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Denuncian que Estados Unidos usó entrega de ayuda en Gaza con fines militares y políticos

Líderes tribales denuncian que Estados Unidos excluyó a Unrwa y manipuló la ayuda humanitaria en Gaza con intereses estratégicos, según principios no humanitarios.

El mecanismo estadounidense de  distribución de ayuda en Gaza fracasó por apoyarse en objetivos militares y políticos, según denunció la Alta Autoridad de Asuntos Tribales en las provincias del sur del enclave.

Tal operativo fue criticado por excluir a las organizaciones humanitarias internacionales y emplear empresas de seguridad similares a Black Water, cuya actuación en Irak dejó un rastro de torturas e impunidad.

La autoridad señaló que este mecanismo se diseñó para provocar desplazamiento forzado, castigar a la población y presentar la entrega de alimentos como un acto de caridad, mientras se ejecutaban actos de humillación y violencia.

El comunicado calificó de previsible el colapso de esta estrategia, al surgir en un entorno dominado por acoso aéreo, hambre extrema y control militar.

Líderes tribales piden restituir el papel de Unrwa
Los representantes tribales exigieron restablecer el papel de las organizaciones humanitarias con experiencia, en particular de Unrwa, sistemáticamente marginada por las fuerzas de ocupación.

Afirmaron que el fracaso del plan evidencia su naturaleza de mecanismo de muerte y privación, que pretende borrar la presencia palestina en Gaza mediante la presión alimentaria.

Destacaron que el pueblo palestino ha resistido con firmeza esta ofensiva disfrazada de asistencia, y que los ciudadanos no permitirán ser doblegados por el hambre ni desplazados de su tierra.

El comunicado insistió en que la distribución debe guiarse por criterios de neutralidad y derecho internacional, no por estrategias militares encubiertas.

Ayuda como instrumento de castigo
Diversas facciones de la Resistencia palestina calificaron la iniciativa como una ofensa a la dignidad humana. Alertaron que el objetivo central es transformar Gaza en zonas aisladas y campos de contención, en los que el norte y el centro quedarían vacíos para facilitar el plan sionista de expulsión.

Criticaron que la empresa encargada de la distribución mantenga vínculos con el «ejército» israelí y que actúe bajo una lógica de militarización de la asistencia, desconociendo la labor de las agencias respaldadas por la ONU.

En consecuencia, exigieron transferir la distribución de ayuda exclusivamente a Unrwa, con los recursos y legitimidad necesarios.

ONU denuncia caos y exige apertura total de pasos fronterizos
El portavoz del secretario general de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, comentó que el colapso de la entrega en Rafah mostró un espectáculo conmovedor de desesperación civil, en el que miles acudieron a buscar alimentos de una empresa privada apoyada por EE.UU..

Insistió en que se debe respetar el derecho humanitario internacional y facilitar el acceso inmediato a toda la ayuda.

Subrayó que la ONU tiene un plan completo para gestionar la asistencia con principios técnicos, políticos y jurídicos sólidos, con el respaldo de países miembros.

Agregó que una coordinación eficiente y neutral es vital para evitar el hambre masiva en Gaza.

Estampida y destrucción: el fracaso logístico en Rafah
Según describió el corresponsal de Al Mayadeen, el intento de distribución fracasó el mismo día de su inicio, cuando la empresa estadounidense perdió el control del punto de entrega, lo que generó una avalancha humana que destruyó parte de la infraestructura.

La falta de organización, junto a la desesperación, desencadenó un caos incontrolable.

Al cierre,  la Alta Autoridad Tribal reafirmó que la población seguirá firme ante todo intento de manipulación, y denunció que el uso de alimentos como arma de guerra desenmascara la verdadera intención de quienes, bajo la bandera de ayuda, buscan borrar la identidad palestina.

La crisis humanitaria en Gaza se ha agravado desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023. La ONU ha denunciado repetidas veces los obstáculos impuestos a la ayuda, los ataques a infraestructura médica y el cierre de pasos fronterizos.

Más de dos millones de civiles viven bajo sitio, sin acceso pleno a comida, agua o medicamentos, mientras crece el riesgo de hambruna y desplazamientos masivos.

Fuente: Al Mayadeen

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