Los prisioneros palestinos y árabes: Una huella en el tiempo
Por Mais Abou Ghaush.
La prisión tiene una dimensión en el tiempo, que sólo puede entender quien la ha vivido de cerca u oído hablar de ella; esta experiencia varía según el período de detención y el escenario político y social fuera de las cárceles, lo que a su vez se refleja en el ambiente y la organización de las cárceles del ente ocupante.
“Les escribo desde el tiempo paralelo, y en el tiempo paralelo, donde se fija el lugar; no utilizamos las mismas unidades de vuestro tiempo regular como los minutos y las horas, excepto cuando se cruzan las líneas de nuestro tiempo y vuestro tiempo en la reja de las visita; donde nos vemos en la necesidad de utilizar estas formas para determinar el tiempo, sin embargo, esto es lo único que no ha cambiado en el tiempo de ustedes, y todavía recordamos cómo usarlo”. (El prisionero Walid Daqqa – El tiempo paralelo).
Tiempo Paralelo nació en el vigésimo segundo aniversario de la detención del preso Walid Daqqa, como un mensaje que lleva en su esencia el tiempo dentro de las cárceles y la lucha de los presos; Walid Daqqa quien después de casi treinta y cinco años, pudo abrazar a su hija Milad detrás de las rejas de la prisión, y cuyo nombre “Milad” estaba escrito entre las líneas de los mensajes, incluido el mensaje del “Tiempo Paralelo”.
Milad interrumpió el “tiempo paralelo de la cárcel”, y comunicó a Walid con el tiempo de la libertad a través de su foto que apareció por primera vez en los reportes televisados, para anunciar la buena nueva al resto de los presos.
La prisión tiene su propio tiempo que sólo pueden entender quienes han vivido la experiencia de cerca o han oído hablar de la misma, esta experiencia varía según el período de detención y el escenario político y social fuera de la cárcel, lo que a su vez se refleja en el ambiente y la organización dentro de las prisiones del ente ocupante.
El prisionero liberado, Mamdouh Amira, le dijo a al Mayadeen Net que: “el prisionero, y desde el momento de su arresto, hasta el momento de su interrogatorio, el ente ocupante lo aísla deliberadamente del entorno externo, y el preso permanece durante largos períodos sin saber la hora y los días, es una política que tiene como objetivo despojar al palestino de su pasado, y un intento para quitarle la esperanza y despojarlo de su memoria”.
Si bien Amira pudo estimar el tiempo después de veinticinco días dentro de las celdas donde era interrogado, a través de las comidas, vinculando la comida de la mañana con el período de la mañana, y el reloj de pulsera de los investigadores mientras era interrogado; en cuanto a los días, pudo averiguar esto a través de los tribunales a los que tuvo que presentarse, y esto continuó durante sesenta días, mientras estuvo dentro de las celdas de interrogación de al Maskubiyah en al Quds (Jerusalén) ocupada.
Amira agrega que el ente ocupante alteró deliberadamente los métodos que usó como medida para conocer el tiempo, como cuando las luces de la celda se atenuaban por la noche, y señaló que “cuando estaba en una de las celdas de interrogación de al Maskubiyah, trajeron a mi celda un pájaro (término que se usa para hablar de los colaboradores del ente ocupante, quienes prestan sus servicios a cambio de cantidades de dinero y privilegios, tratando de arrancarles confesiones a los presos palestinos) este empezó a hablar de comida y de la carne asada, y al mismo tiempo, los carceleros retrasaron deliberadamente la cena por largo tiempo y no bajaron la intensidad de las luces de la celda para hacerme pensar que el tiempo era largo”.
Cabe señalar que el prisionero liberado Amira, es de la ciudad ocupada de al Quds, fue arrestado el 03/10/2019, y su interrogatorio duró sesenta días, incluidos cuarenta y dos días sin poder comunicarse con su abogado o el representante de la Cruz Roja; durante su detención fue sometido a torturas psicológicas y los interrogatorios duraban largas horas, algunos llegaron a treinta horas estando sentado en una silla durante todo este tiempo, y fue liberado de prisión después de cumplir treinta meses de detención.
La presa liberada, Lian Kayed, le dice a almayadeen.net que estuvo aislada en la prisión de “Hasharon” durante diecisiete días sin comunicarse con su familia ni conocer nada de ellos, y en aquel momento, Lian pudo romper la barrera del aislamiento al conocer el tiempo escuchando el llamado a la oración, voceado por uno de los prisioneros palestinos, que estaba en confinamiento solitario junto a su celda, así como por las fechas de la prórroga de las sesiones de los tribunales.
Kayed había tallado en las paredes de la celda, un cronograma que registraba los días que pasó en la misma y memorizaba las tablas que señalaban los días, cada vez que iba a ser transferida a otra celda para volver a grabarlas.
Afirmaba que “el ente ocupante intentaba robarnos nuestro conocimiento del tiempo, así como nos había robado nuestra libertad; es muy incómodo para nosotros que el tiempo se detenga después del arresto”.
Romper el tiempo del carcelero
Para el combatiente palestino, la cárcel es un nuevo paso en la lucha nacionalista contra el proyecto colonial, en un momento en que el ente ocupante y sus herramientas pretenden convertir al preso en una máquina dentro de confinamientos solitarios, en un marco que perciben como vigilancia. y castigo.
El prisionero liberado Majd Barbar de la ciudad ocupada de al Quds agregó, a al Mayadeen Net, que “el preso palestino enfrenta el momento especial del encarcelamiento a través de los elementos de firmeza, con su dimensión psicológica expresada en activar la vida social dentro de la cárcel y establecer relaciones entre los presos, y en su dimensión física mediante la práctica de deportes para mantener la salud física, lo cual se refleja positivamente sobre la situación psicológica del preso, y finalmente la dimensión espiritual, es decir, la cultura y el progreso en los niveles académico y educativo”, e indica que todas estas dimensiones combinadas proporcionan un equilibrio para el prisionero y crean su propio almanaque del tiempo.
