Internacionales

Proceso electoral en Honduras intervenido y tutelado por Estados Unidos.

Por Arthur González.

Sin la menor pizca de democracia, Donald Trump, presidente del régimen dictatorial de Estados Unidos, declaró antes del inicio del proceso para elegir al nuevo presidente de Honduras, que su apoyo era para el candidato del Partido Nacional, Nasry “Tito” Asfura y el apoyo de Washington a Honduras estaba condicionado a que Asfura fuera el ganador de las elecciones.

El 30 de noviembre 2025 los hondureños votaron para elegir a un nuevo presidente, pero pasados 23 días de los comicios todavía no se ha podido dar a conocer el ganador, porque el fraude para complacer al presidente yanqui es tan amplio que resulta muy difícil lograrlo, a pesar de las fuertes presiones políticas externas, situación vergonzosa para ese país que demuestra a las claras como actúan esos que acusan a otros cuando el pueblo elige a un candidato de izquierda.

Ante el evidente fraude se aceptó hacer un recuento de los votos, pues existen miles de boletas que no fueron contabilizadas, hay evidencia de problemas con el software empleado y otras irregularidades para escamotear la victoria de la candidata del partido gobernante acusada de ser de izquierda y a quien Washington no acepta.

El candidato por el Partido Liberal, Salvador Nasralla, declaró el fraude y que las presiones e interferencias externas se impide el recuento correcto de cerca de 8 mil actas que presentan graves inconsistencias.

Añadió: “Hay que entender que Nasry “Tito” Asfura es solamente una mampara y quien gobernaría en Honduras sería el narco dictador Juan Orlando Hernández, ex presidente condenado a 45 años de prisión por un tribunal de Estados Unidos, después de ser extraditado a ese país, pero indultado recientemente por el propio presidente Trump, quien se auto declara como “un combatiente contra el narcotráfico”.

Nasralla explicó que el actual fraude es igual al que cometió en 2017 el ex presidente narcotraficante Juan Orlando Hernández, por ser el mismo método, las urnas con inconsistencias tienen las mismas cifras de las elecciones de 2017 y están registradas en los mismos departamentos. Aquel proceso fue cuestionado por la Organización de Estados Americanos, algo que ahora Estados Unidos se encargó de que no se repitiera.

Por su parte, el magistrado electoral Marlon Ochoa, uno de los tres magistrados del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras, representante del oficialista Partido Libertad y Refundación (Libre), adelantó a la prensa que impugnará los resultados de las elecciones generales del pasado 30 de noviembre, por considerarlos fraudulentos y que el proceso electoral fue intervenido y dirigido por Estados Unidos, porque en Honduras la voluntad es soberana y es del pueblo, e insistió que su función es representar al pueblo y no los intereses de gobiernos o actores extranjeros.

Apuntó: “el fraude está a la vista de todos, aunque las misiones de observadores internacionales quieran ocultarlo o maquillarlo” y estas elecciones presidenciales son las “más sucia y menos transparente” en la historia de nuestro país.

Sus valientes posiciones tuvieron una respuesta inmediata del gobierno de Trump, al revocarle la visa para entrar en Estados Unidos por “obstaculizar” el proceso electoral, incluso el mandatario yanqui advirtió de las consecuencias que tendría para el empobrecido país centroamericano, si se modifica la “tendencia que favorece” a Asfura.

Marco Rubio en un comunicado dijo: “Consideraremos todas las medidas apropiadas para disuadir ‌a ​quienes impiden el recuento de votos en Honduras”.

La OEA declaró que no ve fraude, y las lecciones se desarrollaron “con normalidad”, aunque el retraso es injustificable e hizo un llamado a las autoridades hondureñas para iniciar de inmediato el escrutinio que permita conocer los resultados de las elecciones del 30 de noviembre 2025.

Días antes de estas elecciones Estados Unidos, con su maquinaria de guerra mediática, colocó en sus redes sociales más de tres millones de mensajes con la amenaza de que sí perdía Asfura, se iban a acabar las remesas de Estados Unidos a Honduras. Esas remesas suman 35 millones de dólares diarios que entran a la economía. El comercio con Estados Unidos representa el 90 por ciento del arroz y 70 por ciento de maíz que consumen los hondureños.

Las presiones están enmarcadas en lograr que se anuncie a Asfura como ganador, porque si el 30 de diciembre no hay declaratoria de quién es el ganador, el Consejo Nacional Electoral declararía la continuidad del actual gobierno de Xiomara Castro del Partido Libre, quien convocaría a nuevas elecciones, situación que tratan de evitar los yanquis a toda costa.

Como evidencia de las presiones yanquis, el 23 de diciembre la Misión de Observación Electoral de la Organización de los Estados Americanos en Honduras, dirigida por Eladio Loizaga, exministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, dio su validación a los resultados de las elecciones emitidos por el Consejo Nacional Electoral y a pesar del fraude más que confirmado, aseguró que los datos declarados “reflejan la voluntad” ciudadana y no se identificaron “elementos fraudulentos determinantes”, dando como vencedor al candidato de Trump, ‘Tito’ Asfura, desvergüenza para quienes se proclaman “democráticos”.

La presidenta Xiomara Castro hizo por su pueblo lo que nunca otros presidentes hicieron, enseñó a leer y a escribir a todos, algo que hoy permite a los hondureños conocer la verdad. Electrificó parte del país y dio empleo a mujeres y hombres por igual. Esas medidas no son aceptables para los yanquis y las califican de comunistas. Veremos como reaccionará el pueblo.

¿Dónde están las voces de la Unión Europea y de algunos países latinoamericanos que acusaron a Nicolás Maduro de robarse las elecciones en Venezuela en julio de 2024? ¿Por qué ahora no exigieron las actas y el conteo de votos? ¿Reconocerán de inmediato a Tito Asfura como presidente, como se niegan a hacer con el venezolano?

Allá los que se crean el cuento de que la izquierda viola las leyes y se roba las elecciones, porque este proceso amañado y tutelado por Washington expone claramente quienes son los ladrones que sustraen urnas y hacen fraude cuando desean imponer a los candidatos de derecha en contra de la voluntad ciudadana.

No se equivocó José Martí cuando alertó:

“Cuidado: que quien se sienta sobre los hombros del pueblo, de una sacudida del pueblo se viene abajo.”

Tomado de El Heraldo Cubano

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *