Presentación del informe sobre el estado de la población mundial 2025
Por: Syara S. Massip/ Resumen Latinoamericano Cuba
El informe sobre el estado de la población mundial 2025 está enfocado en la crisis de fecundidad actual, demostrando cómo la mayoría de las personas quieren tener hijos y muchas desean tener más de los que realmente pueden, y que la verdadera crisis a la que se enfrenta el mundo no tiene que ver con la despoblación, sino con la pérdida de la capacidad de acción en el ámbito reproductivo.
El Estado de la Población Mundial es un informe anual publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), cada edición cubre y analiza los desarrollos y las tendencias de la población mundial y la demografía, haciendo énfasis en regiones específicas, países y grupos de población así como los desafíos únicos que enfrentan.
La presentación en Cuba contó con Marisol Alfonso, jefa oficina del Fondo Población Naciones Unidas en Cuba (UNFPA Cuba); Matilde Molina Subdirectora del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de la Habana; Antonio Aja, director CEDEM y Juan Carlos Alfonso, vicejefe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de la (ONEI), quienes compartieron, explicaron y discutieron los hallazgos del informe.
Bajo el título “La verdadera crisis de fecundidad: alcanzar la libertad reproductiva en un mundo de cambios” se realizaron los estudios y encuestas en 14 países, con la característica de que este año se incluyó a la población masculina, dando como primer resultado que existe un incremento de las personas que hoy no quieren tener hijos, muy asociados a los contextos de los países desarrollados y de la vida moderna, donde se centran las expectativas en la realización de las personas adultas.
No obstante también se registra que la mayoría de las personas desean tener hijos a lo largo de su vida. Constata que independientemente de la alta o baja fecundidad de los países existen un numero de embarazos que son no intencionales, es decir que aún hay muchas personas que tienen más hijos de los que quería. Aunque el informe también registra que ocurre lo contrario, hay un número significativo de personas que tienen menos hijos de los que hubiese querido porque lograron hacer un ajuste en sus vidas y se limitaron a tener más hijos. El tema es que si no se dan las condiciones necesarias para tomar esas decisiones entonces no es una crisis de fecundidad, tiene que ver más con los escenarios y contextos donde no se dan las condiciones necesarias para procrear.
Otro resultado importante que se discute tiene que ver con cuales son los principales motivos para que ocurra esa crisis de fecundidad, donde las restricciones económicas y dentro de ellas los temas de contar con un empleo seguro y tener una vivienda son aspectos muy significativos.
Entre el grupo de factores que se mencionan están los que tienen que ver con las desigualdades de género, fundamentalmente con el aumento de la crisis de los cuidados. También el acceso a la salud, con un énfasis en la salud sexual y reproductiva, así como al acceso a la educación integral de la sexualidad. Otro componente asociado a la relación entre fecundidad ideal y fecundidad real se definió como el temor sobre la inseguridad hacia el futuro, factor muy frecuente en las generaciones más jóvenes que tienen una conciencia en términos de cambio climático, de los riesgos ambientales, las epidemias y sobre todo la preocupación por las guerras.

Todos estos elementos se tienen en cuenta para hablar sobre las decisiones reproductivas. El informe es muy claro sobre la importancia y la necesidad de actuar sobre estos factores que están condicionando la fecundidad real y la ideal, independientemente del contexto de fecundidad. Otro punto básico del informe son los embarazos no intencionales, sobre todo los que ocurren durante la adolescencia, que no puede, bajo ningún concepto, formar parte de las políticas de fecundidad.
Lo que se debe solucionar no es tanto la fecundidad por sus bajos niveles sino por todos los procesos que están detrás de que las personas puedan tomar decisiones informadas y acciones para decidir sobre la fecundación.
El informe termina también con algunas propuestas de cómo abordar los problemas, cuales políticas pueden ser las mejores o más exitosas con respecto al tema de la libertad reproductiva o el ejercicio de los derechos reproductivos, con una claridad sobre las políticas que se quieren, basadas en evidencias y contextualizadas según los escenarios regionales. Hacer que la maternidad y paternidad sea accesible en todas las familias, haciendo hincapié en la diversidad de familias, se habla de los servicios de apoyo al hogar, de la licencia remunerada, así como de los servicios de apoyo al hogar como lavandería y la venta asequible de alimentos. Hace énfasis en la prevención para evitar los embarazos no deseados, abortos inseguros, o las infecciones de transmisión sexual que pueden convertirse en riesgos o en efectos negativos para la fertilidad. La necesidad de una educación integral de la sexualidad es fundamental sobre todo en los más jóvenes. Asegurar los servicios de salud sexual y reproductiva para todas las personas Reconocer la migración como algo positivo en los escenarios de los países que reciben migración para que logren contribuir a incrementar la productividad, siendo así totalmente contrario a las políticas etno-nacionalistas que promueven la discriminación.
En el caso de Cuba se abundó sobre la fecundidad que está por debajo del nivel de reemplazo desde 1978, lo que está relacionado con logros en materia de derechos. Otro factor que golpea es el decrecimiento demográfico de la isla de más de 1,4 millones. Actualmente existe un total de 9 millones 748 mil 007 habitantes debido al incremento del envejecimiento poblacional, alto salto migratorio externo, bajo número de nacimientos y el incremento de defunciones generales. Entre las problemáticas que más golpean hoy al país se encuentran que están falleciendo más personas de las que nacen, así como la disminución de la natalidad y la fecundidad.
“Escuchar a las personas, la participación es clave, la actuales generaciones tienen una consciencia muy grande sobre los peligros y los riesgos que el mundo enfrenta, por lo tanto sus miradas van mucho más allá. Si hacemos las preguntas correctas vamos a tener las respuestas correctas para las políticas. No debemos preguntar cuántos hijos las personas quieren tener, debemos preguntar si las personas son capaces en el contexto en que están de tener los hijos que desearían tener.”