No puedo hacer una canción de paz…
Por Yaimi Ravelo / Resumen Latinoamericano-Cuba.
La imagen que aparece en la foto de portada contiene a casi un centenar de personas entre cubanos y otras de más de trece países clamando por la paz en el mundo y por el cese inmediato del genocidio en Palestina.
No tienen una sagrada escritura en sus manos, pero sí el corazón en la voz para enunciar el poema de Luis Rogelio Nogueras «Halt», con el cual Silvio Rodríguez inició en la Escalinata de la Universidad de La Habana su gira por América Latina.
Joel tomó la iniciativa. «Alcemos la voz alto, con la misma fuerza que deseamos el fin del genocidio en Palestina».
«Recorro el camino que recorrieron cuatro millones de espectros.
Bajo mis botas, en la mustia, helada tarde de otoño
cruje dolorosamente la grava.
Es Auschwitz, la fábrica de horror
que la locura humana erigió
a la gloria de la muerte.
Es Auschwitz, estigma en el rostro sufrido de nuestra época.
Y ante los edificios desiertos,
ante las cercas electrificadas,
ante los galpones que guardan toneladas de cabellera humana,
ante la herrumbrosa puerta del horno donde fueron incinerados
padres de otros hijos,
amigos de amigos desconocidos,
esposas, hermanos,
niños que, en el último instante,
envejecieron millones de años,
pienso en ustedes, judíos de Jerusalén y Jericó,
pienso en ustedes, hombres de la tierra de Sión,
que estupefactos, desnudos, ateridos
cantaron la hatikvah en las cámaras de gas;
pienso en ustedes y en vuestro largo y doloroso camino
desde las colinas de Judea
hasta los campos de concentración del III Reich.
Pienso en ustedes
y no acierto a comprender
cómo
olvidaron tan pronto
el vaho del infierno.»
La Séptima Edición de la Escuela de Formación Política para Movimientos Populares de América Latina se celebró en un hermoso trabajo conjunto que incluyeron las jornadas del 6 y 7 de octubre. Joel Suárez dirigente ecuménico del colectivo de solidaridad internacional del CMLK tuvo a su cargo la Vigilia; Marilin Peña de la coordinación colegiada del mismo Centro fue la organizadora del Festival de Solidaridad con Palestina y la convocatoria por la Rapada.
Más de 37 participantes de 13 países de América Latina, el Caribe y Estados Unidos, pertenecientes a 30 organizaciones y un grupo de militantes de organizaciones cubanas, sumaron entre sus actividades honrar al heroico pueblo palestino, su resistencia, sus mujeres, sus niñas y niños.
El 7 de octubre del 2023 no sólo reanudó vertiginosamente los crímenes del sionismo israelí en la Franja de Gaza. Marcó un período de luto prolongado para toda la humanidad.
Los seres humanos fuimos capaces de distinguir esta metamorfosis del nazismo alemán en la piel del imperialismo-sionista en una fase superior de horror que aún no le sabemos nombrar, no existe calificativo que logre describir el acto inhumano al que los pueblos del mundo somos vulnerables.
Palestina somos todos.
Cuando decimos Palestina somos todos, no solo alzamos la voz por Palestina, lo hacemos por nosotros mismos. Podríamos ser en un futuro cercano el próximo objetivo de Trump o Netanyahu.
¿Quién los dentendría, a ellos que se creen los dueños de las Naciones Unidas? ¿A ellos? Violadores de todas las leyes y del derecho internacional.
Ya vemos a la mano poderosa y su ambición imperialista amenazando el Mar Caribe. Los corsarios del terror necesitan más riquezas. Para qué buscar los sagrados recursos en el Medio Oriente si tienen tanta riqueza a solo un misil de distancia. Venezuela.
Venezuela Bolivariana no es el patio de ninguna nación, es una tierra de guerreros y guerreras, de un Bolívar y un Comandante Chávez.

Desde la isla del Caribe se alza la voz por Palestina, por Venezuela, por todas las causas justas y en especial por Cuba.
Los pueblos del mundo rinden homenaje también a los hombres y mujeres de Cuba, a todas sus generaciones; más de 60 años de resistencia ante una guerra frontal del mismo país que financia el genocidio en Gaza. El propósito es de igual crueldad, el exterminio, ya sea con bombas, por hambre o enfermedades. En un plazo de dos años, de 6 décadas o de 10 minutos, el imperio intenta sembrar terror para arrodillar los sueños de los pueblos soberanos.
Juntas por Palestina, un movimiento de mujeres que nació en el año 2023 para denunciar el dolor de las mujeres palestinas a través del despojo de su cabello, del símbolo de la belleza femenina, realizaron una rapada internacional en protesta por los crímenes del estado sionista de «Israel». A dos años de la primera rapada repiten la acción como símbolo de solidaridad y continuidad de las luchas por la liberación de Palestina.









«Denunciamos el crimen más atroz que hayamos visto en este siglo y desde la segunda guerra mundial hasta ahora», expresó Graciela Ramírez Cruz, coordinadora general del Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos.
«Con todo el apoyo y todo el poderío del imperialismo yanki, con todo ese arsenal contra una guerrilla, contra un pueblo que no han podido rendir, no han podido ponerlos de rodillas, no han podido hacer que saquen la bandera de rendición», destacó la militante argentina.
El genocidio palestino empezó hace más de 77 años, no han podido expulsar a la población nativa de la Franja de Gaza y no han podido silenciar la conciencia del mundo a pesar de las mentiras, a pesar de la narrativa sionista y de haber impuesto un mensaje perverso en toda la prensa del mundo acusando injustamente al pueblo que es víctima.

Resumen Latinoamericano presentó en la Vigilia por Palestina el documental La Raíz del Olivo, del joven realizador Sergio Eguino, en nombre de su director tres de sus testimoniantes: Omaima, Baylasan y Bassel Salem asistieron en la proyección de la película.
Graciela Ramírez, productora de la película, explicó que el documental se basa en los testimonios de cinco palestinos a los que Cuba abraza.
Estudiantes de diversas especialidades en la carrera de medicina, y un refugiado que desde hace 36 años no ha podido regresar a su Gaza natal.
Al presentar la película explicó que La Raíz del Olivo nos da las claves de la heroica resistencia del pueblo palestino, su cultura y sus profundas raíces, que ningún bombardeo podrá arrancar de la tierra que les pertenece, como sus olivos. Al concluir la película un largo y emocionado aplauso dio inicio a un rico intercambio con los asistentes de la Vigilia por Palestina y las causas justas.













