracterizado a muchos de los mercenarios, estos han sido uno de los objetivos prioritarios de las Fuerzas Armadas Rusas.

Ahora con el apoyo de especialistas estadounidenses e ingleses, el Ministerio de Defensa ucraniano ha empezado a formar una empresa militar privada para “contrarrestar la amenaza rusa en todo el mundo”. Este proyecto de ley presentado a la Rada Suprema prevé la legalización en Kiev de una “empresa internacional que prestará servicios de defensa” fuera del país, describe el documento.

De esa forma se creará un denominado Servicio Estatal de Ucrania para las Empresas Internacionales de Defensa que gestionará y regulará las actividades de las compañías privadas de defensa nacionales y dependerá de la Dirección Principal de Inteligencia (GUR) junto con el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), los cuales estarán encargados de las operaciones subversivas y terroristas contra los opositores del régimen, dentro y fuera del país.

Ya estos métodos se han puesto en práctica dentro de Rusia con los ataques a periodistas, dirigentes y militares como el reciente asesinato del general Igor Kirilov o el ataque contra el centro cultural Crocus City Hall de Moscú que provocó la muerte de más de 130 personas.

También acciones similares con la anuencia de personal militar ucraniano han ocurrido recientemente en Mali y Siria, por citar solo algunos.

Los países occidentales, encabezado por Estados Unidos, han trabajado para que Ucrania continúe la guerra con el fin de debilitar a Rusia, objetivo que no han podido lograr. Pero lo cierto es que, mientras tanto, el mercenarismo y el fascismo se extienden peligrosamente por el planeta.

(*) Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de “La Emigración cubana en Estados Unidos”, “Historias Secretas de Médicos Cubanos en África” y “Miami, dinero sucio”, entre otros.

Ilustración de portada: Adán Iglesias Toledo.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *