Cuba

La Revolución de la solidaridad: Un legado cubano global

La solidaridad es un valor que resuena profundamente en la Historia de Cuba, un país que ha hecho de la solidaridad un pilar fundamental de su política exterior desde el triunfo de la Revolución. A lo largo de las décadas, la Mayor de las Antillas ha extendido su mano a naciones de todos los continentes, ofreciendo apoyo en momentos de crisis y luchando junto a aquellos que buscan justicia y dignidad.

Desde los primeros años de la Revolución, Cuba se comprometió con las luchas anticolonialistas en África, Asia y América Latina. Durante la década de 1960, miles de cubanos se unieron a las filas de movimientos de liberación en países como Angola, Mozambique y Guinea-Bissau. La participación de las tropas cubanas en la Batalla de Cuito Cuanavale (1987-1988) fue crucial para la independencia de Namibia y para la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, consolidando a Cuba como un símbolo de resistencia y apoyo a las causas justas.

La brigada médica Henry Reeve

Uno de los ejemplos más recientes y significativos de la solidaridad cubana es la Brigada Médica Henry Reeve, creada en 2005. Este contingente ha llevado la atención médica a regiones afectadas por desastres naturales y epidemias en todo el mundo. Fue establecida en respuesta a la necesidad de asistencia médica en situaciones de emergencia, inspirada en el médico estadounidense Henry Reeve, quien luchó por la independencia de Cuba en el siglo XIX.

Una de las primeras intervenciones significativas de la Henry Reeve tuvo lugar en Pakistán en 2005, tras el devastador terremoto que sacudió el norte del país, causando miles de muertes y dejando a millones sin hogar. En respuesta, la brigada envió un grupo de médicos y enfermeros para proporcionar atención de emergencia, realizar cirugías y ofrecer tratamientos a los afectados. La rapidez y eficacia de la respuesta cubana fueron muy valoradas en este contexto.

En 2010, la brigada se trasladó a Haití después del catastrófico terremoto que devastó a la nación caribeña, dejando a millones de personas en condiciones críticas. Más de 1,000 profesionales de la salud cubanos llegaron al país, estableciendo hospitales de campaña y brindando atención médica a miles de heridos. Su trabajo no solo fue crucial en la atención de emergencias, sino también en la lucha contra el brote de cólera que siguió al desastre.

Durante el brote de Ébola en África Occidental entre 2014 y 2015, Cuba envió más de 250 médicos y enfermeras para combatir la epidemia en países como Liberia, Sierra Leona y Guinea. Su valentía y profesionalismo fueron reconocidos internacionalmente, y su contribución fue fundamental para la contención del virus y el tratamiento de los pacientes.

En 2020, en el apogeo de la pandemia de COVID-19, Italia se convirtió en uno de los países más afectados por el virus. La brigada envió un equipo de médicos y enfermeras a la región de Lombardía, donde ayudaron a atender a pacientes en hospitales saturados. Su intervención fue aclamada por el personal médico italiano y la comunidad, destacando la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra la pandemia.

Esta tradición humanista ha sido reconocida por diversas organizaciones internacionales, incluyendo la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La brigada no solo se ha destacado por su capacidad de respuesta ante emergencias, sino también por su enfoque en la formación de personal local y en la creación de capacidades en los sistemas de salud de los países que han recibido su apoyo.

Solidaridad en las luchas anticolonialistas

Desde los primeros años de la Revolución, Cuba se comprometió a apoyar las luchas anticolonialistas en África, un continente que enfrentaba la opresión y el imperialismo. En la década de 1960, el gobierno cubano envió tropas y asesores a varios países africanos que luchaban por su independencia.

Uno de los ejemplos más destacados es la participación cubana en la guerra de independencia de Angola. En 1975, cuando la nación africana se encontraba al borde de una guerra civil, Cuba envió tropas para apoyar al Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) en su lucha contra las fuerzas colonialistas portuguesas y, posteriormente, contra las fuerzas de la UNITA, apoyadas por Estados Unidos y Sudáfrica. La intervención cubana fue decisiva en la Batalla de Cuito Cuanavale (1987-1988), un enfrentamiento que no solo fue crucial para la independencia de Namibia, sino que también contribuyó al colapso del apartheid en Sudáfrica. Esta colaboración solidaria no solo fortaleció la lucha por la independencia en Angola, sino que también cimentó la reputación de Cuba como un aliado de los movimientos de liberación en toda la región.

Envío de maestros y cooperación educativa

Cuba también ha desarrollado un sólido programa de cooperación educativa. Desde la década de 1960, el país ha enviado miles de maestros a diversas naciones, especialmente en América Latina y el Caribe, donde la educación es un derecho fundamental que a menudo se ve comprometido por la falta de recursos.

Uno de los programas más emblemáticos ha sido el método educativo Yo sí puedo, desarrollado por el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) en colaboración con el Ministerio de Educación de Cuba, que desde su lanzamiento, el programa ha sido adoptado en más de 30 países de América Latina, el Caribe, África y Asia.

En Venezuela, por ejemplo, la colaboración cubana ha sido fundamental en la implementación de la Misión Robinson, un programa de alfabetización que ha sacado a millones de personas de la ignorancia.

Cooperación cultural y técnica

La solidaridad cubana también se manifiesta en el ámbito cultural y técnico. A través de convenios de cooperación, Cuba ha enviado artistas, músicos y técnicos a diferentes países para promover el intercambio artístico. Estas iniciativas han permitido la difusión de la cultura cubana y han fomentado el diálogo intercultural.

Además, Cuba ha compartido su experiencia en agricultura sostenible y desarrollo rural. Especialistas cubanos han trabajado en proyectos de cooperación agrícola en varias naciones, ayudando a mejorar la producción alimentaria y a implementar prácticas sostenibles que benefician a las comunidades locales.

Un legado que persiste

La tradición de solidaridad de Cuba con el mundo no solo se basa en la ayuda material, sino en el reconocimiento de la lucha común contra la opresión y la injusticia. En cada rincón del planeta, la Revolución cubana ha dejado una huella imborrable, inspirando a generaciones a luchar por sus derechos y a construir un futuro más justo.

En este Día Internacional de la Solidaridad, Cuba reafirma su compromiso de seguir siendo un faro de esperanza y apoyo para aquellos que aún luchan por la libertad y la dignidad. La historia de Cuba es, en esencia, una historia de solidaridad, un legado que continúa inspirando y uniendo a los pueblos del mundo en la búsqueda de un futuro mejor.

 

Fuente: Razones de Cuba

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