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Se cumple un año del asesinato de Shireen Abu Akleh e Israel y EEUU rechazan una investigación independiente

Por Alberto García Watson

El 11 de mayo de 2022, la periodista palestina del canal qatarí Al Jazeera, Shireen Abu Akleh, fue asesinada de un disparo realizado por un francotirador del ejército israelí en la ciudad de Jenin al norte de la Cisjordania ocupada.

Esa misma mañana, Shireen, una reportera de 51 años y 25 años de experiencia en la profesión periodística y su equipo de filmación se presentaron a las 06:00am a la entrada del campamento de refugiados de Yenín, donde el ejército israelí llevaba desde las 05:00 am realizando una redada en busca de miembros de facciones de la Yihad Islámica.

Según el equipo que se encontraba junto a Shireen, mientras se acercaban caminando en dirección hacia un convoy de vehículos de los IDF israelíes que se encontraban a unos 200 metros, estos comenzaron a disparar contra el grupo de reporteros, alcanzando en el hombro al cámara Ali Samudi que corrió hacia un vehículo por protección. Inmediatamente después, Shireen Abu Akleh, cayó desplomada de un tiro en la parte trasera de la cabeza mientras buscaba protección tras un árbol.

Shireen al igual que el resto de su equipo, iban claramente identificados como prensa con sus chalecos antibalas y su casco metálico.

Un joven palestino, Sharif al-Azab, de 20 años y residente del campo de refugiados, corrió a socorrer a la periodista y al menos otros tres disparos fueron realizados contra él sin llegarlo a alcanzar.

Minutos después, la periodista perdía la vida de camino al centro sanitario.

Israel negó inmediatamente toda responsabilidad en el asesinato, señalando que Abu Akleh había sido tiroteada por un palestino. También distribuyó imágenes de vídeo que mostraban presuntamente a un combatiente palestino disparando en los aledaños del punto donde Abu Akleh fue alcanzada.

Investigaciones posteriores concluyeron que los disparos del combatiente palestino nunca podrían haber alcanzado a la periodista, dado que no había una línea de fuego directa entre el tirador y los periodistas.

Las autoridades israelíes alegaron no poder proceder con la investigación por la falta de colaboración con la Autoridad Nacional Palestina, al oponerse a entregar la bala que acabó con la vida de la periodista.

Presiones de las autoridades norteamericanas convencieron a las autoridades palestinas a entregar la bala a los Estados Unidos para la realización de una exhaustiva e independiente investigación, ya que Abu Akleh también contaba con la ciudadanía estadounidense.

Un par de meses después, las autoridades norteamericanas informaron que los resultados del análisis balístico no podía ser concluyente dado el mal estado de la bala. No obstante, y tras investigaciones realizadas por diferentes medios de comunicación, la Autoridad Nacional Palestina y datos ambiguos de las autoridades israelíes, todo parecía indicar que las fuerzas israelíes habrían sido responsables del tiroteo, pero subrayaba al mismo tiempo que “no existían indicios para determinar que la muerte de la periodista fuera intencionado y que en realidad fuera como consecuencia de circunstancias trágicas”, resultado del enfrentamiento delas IDF contra peligrosos terroristas palestinos.

No obstante, dicha declaración no detallaba el razonamiento que había llevado a esta conclusión.

Con el paso del tiempo, la postura norteamericana en relación a este crimen se ha visto empañada por incoherencias.

Washington empezó instando a que se procesara penalmente a los asesinos de Abu Akleh, pero esa petición se disipó pronto, y el Departamento de Estado estadounidense afirmó que la revisión por Israel de sus normas militares de enfrentamiento equivaldría a una “rendición de cuentas”.

Este nuevo posicionamiento por parte de EE.UU. ha suscitado numerosas críticas, ya que numerosas investigaciones independientes han concluido que no hubo enfrentamientos en la zona inmediata donde la periodista fue ejecutada, lo que ha llevado a Al Jazeera a calificar su muerte de “asesinato a sangre fría”.

Pero aquí no acaba la tragedia de Shireen Abu Akleh, incluso después de muerta, dos días después de su asesinato y mientas comenzaba su cortejo fúnebre por las calles de la ciudad vieja de Al-Quds (Jerusalén), su féretro casi cayó al suelo cuando sus portadores fueron golpeados brutalmente por parte de las fuerzas de seguridad israelíes, una imagen que dio la vuelta al mundo.

Esta nueva agresión a la figura de la “Hija de Palestina” como ahora es conocida en Palestina, provocó la supuesta consternación del secretario de estado norteamericano, Anthony Blinken, que decía estar “profundamente preocupado” aseverando que “todas las familias merecen poder dar sepultura a sus seres queridos de forma digna y sin obstáculos”. No obstante, Washington rechazó denunciar el asalto.

Al Jazeera, así como la familia de Shireen Abu Akleh ha llevado ante la Corte Penal Internacional (CPI), todas las evidencias que demuestran que la periodista palestina-estadounidense fue asesinada a manos de las fuerzas israelíes y pidió al fiscal Karim Khan que incluya este caso en su investigación por crímenes de guerra en Palestina.

Habiendo pasado un año de la muerte de Abu Akleh, la CPI aún no actuado, a pesar de que Palestina es un país miembro de la Corte Penal, tal vez sobrepasado con la causa abierta contra el presidente ruso, Vladímir Putin, por su operación militar en Ucrania, país éste último que curiosamente y a diferencia de Palestina, no es miembro del Estatuto de Roma.

Pocos días después del asesinato de la periodista palestina Shireen Abu Akleh, otra periodista palestina, Ghofran Warasnah, de 31 años, fue abatida por soldados israelíes cerca del campo de refugiados de Al-Aroub, al norte de Hebrón. Esta periodista a diferencia de Shireen era mucho menos conocida, ya que trabajaba para una emisora de radio, pero su crimen es igual de brutal que el de Shireen, Ghofran fue abatida por miembros del IDF (siglas en inglés de las fuerzas de guerra de Israel) y dejada desangrar al no permitirse la asistencia sanitaria.

Según revela un informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, con base en Nueva York, y realizado en conmemoración del asesinato de Shireen Abu Akleh, ascienden a 20 los periodistas palestinos muertos a manos de las fuerzas de ocupación israelíes desde el año 2002 y se cumple un patrón de respuesta que parece diseñado para evadir la responsabilidad. Ningún miembro del Ejército de Israel ha sido responsabilizado por la muerte de 20 periodistas por fuego militar israelí en los últimos 22 años”.

Tomado de Hispan TV

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