Europa: Bombas, pan, hipocresía
Por Geraldina Colotti.
Reina un mal clima en Europa, con un crecimiento cada vez más marcado de los partidos de extrema derecha, como también se vio en las últimas elecciones parlamentarias en Portugal. La fuerza impulsora es la hegemonía de los gobiernos ultraconservadores en la Unión Europea, unidos por los intereses del complejo militar-industrial liderado por la OTAN en los tres escenarios de conflicto más visibles (Ucrania, Palestina y el Mar Rojo), y en otros que están dibujados en el fondo.
La inacción de la UE ante el genocidio palestino, que cada día hace aumentar el número de muertos (31.000, un tercio de ellos niños, a los que hay que sumar los 71.377 heridos y el millón setecientos mil desplazados internos) va de la mano de la vergonzosa cobertura mediática de que disfruta el régimen sionista y que determina la formación de la llamada “opinión pública”. Una situación construida sobre años de connivencia explícita con los intereses del gran capital internacional por parte de los partidos de “centro izquierda”, subordinados a los dictados de la OTAN y la Unión Europea.
La resistencia del pueblo palestino, sin embargo, se perfila como una sana operación para desenmascarar los verdaderos intereses en el terreno: por un lado, hay una creciente oposición popular, que llena las plazas con banderas palestinas, y que también está creando contradicciones entre el electorado de la izquierda tradicional; por el otro, hay siglas y rostros que en los últimos años se han dedicado a confundir y silenciar el conflicto de clases y la lucha antiimperialista, dejando el campo abierto a la derecha.
Así se vio también en las masivas manifestaciones con motivo del 8 de marzo, Día de la Mujer, caracterizadas por la solidaridad con el pueblo palestino. En Madrid, más de medio millón de mujeres se manifestaron “contra la violencia patriarcal, los genocidios y los privilegios”, y también contra “las mentiras de la Unión Europea”.
En Italia, donde la influencia de la izquierda no conflictiva y proatlántica sobre importantes sectores del feminismo ha determinado en los últimos años la paralización de la solidaridad, tanto hacia el socialismo bolivariano como hacia la resistencia palestina, hay señales importantes de que las cosas están cambiando. La lucha de las y los palestinos contra la ocupación y el genocidio está mostrando la necesidad de unirse contra un enemigo común y también la necesidad de nombrar claramente al enemigo: el imperialismo estadounidense y su gendarme en Medio Oriente -el sionismo- y los cómplices de la Unión Europea.
“El capitalismo se alimenta de la opresión de las mujeres y sólo puede ser derrotado con su liberación”, afirmó Clara Zetkin, indicando cómo la lucha contra el patriarcado es un eje fundamental de la lucha contra el capitalismo y el imperialismo. La gran comunista alemana (nacida el 5 de julio de 1857 y fallecida el 20 de junio de 1933) dejó una huella imborrable en el movimiento feminista alemán y europeo. Sus palabras y su ejemplo (durante la Primera Guerra Mundial se opuso firmemente a la guerra imperialista y luchó por una paz combinada con la justicia social, que sólo el socialismo puede lograr) se oponen al “pacifismo bélico” que hoy aflige a ciertas corrientes del feminismo europeo.
“Las mujeres – continuó Zetkin – deben ser dueñas de su cuerpo y tener derecho a tomar decisiones sobre su salud y su reproducción”. Un mensaje que sigue siendo fuerte incluso hoy, frente a los ataques de la derecha clerical-fascista en Europa que, cuando no logra abolir las leyes conquistadas mediante la lucha en el último siglo, las desactiva reforzando, como en Italia, la acción de los llamados “médicos objetores de conciencia”, que imposibilitan su aplicación.
En Irlanda, un referéndum rechazó la transformación de la Constitución para hacerla menos sexista, y el matrimonio seguirá siendo declarado un requisito para cualquier familia, mientras que el valor de la mujer para la sociedad seguirá derivando del cumplimiento de los “deberes del hogar”. En Francia, sin embargo, hubo un pronunciamiento histórico: el Parlamento votó a favor de una enmienda a la Constitución de 1958, que hará intocable el derecho de las mujeres a interrumpir el embarazo. Una reforma apoyada por el 85% de la población.
Una medida que, más allá de los objetivos electorales del belicista presidente Emmanuel Macron, pretende evitar que pase algo parecido a lo ocurrido en Estados Unidos, donde una sentencia del Tribunal Supremo abolió, en 2022, la anterior sentencia progresista de 1973, que garantizaba a las mujeres el derecho a elegir si desean interrumpir su embarazo.
