Mortalidad materna e infantil descienden, pero no lo suficiente
Por Dixie Edith
Especialistas alertan sobre la necesidad de estudiar la mortalidad materna desde perspectivas integrales, que trasciendan la atención de salud e incluyan las determinantes económicas, ambientales, sociales y político-culturales.
Cuba cerró 2023 con descensos en la mortalidad materna e infantil en comparación con las cifras reportadas en 2022, que aún mostraron señales del impacto de la covid-19 en el sistema de salud del país.
La razón de mortalidad materna disminuyó de 40,9 por 100.000 bebés nacidos vivos en 2022 a 38,7, lo que mantiene una tendencia a la baja desde el 176,6 de 2021, el mayor registro de los últimos años, relacionado directamente con el impacto de la pandemia, según confirmaron reportes del Anuario Estadístico de Salud publicado en octubre de 2023.
De acuerdo con registros históricos, las principales causas de muerte materna en Cuba –entendida como el fallecimiento de una mujer mientras está embarazada o en los 42 días posteriores al término de su gestación- han estado asociadas a las hemorragias obstétricas, las complicaciones tromboembólicas y las sepsis.
La introducción de innovaciones tecnológicas en la atención obstétrica, un mayor seguimiento al alto riesgo concepcional y la evaluación diferenciada de las gestantes fueron identificadas como las principales estrategias para este descenso del indicador, indica una nota oficial publicada por el Ministerio de Salud Pública el 4 de enero.
Entre 2005 y 2020 la nación caribeña mantuvo una razón de mortalidad materna promedio de 41,2 fallecimientos de madres por cada 100.000 nacidos vivos, asevera el artículo Impacto de la adolescencia en la mortalidad materna de Cuba, publicado en 2023 en la Revista Cubana de Obstetricia y Ginecología.
Pero si bien los números de 2023 apuntan a un retorno a la estabilidad previa a la pandemia, especialistas coinciden en que se trata de “un aspecto de la salud que no ha mejorado de forma significativa en los últimos decenios”, asevera el texto, firmado por un colectivo de autores encabezado por el pediatra Roberto Álvarez Fumero, quien dirigió durante más de una década el Programa de Atención Materno Infantil (Pami).
Especialistas alertan acerca de la necesidad de estudiar el fenómeno desde perspectivas más integrales, que trasciendan la atención de salud e incluyan las determinantes económicas, ambientales, sociales y político-culturales.
Entre ellas clasifica, por ejemplo, su relación con la fecundidad adolescente, un indicador en franco crecimiento en el país. Según el texto de Álvarez Fumero y su equipo, “la morbilidad materna extremadamente grave es un problema de salud actual en Cuba y ocurre a expensas de mujeres en edades extremas”; 8,5 por ciento ocurre en adolescentes y 10,3 por ciento en mujeres mayores de 35 años.
Mortalidad infantil baja con lentitud
En el caso de la mortalidad infantil, en el año que recién concluyó se redujo a 7,1 por 1.000 nacidos vivos desde 7,5 en 2022 y 7,6 de 2021, considerada esta última la mayor alza registrada en el país en los últimos 20 años.
Si bien se trata del segundo año de ligeros descensos, el indicador aún se mantiene muy por encima de los alcanzados por el país en las primeras dos décadas del actual siglo, donde se reportaron comportamientos entre los más bajos de la región.
En 2023 la mortalidad infantil se redujo a 7,1 por 1.000 nacidos vivos, desde 7,5 en 2022.
En 2017 y 2018 se registró la tasa de mortalidad infantil más baja de la historia del país, con 4,0 por cada 1.000 nacidos vivos respectivamente, seguida de 5,0 en 2019 y 4,9 en 2020.
La crisis sanitaria derivada de la pandemia, combinada con la económica, no solo impactó los servicios de atención de urgencias o la disponibilidad de medicamentos, sino también programas priorizados como el Pami.
Entre las principales problemáticas que afectaron los indicadores de salud en 2022, además de las carencias económicas y de financiamiento, el ministro del ramo, José Ángel Portal Miranda, identificó problemas en la organización de los servicios, así como en la conducción de procesos claves en la atención primaria y secundaria de salud, según el balance del sector para ese año realizado en mayo de 2023.
En el caso específico de la mortalidad infantil, Portal Miranda enumeró, entre las principales causas, afecciones perinatales como el bajo peso y la prematuridad, las malformaciones congénitas, las sepsis adquiridas, la hemorragia interventricular, la asfixia y la hemorragia pulmonar.
También citó deficiencias vinculadas al control del riesgo reproductivo pre-concepcional y un elevado índice de embarazo en la adolescencia.
La doctora Catherine Chibás Pérez, actualmente jefa del Pami, explicó en la nota oficial que en 2023 se reportaron 74 fallecidos menos que el año previo y seis provincias quedaron por debajo de la media del país: Pinar del Río (3,1), Artemisa (3,9), Holguín (4,7), Sancti Spíritus (4,8), Villa Clara (5,7) y Matanzas (6,9).
En tanto, las provincias con las mayores tasas son La Habana (7,9), Santiago de Cuba (8), Guantánamo (9) y Mayabeque (9,1), acorde con los datos oficiales. Estas cifras, aunque aún superan la media del país, también mejoran su comportamiento en comparación con 2022.
En 25 de los 168 municipios del archipiélago, concentrados en las provincias de Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Mayabeque y Matanzas, no se reportaron fallecidos menores de un año.
Tomado de Red-Semlac