Ante la frustración se impone el terrorismo
Por Hedelberto López Blanch* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano
Estados Unidos y la Unión Europea están desconcertados y frustrados porque no pueden comprender cómo Rusia, pese a las más de 14 000 “sanciones”, la enorme guerra híbrida y las abundantes armas y financiamiento que le entregan a Ucrania, el presidente Vladimir Putin haya obtenido un apabullante triunfo en las recientes elecciones al obtener más del 87 % de los votos.
La participación en los comicios alcanzó un 74,4%, siendo el resultado más alto en la historia reciente de Rusia lo que evidenció el total respaldo del pueblo para que Putin inicie su quinto mandato.
En opinión de numerosos electores, es un presidente que muestra vitalidad, mucha valentía y talento para enfrentar y sortear los obstáculos que le han puesto Washington y Bruselas en el afán de tratar de convertir al gigante euroasiático en una semicolonia de Occidente.
El proceso electoral fue seguido por más de 700 observadores internacionales de 106 países.
Aunque los medios de comunicación hegemónicos y los gobiernos occidentales desatan una enorme campaña de desinformación para tratar engañar al mundo de que Rusia está en crisis por haber lanzado una operación militar especial para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, la realidad es que Moscú cuenta con una fuerte economía que lo sitúa este año en la quinta posición por Producto Interno Bruto a nivel mundial.
Ya son muchos los que consideran que la victoria de Rusia ante Kiev es evidente y eso aumenta la frustración de los enemigos.
Esta realidad ha motivado que las fuerzas fascistas busquen otras acciones para intentar debilitar a Rusia y han optado por actos terroristas como el llevado a cabo el sábado 22 de marzo por varios hombres en la sala de conciertos Crocus City Hall que hasta el momento ha dejado 137 personas muertas y más de 110 heridos.
Varios terroristas con ropa de camuflaje y armados con fusiles irrumpieron en la sala de conciertos, abrieron fuego contra los presentes y utilizaron un líquido inflamable para incendiar el reciento. Once de los implicados han sido detenidos, incluido cuatro atacantes que están siendo interrogados.
El presidente Putin en una rápida alocución dio el pésame a los familiares de los fallecidos, calificó de “bárbaro” el ataque y prometió un merecido castigo a los responsables.
Dos portavoces, el de la Casa Blanca, John Kirby y la del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Adrienne Watson, en sendas declaraciones afirmaron que Ucrania “no tiene nada que ver con el ataque”.
Pero resulta sintomático que hacia dos semanas la embajada de Estados Unidos en Rusia había señalado que estaba “siguiendo informes de que los extremistas tienen planes inminentes de atacar grandes reuniones en Moscú, incluidos conciertos, y se debe advertir a los ciudadanos estadounidenses que eviten grandes reuniones los viernes y sábados debido al mayor temor de un ataque terrorista”.
La embajada británica también avisaba en su cuenta de X (antiguo Twitter) sobre el mensaje de Estados Unidos y agregaba: “Aconsejamos a los ciudadanos británicos que no viajen a Rusia”.
Para la vocera de la cancillería rusa, María Zajárova al comentar las palabras de Adrienne Watson enfatizó que “Hasta que concluya la investigación del atentado terrorista, cualquier frase de Washington que justifique a Kiev debe considerarse como prueba”
Recordemos que la Unión Europea y Estados Unidos han callado sobre el atentado terrorista que destruyó los gasoductos Nord Stream pese a que todo indica que fueron fuerzas organizadas por Occidente las ejecutoras.
En los próximos días la verdad prevalecerá.
(*) Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de “La Emigración cubana en Estados Unidos”, “Historias Secretas de Médicos Cubanos en África” y “Miami, dinero sucio”, entre otros.
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