Miami, sus historias no contadas (I)
Por José Luis Méndez Méndez * / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
La cosmopolita ciudad de Miami, fundada el 28 de julio de 1896, es la ciudad más grande en el Condado de Miami-Dade, tiene diferentes títulos por la que es conocida, unos le llaman “la capital del sol”, “ciudad mágica”, “la capital mundial de los cruceros” y otros destaques.
Es la novena área metropolitana de Estados Unidos y la séptima más poblada con más de 5, 400 000 habitantes según el censo de 2014, pero su corazón acoge a 441.003 de estos el 70 % hispanos.
En el 2008, según la revista Forbes, se le otorgó el galardón de la ciudad más limpia por sus espacios verdes, calidad del aire, limpias aguas potables, calles cuidadas y diversos programas de reciclaje. En ese mismo año se situó como la tercera ciudad estadounidense más rica, sin embargo la revista Open, recopiló la realidad y sustentó que es un emporio de “la opulencia y de la pobreza extrema”.
En el condado Miami-Dade, donde está ubicada esta urbe, el idioma oficial administrativo es el español desde 1993, por el predominio de los hispanoparlantes con más del 70% como lengua de origen. Predominan los inmigrantes de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Puerto Rico, Colombia, República Dominicana, que se han asentado en ciudades donde sus colonias señorean.
Según añadió la referida revista, su colega Forbes, también la calificó como la más “miserable para habitar”, por sus criminesviolentos, su elevada tasa de desempleo, las despiadadas ejecuciones hipotecarias, elevados impuestos salariales y a la vivienda, el precio de sus casas y alquileres, la segregación de la indigencia, la exaltada corrupción administrativa de sus gobernantes y hasta por el tiempo que se invierte en trasladarse por sus embotelladas autopistas, donde son frecuente colisiones masivas. Este diagnóstico tomo como muestra a 200 ciudades estadounidenses.
Como ejemplo tangible, de un factor determinante para todos los momentos de la vida, es que el 75 % de los miamenses ganan menos de 75 000 dólares al año.
La añorada ciudad cuenta con un record sólido, es la sexta ciudad con las casas más devaluadas del país y ya más 365 000 han entrado en proceso de ejecución hipotecaria.
Otro índice, que añade otro título a la carismática ciudad, es su no envidiable nivel de contagiados del mortal SIDA, un escondido dato asegura que una de cada cien personas que se estrechan las manos, besan, comparten en cafeterías y restaurantes, son VIH positivos, pero no se conoce, de eso no se habla en la turbulenta metrópoli. A nivel estatal, Florida también compite con otros estados de la Unión, con más personas contagiadas con el mal.
Otra máxima, que asombra e impacta por sus extremos es la que fija: “En Miami se vive bien o no se vive”, para darle validez se aportó el guarismo, que el 22 % de sus habitantes ha perdido el trabajo y apenas subsiste con la magra ayuda que por desempleo recibe y las estampillas de alimentos, se resume así: “Es un infierno con olas en el verano”. Este es el Miami, que no se anuncia ni viene incluido en los paquetes de viajes turísticos, las personas en estado de calle, afean la ciudad y son segregados, la icónica visión de pobres viviendo debajo de puentes, ya no está más, se han escondido a la vista del curioso turista y de los lentes de sus cámaras y dispositivos móviles, como suvenir citadino.
La violencia se ha elevado, crimines de todo tipo en cualquier lugar, al salir de la casa junto a la mochila y la merienda de los niños, no puede faltar su chaleco antibalas escolar.
La otrora imagen de vivir unas vacaciones perpetuas, disfrutando de del colorido cielo en sus ocasos en sus aéreas verdes, ya ese paseó ningún salario lo puede pagar, apenas queda la nostalgia de lo que algún día fue y ya no es.
Un estudio de la Universidad Internacional de la Florida, (FIU en inglés), validó el contraste y el abismo en ampliación, que separa a los miamenses y asusta a los inmigrantes ávidos del alcanzar el “sueño americano”, desde hace años convertido en pesadilla.
El estudio científico demostró que en Miami, viven 30 billonarios, y sin embargo es uno de los lugares más desiguales en Estados Unidos. Las estadísticas compiladas aportan que la desigualdad de ingresos es similar al de Colombia y Panamá.
En la pirámide de ingresos económicos se aprecia, según las conclusiones: “Una pobreza profunda y generalizada” y una “clase media pequeña y cada vez más reducida”. Mientras cuenta con una fuerza laboral numerosa que depende de trabajos mal pagados. Otra lapidaria conclusión afirma: “Es la segunda brecha más grande en la nación entre los que tienen y los que no tienen”. El 14,3 % de la población de Miami, está en un acelerado estado de pobreza.
Dos sectores vulnerables son impactados sensiblemente por el elevado nivel de la penuria, uno de ellos es la “mayor tasa de pobreza de las personas mayores entre las grandes áreas metropolitanas” y el segundo la “tasa de pobreza juvenil que es significativamente más alta, que la tasa general”.
Este situación tiene una marcada dimensión racial, “los afroamericanos, tienen 2,5 más probabilidades de vivir en la pobreza, mientras que los hispanos casi el doble de los anglosajones”.
Otro dato que caracteriza esta ciudad, en apariencias un paraíso bajo el sol, es la acelerada reducción de su clase media, Cinco décadas atrás el 65 % de la población de Miami, formaba parte de este sector económico de la sociedad, mientras que en el presente se ha reducido y en caída a poco más de un 40%. Una de las causas es que la economía está dominada por el desempeño de servicios de baja remuneración. Casi la mitad de la fuerza laboral se ocupa de “trabajos precarios” en sectores como el turismo, comercio minorista y tiendas de alimentos, como tendencia en el sector de los servicios con un 47,8 %.. Numerosos de estos empleados ganan un salario de 26.532 dólares al año, casi la mitad de lo que gana un empleado promedio de alta capacitación, unos 53,275 dólares.
El informe avalado con numerosas fuentes y documentos oficiales resume, según la FIU, que la concentración de la pobreza es “lo más llamativo y devastador”, ya que no solo obliga a los más vulnerables y desprotegidos a una dura lucha por satisfacer sus necesidades diarias, sino que tiene también un efecto corrosivo acumulativo en las comunidades, que deteriora su tejido, hace metástasis y se lanza a buscar alternativas, entre ellas la comisión de delitos violentos. La modelación realizada concluyó, que los “vecindarios con una alta concentración de pobreza, tienden a seguir siendo crónicamente pobres”, en términos numéricos el 15 % de los residentes en Miami bien en la pobreza, teniendo en cuenta la inflación y la cantidad de personas por hogar. Concluye además, que Miami, exhibe el indicador negativo de ser una de las diez ciudades más pobres de la nación.
Para ponerlo en contexto en el año 2020, habían en Estados Unidos, 37.2 millones de pobres, algunas de las numerosas causas incluyen la desigualdad de ingresos, la inflación, el desempleo, el endeudamiento progresivo y la educación deficiente. En abril de 2023, esa cifra se había elevado a más 40 millones, equivalente a más del 11.6 % de su población. El umbral de pobreza anual de 2023, para una familia de tres aumentó en $ 1,830 dólares de 23,030 a 24,860. Esto no es solo una cifra, la misma impacta en la atención médica, ya que por ejemplo un niño en un hogar de ese tipo, no perdería su seguro médico, si su familia experimentara un aumento en sus ingresos de $4,666 dólares. En mayo de ese año, ya miles de niños han perdido su derecho para acceder a ese tipo de seguro, según el Centro para Niños y Familias de la Universidad de Georgetown. Esta es una de las historias no contadas de la también conocida como la “universidad del yo”, que no cree en lágrimas.
(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.
Foto de portada: Miami-Dade Police Department / Facebook.