Mr. Rubio: ¿detrás del Nobel para María Corina Machado?
Por Francisco Delgado Rodríguez
Acusar a Mr. Rubio de estar detrás del Nobel de la Paz, que acaban de darle a la antichavista Machado, no es una acusación arbitraria.
El apoyo de Mr.Rubio a la figura de Machado es dígase que histórico, super conocido y forma parte del entramado de la agenda personal del canciller estadounidense, contra la Revolución cubana y desde luego contra la venezolana.
En el esquema de cambio de régimen en Venezuela también es evidente que la ahora flamante Nobel de la Paz, resulta una pieza clave para un hipotético y muy improbable escenario pos chavista. En pocas palabras, Machado es la figura de la “era post bolivariana” a sabiendas que el presidente “electo” Edmundo González, duraría lo mismo que un cubo de hielo en pleno verano, al frente de cualquier opción política impuesta por los us marines.
Dejando establecido cual es el rol de Machado en el rompecabezas agresor, que mejor que embestirla de algún atributo que le otorgue prestigio con efecto internacional, como suele ser el Nobel de la Paz.
Pero en esta necesidad de los agresores y de Mr.Rubio en especial, se llevaron de encuentro las aspiraciones del Jefe Trump de enarbolar su premio Nobel, también “legitimas” si se sigue con esta absurda puesta en escena, incluido los 11 millones de coronas suecas, alrededor de un millón de dólares estadounidense que están incluidos en galardón.
Poco después de saberse a quien los noruegos dieron el polémico premio, alguien publicó el facsímil de la nota que nominó a Machado, firmada por Mr.Rubio cuando aún era senador, es decir, fechada el 26 de agosto del 2024.
En aquella propuesta le acompañaron personajes como el senador Rick Scott, de conocida trayectoria anti cubana, el ahora embajador Mike Gallagher y por supuesto, los tres jinetes del apocalipsis, Diaz Balart, la representante Salazar de limitadas entendederas y el corrupto sistémico Carlos Giménez, partidarios todos de la política de tierra arrasada contra Venezuela y Cuba.
No está claro, por lo menos públicamente, si el Jefe Trump estaba al tanto de estos detalle “menores”; tampoco si lo sabían el parlamentario sueco y otro noruego, ambos de ultra derecha, quiénes fueron los que lo nominaron formalmente en tiempo, según el reglamento interno del premio, es decir, hasta el 31 de enero del 2025.
Y sí, porque hay que aclarar que las otras nominaciones fueron puro show, espectáculo al estilo de Trump. Es el caso de la del genocida Netanyahu, que a estas alturas del partido tampoco deja claridad si su participación ayudó a la solicitud o la enrareció más.
La mención del criminal asesino de infantes sionista es muy apropiada, porque también salió a flote mediático la nota enviada por la susodicha Machado a Netanyahu, pidiendo su apoyo para que hiciera lo que sabe hacer, convertir a Venezuela en la franja de Gaza del Caribe. Es decir, Machado solicitó una invasión militar a su propio país, con la maquinaria bélica y cruel del sionismo.
Entonces, volviendo al rol de Mr. Rubio ¿qué pasó que el secretario de estado incumplió con su obligación de garantizarle al Jefe Trump su controversial y porfiado interés? Es obvio, si alguien tenía esa responsabilidad dentro del gobierno federal era el Departamento de Estado.
En los meses previos, trascendió en medios de prensa internacionales supuestas presiones de la cancillería estadounidense sobre el Comité Noruego del Nobel ( Noruego Nobel Committee en inglés); incluso el gobierno de este país nórdico mostró preocupación sobre el asunto, y anunció que se preparaban para cualquier acción de Washington, que como es sabido, recurre a medidas arancelarias para “convencer” a quienes obstaculizan los impulsos de Trump.
Pero también es evidente que o los noruegos, en especial los del Comité, son personajes honorables y no se dejan chantajear o lo que puede ser también muy posible, que la supuesta presión desde el Departamento de Estado fue también puro show, para engañar al Jefe Trump.
En cualquier caso, ya fuera por incapaz y poco respetado o por actitud alevosa, Mr. Rubio muy probablemente favoreció el premio para Machado, perjudicando en definitiva a su Jefe.
Una vez se supo del otorgamiento del Nobel a Machado, la Casa Blanca reaccionó contrariada y probablemente sorprendida. Steven Cheung, su director de comunicaciones, no escatimó palabras para rechazar este otorgamiento, catalogando de decisión política y no de interés para la paz.
Horas después se conoció de una llamada de Trump en persona, felicitando a Machado. Este acto en apariencia contradictorio e intrigante puede tener una explicación, asociada al punto de inminente agresión a Venezuela en el momento que se conoce lo del premio.
Es presumible que Mr.Rubio le bajara por ahora los humos al Jefe, pidiéndole continuar con la guerra ya planificada, y que al final Trump puede tener su premio el año que viene, si logra alguna que otra pacificación en este convulso mundo. Pero en el universo Trump este tipo de traiciones no quedan impunes, se verán cosas.
Algunas notas sobre el Noruego Nobel Committee
Los miembros del Noruego Nobel Committee son nombrados por el Storting (Parlamento de Noruega) y lo integran 5 figuras de la política local; en el actual está una procedente de la llamada centro izquierda o social democracia noruega y los restantes 4 son de derecha o centro derecha, si es que esos centros existen para algo.
