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«¿Por qué la mayoría de los medios estadounidenses y el Gobierno de EEUU han decidido ser cómplices de crímenes genocidas?»

Las vidas palestinas también importan: como persona judía y experta en filosofía, Judith Butler repudia el genocidio perpetrado por Israel en Gaza

Hablamos con Judith Butler, quien hace parte de las decenas de escritores y artistas judíos estadounidenses que firmaron una carta abierta al presidente Biden llamando a un alto el fuego inmediato en Gaza. “Todo el mundo debería alzar la voz, hacer oír sus objeciones y pedir el fin del genocidio”, dice Butler acerca de los ataques de Israel. “Hasta que Palestina sea libre […] seguiremos viendo violencia en la región. Seguiremos viendo cómo la violencia estructural genera este tipo de resistencia”. Butler se desarrolla académicamente en el campo de la filosofía y ha escrito numerosos libros, entre ellos “La fuerza de la no violencia. La ética en lo político” y “Parting Ways: Jewishness and the Critique of Zionism” (Caminos divergentes. Judeidad y crítica del sionismo). Además, integra la junta asesora de la organización Jewish Voice for Peace.

Para ver la entrevista en inglés, haga clic aquí.

AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman, con Nermeen Shaikh.

NERMEEN SHAIKH: Continuamos nuestra conversación sobre el bombardeo israelí contra Gaza. Nos acompaña ahora Judith Butler, quien se desarrolla académicamente en el campo de la filosofía y los estudios de género y hace parte de las decenas de escritores y artistas judíos que firmaron una carta abierta al presidente Biden llamando a un alto el fuego inmediato en Gaza. Judith Butler ha escrito numerosos libros, entre ellos “La fuerza de la no violencia. La ética en lo político” y “Parting Ways: Jewishness and the Critique of Zionism” (Caminos divergentes. Judeidad y crítica del sionismo). Su artículo más reciente para la revista London Review of Books se titula “La brújula del duelo”. Judith Butler se comunica con nosotros hoy desde París. Se distingue por su labor académica en la Escuela de Posgrado en la Universidad de Berkeley y preside la cátedra Hannah Arendt en la Escuela Europea de Posgrado. También hace parte del consejo asesor de la organización Voz Judía por la Paz.

Le damos la bienvenida a Democracy Now!, Judith Butler. ¿Puede responder a lo que estábamos hablando hace un momento con la Dra. Ashrawi, que dijo que a los palestinos se les “ha negado el reconocimiento” de su propia “humanidad y derechos”? Usted ha escrito ampliamente sobre las formas en que se valora de manera diferente a distintas personas.

JUDITH BUTLER: Sí. Bueno, quisiera simplemente decir que todas las personas que ha entrevistado en el programa, que hablan desde Palestina, han usado la palabra “genocidio”. Y creo que debemos tomar esta palabra muy en serio, porque describe la situación en la cual la población es atacada –no solo la parte militar, sino la parte civil– y bombardeada, desplazada por la fuerza, y en la cual se está planeando la reubicación o el arrasamiento total de la propia Gaza. Como saben, hay grupos legales como el Centro de Derechos Constitucionales, que ha publicado un estudio de 40 páginas sobre por qué es correcto llamar genocidio a lo que les está sucediendo a los palestinos. Y otros grupos que estudian el derecho internacional demuestran que el genocidio no siempre se parece a lo que hizo el régimen nazi, sino que puede ser el socavamiento sistemático de los medios de subsistencia, la salud, el bienestar y la capacidad de persistir. Eso es exactamente lo que está pasando.

¿Por qué los medios estadounidenses, en su mayor parte, y el Gobierno de EE.UU. han decidido ser cómplices de crímenes genocidas? Es una pregunta importante. Y es un hecho alarmante. Hanan Ashrawi tiene razón al decir que no es solo que estén dando apoyo ideológico o asesoramiento de imagen para decir que la violencia genocida por parte de Israel está justificada. En realidad están dando armas y apoyo y asesoramiento con el fin de ejecutar este conjunto de políticas genocidas.