En el mismo contexto, lograr una educación universitaria en las prisiones de ocupación representó un salto cualitativo en la vida de los presos, y una de las formas de continuar en el tiempo de libertad; las prisioneras de la prisión de Damon lograron obtener la educación en secreto, en medio de las amenazas de la administración penitenciaria de aislarlas si continúan con el aprendizaje.
Kayed señala que el proceso de educación creó una nueva atmósfera que puso a las prisioneras en contacto con su memoria usurpada y les abrió horizontes para continuar con la vida incluso después de su liberación, especialmente porque la mayoría de las prisioneras matriculadas en el programa de licenciatura son las que tienen condenas largas.
Cabe señalar que la prisionera liberada, Kayed, fue detenida el 08/06/2020 en el puesto de control de Za’tara, cuando se dirigía para recibir su título universitario, con su arresto, el ente ocupante pensó que obstaculizaría su futuro educativo y restringiría su alegría de graduarse, pero ella, junto con varias prisioneras universitarias, contribuyó a la recuperación de la vida académica dentro de la prisión de “Damon”.
Es importante destacar que la administración de la autoridad penitenciaria impidió la educación universitaria luego de que el “Knesset israelí” aprobara la Ley Shalit en 2010, y retiró periódicos, redujo el número de estaciones de televisión a diez canales que determinaba la autoridad penitenciaria, además de reducir las horas de salir al patio, el único respiradero para los presos; esta ley se produce con el fin de restringir cada vez más el movimiento de los presos.
En cuanto a la vida y su forma dentro de las cárceles del ente ocupante, se señala que existe un sistema especial que toma forma colectiva o individual, e incluye lectura, sesiones culturales y seguimiento de la actualidad política, con momentos de receso y de disfrute de los programas de la televisión.
En su agenda diaria, el recluso tiene en cuenta la rutina de inspección diaria de parte de la administración penitenciaria, ya que la misma cuenta diariamente a los reclusos dentro de las celdas, aunado a ello, el preso permanece atrapado dentro de las políticas arbitrarias del ente ocupante como lo es la represión y las medidas punitivas, que vuelven a reprogramar la vida de los presos.
Por su parte, el preso liberado, Dargham al Aaraj, de la ciudad ocupada de al Quds, le dijo a al Mayadeen Net que los momentos de resistencia en el interior de la prisión consistieron en crear secciones ejemplares ante el deterioro y el estancamiento de la organización en el interior de las cárceles, luego de la división palestina en 2006.
Durante diecinueve años de cautiverio, al Aaraj pudo ser parte del movimiento y organización de los prisioneros en varios secciones y prisiones; vivió durante un período de tiempo con presos enfermos y luego se trasladó en 2017 hasta 2019 para convertirse en responsable de la sección los jóvenes en la prisión de “Damon”.
Aunque la responsabilidad hacia los prisioneros jóvenes era doble, al Aaraj pudo convertirse en la segunda familia para ellos, el maestro y el oficial de organización dentro de la sección, y agregó: “a pesar del sufrimiento individual, mantuve una distancia de severidad y suavidad en el trato con los niños presos, que no tienen la experiencia en asuntos de detención, y la vida dentro de esta sección era organizada y se regía por un horario diario que incluía lecciones educativas, sesiones culturales y tiempo para la oración”.
Añade que el caso más difícil de un prisionero por el que ha pasado es el caso del preso Ahmad Manasera.
Cabe señalar que el preso Dargham al Aaraj fue arrestado a raíz de la segunda intifada en 2000, cuando era un estudiante de primer año, estudiaba informática en la Universidad de Abou Dis y completó una licenciatura en ciencias políticas y una maestría en estudios israelíes dentro de las prisiones del ente ocupante. Al Aaraj fue liberado en 2019 y trabajó en el campo académico en la Universidad de Abou Dis y está culminando su doctorado; tuvo su primera hija hace cuarenta y seis dias, y la llamó Ilia´, en honor a la ciudad de al Quds.
En cuanto a los pasos adoptados en la lucha dentro de las cárceles del ente ocupante, destaca la huelga de hambre como la forma más elevada de protesta contra las políticas de la ocupación; en el mismo contexto, el preso liberado Majd Barbar afirma que la huelga colectiva constituyó la principal palanca y puso fin al recurso a los tribunales supremos israelíes; y señaló que la situación del movimiento de los presos se vio afectada por la división palestina dentro de los centros penitenciarios, lo que hizo que el movimiento de los presos sufriera hasta el día de hoy las consecuencias de esto.
Se señala que el preso liberado Majd Barbar fue arrestado en 2001 mientras se encontraba en su lugar de trabajo en al Quds ocupada, luego de que el ente ocupante lo emboscara, y fue liberado en 2021; es padre de un joven y una joven y esposo de su compañera de lucha, Fátima.
Cabe señalar que, según la Fundación Addameer para la Defensa del Prisioneros y los Derechos Humanos, el número de prisioneros dentro de las prisiones del ente ocupante durante 2022 llegó a 4650, incluidas 30 prisioneras, 180 adolescentes y 650 prisioneros administrativos.
Cuatro mil seiscientos cincuenta presos que continúan su lucha contra el “tiempo paralelo” y contra el carcelero, formando un vívido ejemplo de lo que dijo el luchador internacionalista vietnamita, Ho Chi Minh: “la cárcel puede contener tu cuerpo, pero nunca podría aprisionar tu alma».
Tomado de Al Mayadeen Español / Foto de portada: Diario Público.