Con esa composición del Comité, es muy difícil esperar que prospere alguna de las tantísimas personalidades de la izquierda del mundo, que asumen posiciones a veces épicas a favor de la paz, o las que sin importar sus inclinaciones ideológicas, ahora mismo batallan por acabar con el genocidio en Gaza y llevar a los culpables a los tribunales. Este año el Comité tenía 336 personas más para escoger.
Desde una perspectiva histórica resulta llamativo que los últimos galardonados hayan sido siempre opositores a gobiernos no bien vistos por el llamado mundo occidental; como si lo que contara es si el favorecido tiene determinada militancia política y no su entrega a la lucha por la paz.
Por ejemplo, los Premios Nobel de La Paz desde el 2021, exceptuando el 2024, fueron dedicados al mal llamado “eje del mal” según la cosmogonía euro occidental: 2021 Dimitri Murátov, opositor del gobierno ruso, 2022 Alés Bialiatski, opositor del gobierno bielorruso, 2023 Narges Mohammadi, opositora del gobierno de Irán y ahora en 2025 María Corina Machado, opositora del gobierno de Venezuela.
Claramente algo tenía que hacer el Comité ante las mencionadas presiones, para no quedar subordinados al postulante Trump, tal y como advirtió oportunamente, desde Oslo, Kristian Berg, el secretario del Comité y de paso zafarse de la ira de Trump.
De modo que los noruegos, contagiados con sus vecinos, se “hicieron los suecos” y se decidieron por una aliada/subordinada del propio Trump. “No te lo damos a ti pero si a alguien que necesitas inflar en la actual coyuntura”, probablemente pensaron los miembros del Comité.
Ahora hay que preguntarse como harán los organizadores de la solemne ceremonia, donde presencialmente se entregan los premios Nobel; que explicación darán, que cara pondrán lo noruegos otorgantes del premio, cuando vayan a colocárselo a Machado, si para entonces estuviera en curso la invasión que esta ha promovido contra Venezuela.
Como quiera que sea, otorgarle el premio a Machado no es solo un invento maquiavélico de Mr.Rubio, con todas las tribulaciones hasta aquí reseñadas; también es inexplicable que el Comité favoreciera a una connotada promotora de la guerra no convencional, que ha sufrido Venezuela en todos estos años.
Trump en su laberinto.
Cerrando el guion de esta obra teatral, que nada tiene que envidiarle a cualquier culebrón sobre el mundillo de la política imperial, viene al caso una mirada más conspirativa, relacionada con las propias o típicas intrigas que pululan generalmente en Washington.
Parece bastante claro que Trump no atraviesa por un buen momento desde el punto de vista doméstico, en la medida que los conflictos se le acumulan en la oficina oval, sin evidencia de que sean resueltos expeditamente.
Son harto conocidos. Indicadores socio económicos que ponen en cuestión ya sea su estrategia de guerra arancelaria o la redistribución perversa del presupuesto federal a favor de los hiper ricos, el propio cierre del gobierno federal, y a propósito del Nobel de la Paz, el envío de fuerzas estadounidenses a territorio estadounidense, así como las guerras internacionales que no terminan y en las que comprometió su palabra pacificadora.
Y como fantasma que, lejos de disiparse amenaza con sobre dimensionarse, la muy probable publicación de los archivos de Jeffrey Epstein.
Al respecto, las últimas cifras disponibles apuntan que existe una suerte de empate en la Cámara de Representante para aprobar dicha publicación, y el desempate vendría de una legisladora demócrata recién electa, cuyo trámite o ceremonia de instalación ha sido postergada por el presidente de este cuerpo, pero naturalmente esa investidura ocurrirá en algún momento.
Acaso a los demócratas ¿les convenía que Trump recibiera tan noble premio, de Nobel de la Paz? En lo absoluto, no obviar que ya la carrera electoral de medio tiempo arrancó, con algunas semanas de antelación.
Y siguiendo en este modo conspirativo, aun siendo desafiante demostrarlo categóricamente, una simple mirada a la filiación de los miembros del Comité noruego, devela su inclinación o incluso quizás vínculos con sectores de centro derecha o llamados liberales, del opositor Partido Demócrata.
¿Intercambiaron criterios entre ellos?, difícil saberlo pero no por ello descartable.
Vean como se confabularon las cosas para dejar sin su regalo al Jefe Trump. Inopia o traicionera actitud de Mr.Rubio, más necesidades de la coyuntura bélica anti venezolana, y como remate las inclinaciones “politizadas” del Noruego Nobel Committee, según el director Cheung.
Pero Trump ha sido claro. Con vehemencia recordó lo trascendente de dicho premio y la importancia que tiene para él. Probablemente en el peor escenario, durante su intervención en aquella reunión del 30 de septiembre pasado con todos los generales, el mandatario expresó sobre el premio: “Será un gran insulto a nuestro país, os puedo decir eso. No lo quiero yo, quiero que el país lo tenga”.
Así están las cosas, ahora a esperar por la próxima nominación y quizás, solo tal vez, a Trump le den lo que cree merecer, total el mundo basado en reglas civilizatorias está maltrecho por no decir desmantelado.
Paradojas de la política, el Comité Noruego del Nobel, llamado a promover la paz en el mundo terminó mostrándose más inclinado a todo lo contrario, porque su decisión estimula la escalada bélica en el Caribe, una agresión militar contra un país soberano de Nuestra América.
Pero no importa, seguramente a Oslo lleguen los ecos de una derrota militar al imperialismo, si finalmente los us marines desembarcan en Venezuela. Para entonces la historia otorgara un premio mayor por una autentica paz, al noble pueblo venezolano.
Fuente: CubaSi
Foto: La Nación