En Italia, entre las muchas corrientes del feminismo que marcharon junto a las y los trabajadores italianos e inmigrantes, en la huelga general declarada a lo largo del día, muchas mujeres se pusieron cintas adhesivas en la boca para denunciar la censura en Gaza, gritando consignas contra las políticas ultraconservadoras del gobierno Meloni.
“Las mujeres palestinas nos piden que aprovechemos este día para unirnos a ellas en la lucha por la autodeterminación”, decían los carteles de las manifestantes, citando las cifras del genocidio en Gaza. Desde el 7 de octubre, 5.000 mujeres embarazadas han dado a luz cada mes en Gaza, casi siempre sin asistencia médica. Alrededor de 9.000 de las 31.000 personas asesinadas por la ofensiva sionista eran mujeres. En Gaza, según la UNRWA (ONU), una media de 63 mujeres son asesinadas al día.
Y desde París, las imágenes del grupo de encapuchados y armados que golpearon y gasearon la marcha feminista al grito de “todos somos Israel” dan la vuelta al mundo. Una provocación organizada por la extrema derecha sionista con la complicidad de la policía, denunciaron los manifestantes.
Mientras tanto, mientras sigue alimentando al régimen sionista; mientras continúa la carrera armamentista contra los hutíes en el Mar Rojo; mientras decide suspender la financiación a la Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Europa ha dado gran difusión al lanzamiento aéreo de ayuda humanitaria en Gaza, donde el número de niños que mueren por desnutrición está aumentando. E Italia ha difundido enfáticamente la noticia de la llegada desde Gaza de algunos niños que serán tratados en hospitales italianos (privatizados). Bombas, pan e hipocresía.
El capitalismo – “el genocida más respectado del mundo”, dijo el Che – impone a las clases populares un mar de sufrimiento que parece interminable, y que tiene un doble peso para las mujeres. Por eso, el 8 de marzo – que recuerda las obreras muertas en el incendio de la fábrica Cottons el 8 de marzo de 1908 en Nueva York – es ante que todo un día de lucha. Las mujeres palestinas nos lo recordaron este año, y sus voces resonaron en las calles de todo el mundo, quien también participaron a la caravana virtual en respaldo a la resistencia del pueblo palestino, lanzada desde la Universidad Internacional de la Comunicación (LAUICOM), dirigida por la rectora Tania Díaz.
En Venezuela – donde el 8 de marzo se celebró por primera vez en 1944, bajo la Presidencia del General Medina – y donde hay una revolución que se define socialista y feminista, hay pero buenas razones para considerar el 8 de marzo como un día de lucha, pero también de fiesta. Y así se celebra cada año desde que el presidente Hugo Chávez se declaró feminista, acogiendo las propuestas de revolucionarias marxistas como María León.
Nicolás Maduro continuó con ese compromiso, juramentandose como presidente encargado hace 11 años, justo un 8 de marzo, a tres días de la desapareción física del comandante. Y así lo ha recordado en este año de elecciones presidenciales: “No hay casualidades, hay causalidades. Yo me juramenté como presidente un Día de la Mujer, así que mi compromiso es protegerlas amarlas acompañarlas y que estemos unidos y unidas todo el pueblo de Venezuela”, dijo el presidente.
Durante el acto por el 8 de marzo, desde el Panteón Nacional, donde fueron trasladados los restos simbólicos de las heroínas Josefa Joaquina Sánchez y Eulalia Ramos, el mandatario anunció la incorporación del Séptimo Vértice de la Gran Misión Venezuela Mujer: el vértice verde, ecologista y animalista. Un eje que se suma a los otros seis que componen esta Gran Misión, lanzada el 25 de octubre de 2023 para la protección integral de las mujeres venezolanas.
Un gran plan económico, social y político para cuidar la salud y la vida de la mujer; para la educación y el empoderamiento de la mujer; para que la mujer siga siendo sujeto económico independiente; para la erradicación de la violencia de género; para impulsar la participación protagónica de la mujer; y para desarrollar un sistema de comunicación y cultura de la mujer.
El jefe de Estado se dijo feliz de haber creado la primera gran misión dedicada única y exclusivamente a la mujer venezolana, “siguiendo el legado del Comandante Chávez”, y informó que se han conformado hasta el momento 103.000 comités territoriales de base de mujeres a lo largo y ancho del país. Venezuela – dijo Maduro – necesita un nuevo, grandioso y poderoso movimiento de mujeres que respete la diversidad sectorial y territorial, donde puedan seguir existiendo todos los movimientos que existen”.
Por esto, el presidente también anunció una gran asamblea para el próximo 9 de abril “para constituir – dijo – un nuevo movimiento que me atrevo a denominar Movimiento de las Mujeres Unitario y Diverso Josefa Joaquina Sánchez”.
Tomado de Resumen Latinoamericano – Argentina.