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Canadá, Reino Unido y Australia reconocen al Estado de Palestina

En un movimiento que marca un giro significativo en la diplomacia occidental, Canadá, Reino Unido y Australia formalizaron en las últimas horas el reconocimiento del Estado de Palestina en el contexto de la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas, que se celebra esta semana en Nueva York.

Aunque este paso llega con casi dos años de retraso respecto al inicio de la ofensiva israelí en Gaza el 7 de octubre de 2023 –y tras la muerte de más de 66.000 palestinos, según datos del Ministerio de Salud de Gaza validados por la ONU–, representa un avance crucial para revitalizar la solución de dos estados y poner fin a un conflicto calificado como uno de los peores genocidios de la historia de la humanidad.

El primer ministro canadiense, Mark Carney, anunció el 30 de julio que Canadá reconocería a Palestina en septiembre, no sin antes condicionar este paso a reformas en la Autoridad Nacional Palestina, como elecciones generales en 2026 sin participación de Hamas y la desmilitarización del nuevo estado. Esta decisión se formalizó en la ONU, uniéndose el país norteño a una ola de reconocimientos impulsada por una conferencia multilateral en julio, copatrocinada por Francia y Arabia Saudita.

Carney enfatizó que el reconocimiento busca preservar la viabilidad de una solución de dos estados, erosionada por la expansión de asentamientos israelíes y la violencia en Gaza.

Por su parte, el primer ministro británico, Keir Starmer, condicionó el reconocimiento a que Israel no tomara «pasos sustantivos» hacia un alto el fuego y un proceso de paz sostenible, incluido el fin de anexiones en Cisjordania. Ante la falta de avances, el Reino Unido procedió con el anuncio en la Asamblea General, alineándose con Francia y otros 14 países que firmaron una declaración conjunta en julio. Starmer describió la situación en Gaza como «intolerable», al mencionar el impacto humanitario de la guerra.

Australia fue el último en sumarse, con el primer ministro Anthony Albanese, quien confirmó el 11 de agosto que su país reconocería a Palestina en septiembre, basado en compromisos de la Autoridad Nacional Palestina para reformar la gobernanza y reconocer el derecho de Israel a existir.

A Albanese no le quedó otra opción que reconocer, ante la presión de la sociedad civil de su país, que el gobierno de Netanyahu está «extinguiendo» las perspectivas de paz mediante asentamientos ilegales y el control militar de Gaza. Nueva Zelanda, aliada cercana, evalúa una decisión similar para los próximos días.

Este reconocimiento eleva a más de 150 el número de países que admiten a Palestina como estado soberano, lo que fortalece su estatus como observador permanente en la ONU, sin embargo llega en un momento tardío: el Ministerio de Salud de Gaza reporta 66.054 palestinos muertos al 17 de septiembre, con más de 163.000 heridos y miles desaparecidos bajo escombros, cifras consideradas conservadoras. La crisis humanitaria se agrava con hambruna y ataques a trabajadores de ayuda, además de periodistas.

A pesar de su importancia simbólica y política, el gesto de estos países resalta una contradicción profunda. Canadá, Reino Unido y Australia han sido proveedores clave de armamento a Israel durante el conflicto, facilitando indirectamente la escalada de violencia.

Según el informe anual de Global Affairs Canada (2023)Canadá autorizó exportaciones militares por 18,9 millones de dólares canadienses a Israel en 2024, pese a una «pausa» en nuevos permisos desde enero de ese año; esto incluye más de 10 millones de balas desde agosto de 2023 y un contrato de 78,8 millones para propelentes de artillería vía EEUU en marzo de 2025.

El Departamento de Negocios y Comercio del Reino Unido reportó licencias por 18 millones de libras en 2023, que bajó al ser 42 millones en 2022, pero mantuvo exportaciones de componentes para aviones F-35 –usados en bombardeos en Gaza– valoradas en 165 millones de libras vía EEUU entre 2021 y 2023; un estudio de 2025 reveló 14 envíos directos desde octubre de 2023, incluidas 160.000 municiones.

En Australia, el Departamento de Defensa aprobó 35 permisos de exportación previos a octubre de 2023, la mayoría para usos militares letales, entre ellos acero blindado y partes para F-35; un sistema de armas remoto de EOS Defence Systems fue probado por el ejército israelí en enero de 2025, pese a negaciones oficiales.

Estos envíos, que violan potencialmente el Tratado sobre el Comercio de Armas al que adhieren los tres países, subrayan la hipocresía: mientras condenan la «erosión» de la paz, han armado al agresor.

Tomado de Alma Plus TV / Foto: ONU

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