Trump y Netanyahu, ¿los próximos Premios Nobel?
Por Hedelberto López Blanch
Ya el Comité del Premio Nobel de la Paz tiene previsto para el próximo año, sin excusa ni pretexto, premiar a dos de sus más admirados personajes: Donald Trump y Benjamín Netanyahu.
Para muchos ultraderechistas resultó un poco frustrante que este año se le otorgara esa distinción a la opositora venezolana María Corina Machado aunque ella también cuenta con un gran expediente de acciones violentas contra Venezuela entre las que se destacan, organización de las agresivas Guarimbas, actos terroristas y llamados a Estados Unidos para que invada militarmente a Caracas.
El Comité, sin que se «enterara» su fallecido fundador, el sueco Alfred Nobel (y no se «levantara» a protestar desde su tumba por tamaña ignominia), tuvo a bien exaltar la figura de esta pendenciera extremista que ha hecho lo indecible por tratar de derrocar al gobierno democrático de Nicolás Maduro.
Mientras numerosas organizaciones y naciones progresistas han criticado abiertamente la inverosímil decisión, los medios hegemónicos de la derecha como Infobae, CNN, The New York Times, Euronews, Deutsche Welle, Financial Times, El Nuevo Herald, entre otros, se han dedicado a «exaltar» la figura de Corina Machado y sus acciones por destruir al gobierno Bolivariano.
Desde hace años se conoce que para integrar el Comité del Premio Nobel de la Paz solo son escogido personas de ideología derechista que benefician con sus decisiones a los que defienden el sistema capitalista o contienden contra cualquier país progresista.
Ejemplos son varios y entre los más destacados se hallan, Henry Kissinger, gestor y organizador del sangriento golpe de Estado contra Salvador Allende; el sionista Menajen Beguin y egipcio Muhammad Anwar Al-Sadat, quienes firmaron los Acuerdos de Camp Davis a favor de Israel y contra los países árabes y Palestina; Barack Obama, quien lanzó la invasión contra Libia; el colombiano Juan Manuel Santos quien después de eliminar a campesinos en los llamados «falsos positivos» cuando era ministro de Defensa, recibió la distinción tras firmar los acuerdos de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Para el próximo año ya casi seguro están nominados una pareja que también hará estremecer los cimientos de la sala especial del Instituto Nobel, ubicada en Oslo, Noruega. Ellos son el convicto presidente estadounidense Donald Trump con 34 juicios pendientes y que con sus «buenos oficios» ha entregado todo tipo de armamentos a Israel y ha apoyado con el veto en el Consejo de Seguridad para que los sionistas realicen el mayor genocidio del siglo XXI contra el pueblo palestino. También estará su gran amigo Benjamin Netanyahu que lleva en su negativo record la muerte de 68 000 gazatíes, en su mayoría mujeres y niños y más de 170 000 heridos.
Como afirma una reciente nota que me envió un amigo: «Tan mal estamos que el Nobel de la Paz estaba este año entre un genocida, un presidente condenado y una señora que pide bombardear y matar venezolanos.
En conclusiones, el Premio Nobel de la Paz hace rato fue a parar al basurero de la historia.