Y por lo que a mí concierne, se ha catalogado a los palestinos como no dignos de ser llorados. Es decir, no son un grupo de personas cuyas vidas son consideradas como dignas de tener valor, de persistir y de florecer en este mundo. Si se pierden esas vidas, no se considera una verdadera pérdida, porque no solo son poco menos que humanos, sin duda son considerados así, pero no solo son menos que humanos, sino que son una amenaza para lo que sea la idea de lo humano que está siendo defendida por las políticas sionistas, compartidas por Israel y Estados Unidos y muchas otras potencias occidentales.

Entonces, creo que una vez que veamos estas caricaturizaciones afianzándose en el discurso público —que todos los palestinos son Hamás, o Hamás es un grupo terrorista, en lugar de, digamos, un grupo de resistencia armada, o que la violencia israelí está moralmente justificada, y la violencia palestina es bárbara—, ¿por qué no sería correcto describir el bombardeo de personas en sus hogares y en sus hospitales y en sus escuelas o mientras huyen, de acuerdo con las directivas israelíes… ¿por qué no es eso algo bárbaro? Lo que estamos viendo no es solo la matanza de civiles palestinos como un hecho fortuito de la guerra, como una especie de subproducto. Estos civiles están siendo atacados. Entonces, el ataque a civiles que pertenecen a un grupo en particular, étnica y racialmente definido, es una práctica genocida. Eso es lo que estamos viendo.

Y todos deberíamos dar un paso al frente y oponernos a eso y pedir que se ponga fin al genocidio. Es cierto que firmé varias peticiones, una de las cuales pide un alto el fuego inmediato. Eso es lo mínimo. Pero el hecho es que la violencia que estamos viendo pertenece a una violencia de larga data, una violencia que lleva 75 años, que se ha caracterizado por el desplazamiento sistemático, el asesinato, el encarcelamiento, la detención, el robo de tierras y las vidas dañadas. Necesitamos una solución política mucho más completa para esta situación. Hasta que Palestina sea libre y las personas en Palestina puedan vivir como ciudadanos o actores políticos en un mundo que ayuden a crear, hasta que se autogobiernen y forme parte de una democracia, seguiremos viendo violencia. Seguiremos viendo esta violencia estructural que produce este tipo de resistencia. Así que espero…

AMY GOODMAN: Judith Butler…

JUDITH BUTLER: … que al final no pongamos solo una curita.

AMY GOODMAN: Quiero preguntarle…

JUDITH BUTLER: Por favor.

AMY GOODMAN: El político israelí Moshe Feiglin pidió hacer con Gaza lo que se hizo con Dresde, en referencia al bombardeo de la Segunda Guerra Mundial sobre la ciudad alemana de Dresde, que mató a unas 25.000 personas.

JUDITH BUTLER: Sí.

AMY GOODMAN: Una tormenta de fuego en toda Gaza. Naftali Bennett, el ex primer ministro, cuando se le preguntó sobre el asesinato de civiles israelíes, de más de 1.400 personas el 7 de octubre, en una entrevista en Sky News, respondió: “¿En serio está hablando sobre los civiles palestinos?”. Solo tenemos 45 segundos, ¿Cuál es su respuesta?

JUDITH BUTLER: Bueno, creo que uno de los problemas es que los civiles palestinos no son reconocidos como tales. En otras palabras, cuando has logrado, retóricamente y a través de los medios de comunicación, la identificación de Palestina con el terrorismo, y de todos los palestinos con terrorismo, barbarie y animalidad, entonces no hay civiles en el imaginario de aquellos que están ejerciendo la violencia.

AMY GOODMAN: Muchas gracias por acompañarnos…

JUDITH BUTLER: Y eso es falso, y hay que oponerse a ello. Gracias.

AMY GOODMAN: Muchas gracias por estar con nosotros, vamos a continuar con esta entrevista y publicaremos la segunda parte en democracynow.org. Judit Butler se desempeña en la rama de la filosofía y los estudios de género, así como el análisis político. Se distingue por su labor académica en la Escuela de Posgrado de la Universidad de California en Berkeley y preside la cátedra Hannah Arendt en la Escuela Europea de Posgrado. También hace parte del consejo asesor de Voz Judía por la Paz.

Eso es todo por hoy. Soy Amy Goodman, con Nermeen Shaikh, en otra edición de Democracy Now!

Tomado de Democracy Now

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