Renuncias intempestivas, promesas incumplidas, señales a nuevos aliados, reclamos de los propios: Las tormentas por el armado del gabinete que Milei no logra controlar
Por María Cafferata.
Cada paso que Javier Milei da en pos de acercarse a la presidencia desata nuevas tormentas internas. Renuncias intempestivas, promesas incumplidas, señales a nuevos aliados, reclamos de los que –le recuerdan– estaban de antes: quedan solo unos 20 días para la asunción y, todavía, hay muchos casilleros por llenar, pero el presidente electo avanza lenta y erráticamente, trazando nuevas alianzas sobre la marcha y aguardando a que Mauricio Macri regrese finalmente a la Argentina para terminar de sellar el organigrama. Se profundiza, por un lado, el acuerdo con Juan Schiaretti, abriéndole los brazos a algunos de sus dirigentes más cercanos, mientras le esquiva a su propia vice Victoria Villarruel –quien salió a marcar la cancha después del anuncio de que Patricia Bullrich volvería al Ministerio de Seguridad– y pone en pausa la designación del puesto que definirá el cariz de la alianza con el PRO. Es decir: la presidencia de la Cámara de Diputados.
El día arrancó temprano en el Hotel Libertador, la base de operaciones (y residencia) de Javier Milei hace semanas. “Todas las confirmaciones van a estar el 10 de diciembre”, se atajó, en la puerta, Diana Mondino, la economista que ocupará el cargo de canciller en el gobierno de Milei. La noche anterior había estado marcada a fuego por la renuncia del gurú de la dolarización, Emilio Ocampo, el corrimiento de Carolina Píparo, el desembarco de Patricia Bullrich al Ministerio de Seguridad y, al día siguiente, el portazo a través de las redes sociales de uno de los principales asesores económicos de Milei, Carlos Rodríguez. El exfuncionario menemista había quedado mal parado la noche anterior cuando, en una entrevista, había criticado a Luis “Toto” Caputo –cuyo nombre circula para encabezar el Ministerio de Economía– diciendo que era un “hombre de la especulación financiera” y que “no servía” para ministro. En la misma entrevista, Rodríguez aprovechó para exponer su homofobia, afirmando que “ver a dos hombres besarse” le generaba “dolor la barriga”.
Las negociaciones para ocupar los cargos vacantes del gabinete libertario están dejando un tendal de heridos internos en La Libertad Avanza. Fundamentalmente por la profundización de dos alianzas: el cogobierno con Mauricio Macri, por un lado, pero también el acuerdo que comenzó a tejer con el gobernador cordobés, Juan Schiaretti. Ya son dos los hombres de Schiaretti que ingresarían al gabinete mileista a partir de diciembre: el ministro de Finanzas, Osvaldo Giordano, que pasaría a encabezar la Anses –el lugar que le habían prometido a Píparo– y el ministro de Transporte, Franco Mogetta, que pasaría a encabezar la misma cartera a nivel nacional. Píparo y Milei se reunieron el viernes por la tarde en el Hotel Libertador para calmar las aguas, pero los chispazos internos no terminan de aplacarse. Mondino intentó matizar las diferencias ese mismo día a la mañana –“tiene una gran experiencia y una gran capacidad de gestión, hay que ver cuál es la mejor posición para ella”, afirmó–, pero resta saber cómo encarará el desplante una de las 37 diputadas que tiene LLA en la Cámara de Diputados.
Otra de las dirigentas de LLA que quedó en offside en las últimas horas fue la propia vicepresidenta electa. Victoria Villarruel, originalmente, iba a encargarse de designar a las personas que ocuparían las carteras de Seguridad, Justicia y Defensa, sin embargo Milei y su equipo técnico –su hermana Karina, Nicolás Posse y Guillermo Francos– avanzaron por separado, designando a Mariano Cúneo Libarona en Justicia y a Bullrich en Seguridad. Buscando marcar la cancha después de aquel desplante, Villarruel se encargó de visitar –y de publicar un video de su visita– el Departamento Central de Policía y reunirse con la plana mayor de la Policía Federal. “Voy a tomar contacto con cada una de las fuerzas federales, las Fuerzas Armadas, más allá de quiénes sean los ministros designados por el presidente Milei”, señaló, a modo de advertencia, a la salida.
Otro de los focos de conflicto interno, que el presidente electo todavía no ha logrado resolver, es el que tiene que ver con la presidencia de la Cámara de Diputados. El cargo había sido negociado post Pacto de Acassuso entre Milei y Mauricio Macri para que recayera en las manos del PRO, puntualmente en las de Cristian Ritondo (que ostenta la presidencia del bloque). Era una forma de consolidar la alianza y cimentar el cogobierno, pero, una vez que ganó el balotaje, Milei se arrepintió. En el PRO acusan a Guillermo Francos de estar impulsando el nombre Florencio Randazzo para impostar autonomía del macrismo y advierten que podría complicarse el formato de la alianza PRO-libertaria en el recinto de no respetarse el acuerdo original. “Total, nosotros vamos a seguir teniendo nuestros 50 diputados del PRO, después se verá”, deslizó un halcón de la Cámara baja.
El próximo lunes habrá una reunión en el Hotel Libertador entre todos los diputados y senadores de LLA con el objetivo de definir la estrategia parlamentaria a partir de diciembre. Varios insisten en que la presidencia tiene que recaer en manos de un diputado del bloque libertario y el objetivo es definir, esa misma noche, quien ocupará el cargo. En el PRO, en cambio, sostienen que la disputa se resolverá cuando Macri regrese a la Argentina y termine de sentarse a negociar con Milei.
Mientras tanto, el embajador norteamericano, Marc Stanley reconoció que le ofreció a Milei organizarle encuentros con funcionarios de la administración de Joe Biden porque, dijo, el presidente electo viajará la próxima semana a los Estados Unidos.
Un Milei en Casa Rosada
En paralelo a las negociaciones por la conformación del gabinete, el equipo de Milei continúa trabajando con el gobierno nacional de Alberto Fernández para organizar la transición. Existe un contacto fluido entre ambos equipos: Francos, Karina Milei y Nicolás Posse, en representación de Milei, y Juan Manuel Olmos y Julio Vitobello, en representación de Fernández. El viernes, incluso, “El Jefe” –como Milei llama a su hermana Karina– se trasladó a Casa Rosada para reunirse con Vitobello, quien integra el círculo más íntimo del actual presidente.
El objetivo de la reunión, que duró más de dos horas, era discutir y coordinar el traspaso de mando del 10 de diciembre. Karina arribó a Balcarce minutos antes de las 16 junto a Sandra Pettovello –la futura ministra de Capital Humano, el super Ministerio que agrupará las carteras de Salud, Educación, Trabajo y Desarrollo Social– y se retiró cerca de las 18. “Fue una muy buena reunión. La transición se va a desarrollar sin problemas”, aseguró uno de los que participó del encuentro, que se llevó a cabo en el despacho de Vitobello. Milei ya avisó que no trabajará desde Casa Rosada, sino desde la quinta de Olivos, pero parte de la conversación entre Karina y Vitobello giró en torno al funcionamiento de la Casa de Gobierno. Si bien no trascendieron muchos detalles, el gobierno nacional se propone hacer acto de entrega de la banda y el bastón presidencial luego de la jura en la Asamblea Nacional, en línea con la tradición protocolizada hace decenas de años en el país.
Tomado de Página/12 / Foto de portada: AFP.