Internacionales

Argentina, el paquetazo ultra neoliberal y los equiparadores de ocasión

Por Francisco Delgado Rodríguez * / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

 

Una de las cosas más delirantes que se pueden leer en estos días en las redes sociales, aluden a una antojadiza equiparación entre el proyecto de retrotraer a la Argentina a un país del siglo XIX, según los conceptos de su actual mandatario, Javier Milei, y las acciones que el gobierno cubano están desplegando en Cuba, dirigidas a  corregir distorsiones, que permitan superar la tensa situación socio económica que enfrentan los cubanos.

Puesto en contexto, el prolongado bloqueo del gobierno norteamericano a Cuba, es sin dudas la principal y más abarcadora diferencia. Desconocer esa circunstancia descalifica de entrada cualquier análisis que se haga al respecto. No es objeto de este trabajo profundizar sobre esta agresión extraterritorial, pero ciertamente los gobernantes argentinos no están lidiando con una guerra económica promovida desde el exterior.

Muy por el contrario, el pasado enero Argentina recibió del FMI un desembolso de 4 700 millones de USD, aprobado por los mismos que bloquean a la Isla. Esta cifra casi coincide con el impacto del bloqueo sobre Cuba, calculadas en el orden de los 4 867 millones de USD  en el período 2022-2023.

En segundo lugar, se impone un enfoque clasista, ausente en los “equiparadores” de ambos planes, dejar claro que sectores serán beneficiados.

Afirmar que lo que se hace en Cuba es para una elite económica inexistente, es un absurdo que solo encaja en una narrativa políticamente motivada y destinada a denigrar a la dirección revolucionaria; por favor, en Cuba no hay multi millonarios como si los hay en Argentina, que incluso cotizan en la mayor bolsa de valores del mundo, en  Wall Street, New York; eso lo sabe cualquiera y sino pregunten a la afamada revista Forber, cuando nunca pudo probar esa condición  de multi millonario, al líder histórico de la Revolución cubana.

Cualquier cosa que la Revolución haga tiene como único y lógico fin mejorar la calidad de vida de la población, es obligado reiterarlo porque es su principal razón de ser, y neutralizar la crueldad del bloqueo, también hay que recordarlo.

Aunque durante la campaña electoral se habló de desterrar a la “casta”, ciertamente no solo forman parte del actual gobierno sino que la verdadera casta, la oligarquía trasnacionalizada argentina, será muy probablemente uno de los principales destinatarios del abarcador proceso de desestatización previsto, son los que impulsan el rediseño del país para llevarlo al siglo XIX.

El programa de privatización de las empresas públicas presentado suma en principio 41 en total, algunas altamente eficientes como Aerolíneas Argentinas, YPF (principal petrolera del país), los ferrocarriles, el emblemático Banco de la Nación Argentina e incluso, la no menos significativa agencia de prensa Telám. ¿Quiénes las compraran? Obvio, junto a la casta local, en el festín privatizador, también participaran grandes corporaciones extranjeras, alentadas por generosas concesiones de soberanía.

Estos afanes privatizadores tienen historia en el país y siempre fracasaron. Un diputado opositor lo renombró como “Proyecto 4M”, en alusión a Martínez de Hoz, el titular de economía de la dictadura, que se propuso un plan parecido, seguido en el tiempo después por los presidentes Carlos Menen (1989-1999), Mauricio Macri (2015-2019) y ahora Javier Milei.

Y en Cuba, ¿alguien escuchó que el gobierno cubano se apresta a privatizar los bancos, Cubana de Aviación, la empresa nacional de ferrocarriles o por caso, Prensa Latina? Es una pregunta para los “equiparadores”, algunos de los cuales suelen sugerir políticas privatizadoras como solución mágica, por cierto algo que tampoco funcionó en el resto de Nuestra América.

Otro de los aspectos relevantes en esta comparación se refiere al tratamiento a los servicios de salud pública; es sabido la proyección del flamante presidente argentino a favor de privatizarlo; aunque está por ver si puede concretar este desatino, ya comenzó por cortar la asistencia a pacientes sin cobertura de salud, que enfrentan el cáncer y otras enfermedades crónicas llamadas discapacitantes.

