Trigo HB4: Agronegocio made in Argentina
Esta semana se aprobó la comercialización del trigo genéticamente modificado HB4, primer trigo transgénico del mundo.
Desarrollado por Bioceres (compañía argentina conformada por actores importantes del agronegocio, como Grobocopatel y Hugo Sigman), este nuevo avance significa una profundización en el modelo extractivista de enfermedades, concentración de riquezas y tierras, y más destrucción de los ecosistemas.
El lobby y la injerencia del agronegocio en las entidades regulatorias – SENASA y CONABIA – garantizaron la aprobación de esta semilla a pesar de que más de 1000 científiques, comunidades afectadas, consumidores y productores denuncian el peligro que representa.
Para la producción del HB4 se usa como marcador el peligroso agrotóxico glufosinato de amonio, con consecuencias nocivas probadas, peores que el glifosato. Se repite aquí una vieja estrategia: se promociona una semilla modificada por alguna característica en particular (en este caso su resistencia a la sequía), cuando en realidad es un caballo de Troya para seguir vendiendo paquetes tecnológicos con agrotóxicos, que envenenan y empobrecen cada vez más a las comunidades.
El impacto que puede tener este trigo en los ecosistemas por la probable contaminación de otros trigos, es difícil de prever. Por ende se está infringiendo así el principio precautorio (que dicta que algo, ante la sospecha de ser perjudicial, debería ser prohibido hasta demostrarse que es inocuo) y yendo en contra tanto de la Ley General de Ambiente (25.675), como del art. 41 de la Constitución Nacional.
Tomado de Resumen Latinoamericano Argentina/ Foto de portada: Agencia Tierra Viva.