Federadas
Por Dailenis Guerra Pérez * / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
Hay muchas maneras de referirse a la mujer cubana. Las hubo mambizas, clandestinas, guerrilleras. Hoy las encuentras federadas, desde el 23 de agosto de 1960.
Aquella ama de casa que sacudía también el polvo de sus aspiraciones se fortaleció en la Federación de Mujeres Cubanas, en el ejemplo de Vilma y de la Revolución naciente, para conquistar sus retos.
El paso del tiempo atesora 63 años de conquista y empoderamiento femenino. Cambiar conceptos, patrones patriarcales y lograr la equidad de género en esta sociedad, se ha convertido en el reto de la organización.
Estadísticas sobran para validar la unión de las mujeres. Somos más de 4 millones de federadas. Más del 42 % de las personas que trabajan en el sector estatal y el 34 % en el sector privado, son féminas. Casi el 50 % del personal científico son cubanas mientras que el 13 % son dueñas de tierras. Cada vez más son las que ocupan cargos de dirección y hoy se cuenta con el segundo parlamento más feminizado del mundo.
Sin embargo hay cuestiones que no tapan con un dedo el sol. El fatalismo geográfico es real, apuñala a muchas profesionales talentosas que dan flores a las “áreas verdes” del país, pero el campo necesita rosas.
También es cierto que hay quienes no cuidan la ternura femenina. Que laceran su cuerpo y despojan el alma con palabras ofensivas.
Aún la mujer asume los retos que, de generación en generación recaen sobre las féminas. ¿Cuál es la diferencia?, que las cubanas son capaces de luchar por cumplir sus objetivos. Hoy literalmente una cubana hace lo que quiere, porque oportunidad tiene.
Una federada puede estudiar lo que desee, encontrar ofertas laborales adecuadas a su perfil e incluso disputar un puesto de trabajo con un hombre. Aquí vale hoy el empeño, la decisión de luchar, persistir, la ingeniosa manera de desenvolverse en este laberinto que es la vida sin que se te queme el arroz.
Es tener la capacidad de concentración suficiente para no equivocarte en la contabilidad de la empresa mientras piensas qué hacen tu bebé y esposo en casa, porque hoy no hubo “cuido”.
La realidad de la mujer cubana se une como cordón umbilical a la situación económico- social que vivimos, si bien cada una en contextos diferentes, con heridas y cicatrices de su legado, las federadas sabemos enfrentar el día a día.
La cubana baila con determinación el ritmo que impone los nuevos tiempos, porque el contexto, la diversidad, las situaciones, las aspiraciones, hacen que la mujer se desdoble apasionada, buscando estar a la altura, arraigada a sus orígenes, a la historia.
Aunque aún hay brechas de desigualdad, sobre los hombros de las mujeres cubanas cae también el peso de los éxitos que como país atesora esta isla. El mayor desafío de una federada es enfrentarse a ella misma; a la negación, el cansancio, la rendición, a la reproducción cotidiana de la vida.
(*) Periodista cubana. Colaboradora de Resumen Latinoamericano.
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