Como muestra un botón, acaban de reactivar un acuerdo con una fundación pediátrica, cuyo líder se hizo famoso en el pasado por encabezar cruzadas contra el aborto, retroceso sobre el que se pretende legislar, afirmando que el sexo es solo “para contribuir a la obra de Dios”. De prosperar estos planes, la salud no solo se privatizará, sino también que adquirirá ribetes oscurantistas, propios tal vez de la anhelada Argentina del siglo XIX.

También eliminaron planes sociales que apuntaban a paliar el déficit de alimentos y otros recursos vitales, en sectores claramente definidos como vulnerables, alrededor de un millón de pobres, que integran la base de ese 40% de pobres que existen en el país. Es decir, la canasta familiar normada, con características argentinas, fue borrada de un plumazo por resolución ministerial.

En pocas palabras, en Argentina contra los vulnerables, en Cuba, en una cruzada inclusiva, para garantizarles la máxima protección posible.

No podría abordarse en un corto espacio el rosario de medidas impopulares, concebidas para desconocer derechos adquiridos en al menos los últimos 40 años, pero  vale resaltar la polémica reforma laboral, exponente cruel de hasta donde el oficialismo bonaerense concibe la sobre explotación de los trabajadores. ¿Alguna reforma anti obrera en Cuba? Desde luego que no.

También ámbitos como la educación y la cultura están bajo asedio de la “moto sierra anti casta”. Da terror que se vacíe de fondos instituciones culturales, de las que no solo los argentinos, sino todos los latinoamericanos nos sentimos orgullosos. ¿Se habla de cerrar algún instituto, o espacio cultural en Cuba?, por supuesto que no.

Quedan en el tintero otros temas asociados a lo anterior, como el debate sobre la llamada “ley ómnibus”, concebida para quitarle prerrogativas al parlamento, asunto que tampoco tiene una equivalencia en Cuba.

En materia presupuestaria otra puntual comparación. Para el 2024, Cuba gastará 26% y 20% en salud y educación respectivamente; Argentina: 3.8% y 7%.

Exprofeso quedó para el final la abismal diferencia en la política exterior de ambos países. Y no por su obviedad debe dejar de mencionarse las posturas ante la masacre, y el genocidio perpetrado  por el nazisionismo contra el noble pueblo palestino; en el ámbito estrictamente comercial,  la retórica vacía e incluso contra producente, contra socios estratégicos como China, forman parte de un enfoque hacia el exterior de predominio ideológico macartista, sin percatarse que si el mundo se relacionara en base a lo puramente ideológico, sería mucho más caótico de lo que ya es.

Cuba enfrenta una dura situación socio económico, el bloqueo, los efectos devastadores de la pandemia y desde luego los errores internos, que justamente ahora se procuran superar, son la explicación del actual contexto.

Las autoridades cubanas han aclarado que nada de esto se arregla con fórmulas neoliberales, basados incluso en la historia contemporánea del capitalismo subdesarrollado. Los “equiparadores” que afirman lo contrario precisamente quisieran eso para Cuba, es decir un capitalismo descarnado.

A propósito de la célebre frase maniquea de Milei sobre la libertad, viene al caso lo dicho por el compositor uruguayo Alfredo Zitarrosa, cuando en una estrofa muy popular advertía: “Doña Soledad, doña Soledad, tenga cuidado con la palabra Libertad”, sobre todo cuando se aplica con una moto sierra a lo Milei, puede agregarse.

También Violeta Parra, en una copla icónica dice:   “Miren como nos hablan de libertad, cuando de ella nos privan en realidad”.

Para el caso argentino se pretende una libertad para que los super ricos acumulen más, libertad para empujar a las capas medias a la pobreza, y a los pobres a  la indigencia. De paso, vender el país al mejor postor. Ese es el panorama desquiciante que solo el pueblo argentino, a partir de su proverbial espíritu y tradiciones de lucha, logrará detener.

En Cuba, bueno en la patria de Martí y Fidel, los cubanos seguirán Hasta la Victoria Siempre.

Foto de portada: Wall Street Journal.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *