Internacionales

A 60 años de la desaparición en los montes de Salta, del “Comandante Segundo”, Jorge Ricardo Masetti: Memoria sobre lo que fue el Ejército Guerrillero del Pueblo

El Ejército Guerrillero del Pueblo: Los primeros guevaristas

Por Lucho Soria

En mayo de 1963, una treintena de jóvenes partió de Buenos Aires rumbo al norte argentino para lanzar allí la guerrilla rural. Los encabezaba Jorge Massetti, el “Comandante Segundo”, fundador de la agencia cubana de noticias Prensa Latina y ex combatiente en Argelia, quien había conocido a Fidel Castro y al Che Guevara en Sierra Maestra, cuando los entrevistó para Radio El Mundo, de Buenos Aires, y quedó convencido de la justicia de la causa revolucionaria del Che.

En el grupo que partió para Salta había exmiembros de la Federación Juvenil Comunista y militantes independientes, todos ellos convencidos de que las condiciones estaban dadas para lanzar la guerrilla rural como parte de una estrategia a largo plazo que la propia plana mayor de la Revolución Cubana había aprobado en una reunión en La Habana en la que estuvieron el Che, el general Manuel Piñero, Alberto Castellano, el capitán José María Martínez Tamayo, y el general Abelardo Colomé Ibarra, actual Ministro del Interior. Ellos y los argentinos Federico Méndez y Jorge Massetti, entre otros, decidieron que había llegado el momento de preparar el terreno para la implantación de la guerrilla en el sur de América Latina, decisión que tres años después llevaría al Che a Bolivia. Según el libro Secretos de generales del periodista cubano Luis Báez, publicado este año y en el que 41 oficiales superiores de las fuerzas armadas cubanas narran sus misiones internacionalistas en países de América y de África, le tocó a Colomé Ibarra, junto a Hermes Peña y Tamayo, preparar las condiciones de la misión en Argentina.
Cuando los guerrilleros estaban en el monte salteño, las urnas habían consagrado a Arturo Illía como Presidente de la Nación.

 

Contingente del EGP en los montes de Salta


Según sus principales protagonistas, la incipiente organización y la soledad política que rodeó este primer intento de insurrección armada facilitaron el éxito de la “Operación Santa Rosa” que dirigieron el jefe de la Gendarmería, general Julio Alzogaray, y el mayor Héctor Báez, jefe de la Agrupación Salta de esa fuerza. En uno de los pocos combates librados por el EGP, mataron a Hermes Peña y a otros cuatro guerrilleros, detuvieron a 14 de ellos, entre otros a Héctor Jouvé, Federico Méndez y Henry Lerner, quienes fueron torturados cruelmente antes de someterlos a procesos judiciales que violaron todas las normas legales vigentes.
Once años después en el “Operativo Independencia”, a cargo del general Antonio Bussi, se fusiló en los montes de Tucumán a un hijo del general Julio Alzogaray que se había sumado con un destacamento de Montoneros a la Compañía del Monte Ramón Rosa Jiménez del PRT-ERP.


Jouvé y Méndez fueron condenados a cadena perpetua, el resto de los detenidos cumplieron condenas menores y nunca se pudo dar con los restos de Massetti.
Varios años después, el Terror de Estado implantado en la Argentina en 1976 se ensañaría no solo con quienes combatieron en el monte sino también con sus familiares. En abril de ese año, los militares tomaron la casa de los Lerner en Cosquín, Córdoba, y se llevaron a su padre, Jacobo, quien desde entonces permanece desaparecido. Pocas horas después, Henry también fue detenido hasta que, años después, pudo irse del país con su familia.

La compañera de Héctor Jouvé, Clara Zetner, fue detenida al presentarse a sellar su pasaporte para viajar a Europa junto con su familia. Minutos antes había hecho el trámite Héctor, quien la esperó en vano en un bar cercano. Pasarían más de cuatro años antes de que se reencontraran en Francia.

Semejante ensañamiento con quienes fundaron el EGP parece obedecer menos a su eficacia militar y política que al carácter simbólico de uno de los primeros intentos guerrilleros de la Argentina. Es que, en la memoria de miles de jóvenes que apenas sabían de lo sucedido en Salta, el EGP se ligaba estrechamente a la gesta del Che.
De allí que, dos días después de que Jouvé y Méndez recuperaran su libertad el 25 de mayo de 1973, fueron vitoreados junto a sus compañeros por una multitud en el estadio Atenas de Córdoba, donde el Sindicato de Luz y Fuerza, cuyo secretario general era Agustín Tosco, les había organizado un acto de bienvenida.

Trabajo extraído de la Revista Los ´70, N°7 “El guevarismo en la Argentina”

El Ejército Guerrillero del Pueblo – Salta, 1963-1964. La vanguardia del Che en Argentina

Por Federico Carrizo y Gabriela Sánchez*

 

“Masetti, no aparece nunca, se ha disuelto en la selva, en la lluvia, en el tiempo, en algún lugar desconocido, el comandante segundo empuña un fusil herrumbrado, tenia al morir, treinta y cinco años”
Rodolfo Walsh

Entre los años 1963-1964 operó en la provincia de Salta, en la zona de San Ramón de la Nueva Oran, el ejercito guerrillero del pueblo – EGP-. La guerrilla rural en Salta es una parte de la historia argentina que ha quedado en el olvido tanto en los ámbitos académicos, como así también en las organizaciones políticas de izquierda. A 60 años de la desaparición de Jorge Ricardo Masetti, el Comandante Segundo, y en un momento de agudización de la crisis capitalista, pero también de crisis de alternativa; se hace necesario indagar y rescatar del olvido la gesta histórica de los combatientes del combatientes del EGP, como así también su proyecto revolucionario de liberación.


El presente articulo enmarca la experiencia del EGP en un contexto nacional e internacional, y como parte de un proyecto de liberación continental impulsado por el Che a partir del triunfo de la Revolución Cubana en 1959. Este análisis contrasta con algunos trabajos de investigación o artículos periodísticos que analizaron el tema como un “hecho aislado”, “guerrilla improvisada” o desde la teoría del foquismo, que caracteriza a una organización foquista como aquella que sustituye
la actividad revolucionaria de las masas por un foco militar de avanzada desligado de las masas y la clase obrera.


Contexto Internacional
A partir del fin de la Segunda Guerra Mundial los norteamericanos establecieron con el sistema interamericano la idea de proteger al continente del comunismo. En nombre de la solidaridad geográfica crean dos instrumento de control, uno militar- diplomático T.I.A.R (1947) y otro político OEA (1948).El triunfo de los rebeldes cubanos en 1959 agudizó las tensiones existentes e introduce a Latinoamérica con mas agresión en el conflicto Este- Oeste. Con la caída de Batista, el  acercamiento de Cuba a la Unión Soviética y el carácter socialista que adopto la revolución, los norteamericanos pondrán a funcionar sus instituciones interamericanas para aislar a Cuba y frenar el “peligro comunista”. Además con el objetivo de no permitir triunfos revolucionarios el Pentágono reorientará su política poniendo el acento en la seguridad interna, la misión de mantener el orden interno y combatir el comunismo será asumida por los ejércitos del continente quiénes entrenarán en actividades de contraguerrilla y actividades políticas, todo esto en el marco de la idea “contrainsurgencia”, es necesario aclarar que “la estrategia de contrainsurgencia contempla medidas militares, paramilitares, económicas, psicológicas y cívicas tomadas para vencer la insurgencia subversiva” (alianza para el progreso). Desde esta perspectiva las fuerzas armadas se integrarán a un sistema militar dirigido por Estados Unidos a fin de perpetuar la dominación del capital extranjero.
En este clima de tensión y violencia, el Che y Masetti, acordaron abrir un frente de lucha armada en el norte de Argentina a fin de extender la revolución continentalmente, la derrota de los mercenarios financiados por la CIA en Playa Girón (1961), aumentará las simpatías de los revolucionarios latinoamericanos para quienes el compromiso con la Revolución Cubana significara luchar por construir el socialismo en sus propios países.


Contexto Nacional
¿Cuál era la situación política argentina en el momento que sé está gestando el proyecto revolucionario del EGP?. Para realizar una lectura del proceso histórico se hará una breve síntesis a partir del año 1959 cuando triunfa la Revolución Cubana. El presidente es Arturo Frondizi que un año antes se impuso en las elecciones nacionales con la proscripción del peronismo. Su plan económico sostenía que la inversión y no el aumento salarial cumplen la función de generar demanda, los recursos provendrían por un lado de la entrada de capitales, pero fundamentalmente de la compresión salarial, los salarios experimentaron una caída el 30%, frente a ello el movimiento obrero lanzó una ola de movilizaciones y protestas que terminó articulando un bloque unitario en defensa del programa de modernización capitalista, el mundo de los grandes negocios, jerarquías militares y políticas acordaron entre si a la hora de la confrontación.

Destituido Frondizi en 1963 asume José María Guido quien presionado por las fuerzas armadas, proscribió al peronismo, disolvió el Congreso e intervino las provincias. En una ofensiva contra el movimiento obrero anulo la Ley de Asociaciones Profesionales, inhabilitando a los sindicatos su capacidad de acción. El ministro de economía, capitán- ingeniero Álvaro Alzogaray, realizó un evero plan de ajuste económico que afectó a los sectores de menores ingresos, la idea era reinstalar los mecanismos de poder económico y la distribución de ingresos vigentes antes del peronismo, la economía se asienta entonces en el sector exportador y en los grupos comerciales y financieros vinculados al sector. En este contexto de ajuste económico y de restringida participación política de los sectores populares, la vía armada aparece como una opción válida y como una forma de resistencia y disputa al poder.


El sueño de la revolución continental
Cuando el Che se une a los revolucionarios cubanos le planteó a Fidel que una vez realizada la revolución, su objetivo era la lucha en Argentina. En Sierra Maestra conoció a Jorge Masetti quien viaja a Cuba para conocer a los rebeldes y entrevistar por radio El Mundo a Fidel Castro y Ernesto Guevara. Masetti quedará impresionado por la marcha del proceso revolucionario y establecerá un vinculo de compromiso con la causa y el pueblo cubano, al vinculo político se une un vinculo de amistad con el Che que perdurara para siempre. Apenas triunfa la revolución vuelve a Cuba y organiza la agencia de noticias PRENSA LATINA(PL.) donde ocupa el puesto de director, el objetivo era romper el cerco informativo de los monopolios y difundir los logros de la revolución.
Hacia 1960 P.L. tiene desplegadas 26 corresponsalías en distintos países sin embargo la reacción no se hará esperar y los distintos gobiernos irán clausurando las corresponsalías y persiguiendo a sus periodistas. En Argentina mediante un decreto presidencial de Frondizi se clausura PL. porque “atentaba contra el prestigio y la paz de la nación” (decreto 15124-1960. En 1962 Masetti renuncia a su cargo de director y asume una tarea de mayor riesgo – el plan para iniciar la lucha armada en Argentina. En ese mismo año el Che avanza en conversaciones con revolucionarios peruanos para abrir un frente guerrillero en Perú que apoye el levantamiento campesino organizado por el dirigente trotskista Hugo Blanco, que había movilizado y sindicalizado a 300mil campesinos en la región de Cuzco. El plan de iniciar la lucha armada en Argentina es pensado por el Che con el objetivo de continentalizar la revolución a través de un movimiento armado que abarque Perú, Bolivia y Argentina, que seria el centro de operaciones.

Masetti y Fidel en el Escambray

Respaldados por Fidel Castro, el Che y Masetti retornan de Argelia para preparar la operación junto al Comandante Manuel “Barbarroja” Piñeiro Losada. En la organización del frente guerrillero en el norte de la provincia de Salta, el Che cuenta con el apoyo incondicional de sus hombres de mayor confianza. En Cuba el núcleo del EGP recibe instrucción militar a cargo de varios oficiales de experiencia guerrillera y luego completan su preparación militar en Argelia donde sé esta luchando contra la ocupación francesa que lleva más de 130 años, finalmente reciben la orden del Che de partir en grupos separados a la frontera argentina – boliviana. En mayo de 1963 el primer grupo del EGP se encuentra en la frontera, esta compuesto por Ricardo Masetti- el Comandante Segundo-, Hermes Peña- capitán y escolta personal del Che- Federico Méndez- armamentos e instrucción militar, Ciro Bustos- claves secretas y criptología y Leonardo Werthein- médico-. Allí reciben el apoyo logístico de algunos miembros de la Federación Juvenil Comunista boliviana, algunos de los cuales integrarán después la guerrilla del Che en Bolivia. Según el diario de guerra del capitán Hermes…”El 21 de junio de 1963 prestamos juramento como miembros del EGP y entramos al país…”


Laberintos
Instalados en la selva los miembros del EGP se dedican a recorrer el territorio con el objetivo de probar sus condiciones físicas y la operabilidad de sus equipos ¿la aparición del EGP será en un mal momento político?. Las elecciones nacionales habían proclamado a Arturo Illía como presidente, que asume solo con el 25% delos votos por estar proscrito el peronismo, esto producirá un debate en el interior del grupo que discute la posibilidad de detener la operación, finalmente resuelven continuar y el 9 de julio realizan la primera proclama “La Carta de los Rebeldes” publicada en el periódico ” Compañeros” dirigido por Mario Valotta, allí denuncian lo que consideran una farsa electoral y piden al presidente que renuncie y convoque a elecciones verdaderas. En ese mismo mes se instala en Bolivia José “Papi “Tamayo Capitán del Ejército cubano que prepara junto a militantes de FJC boliviana una red de apoyo fronterizo. Al grupo inicial se va a unir el chófer del Che – Alberto Castellanos-, a su vez Ciro Bustos se traslada a la ciudad de Córdoba donde establece una red de enlaces y reclutamientos urbanos. En los primeros meses de 1964 el EGP esta compuesto por unos 30 guerrilleros, (un número importante de ellos viene de un proceso de ruptura con el Partido
Comunista argentino), una red de enlaces y reclutamientos urbanos en Córdoba y Buenos Aires, una red de apoyo fronterizo, una red de apoyo en la ciudad de Salta y una comunicación constante con el Comandante Guevara. El primer objetivo militar era tomar el poblado de Yuto (Jujuy), en el mes de febrero realizan las últimas incorporaciones, al campamento llegan entre otros dos agentes infiltrados de la Policía Federal que tenían como misión incorporarse en las células del PC que disentían con la línea del partido y simpatizaban con la Revolución cubana, motivo por el cual en la provincia de Buenos Aires son incorporados a través de la red de reclutamientos urbanos que tenía el EGP.
Paralelamente Gendarmería, de acuerdo a los testimonios de algunos habitantes del lugar, tiene indicios que en la zona se encuentra algunas personas extrañas con uniforme verde y armados por lo que inician tareas de inteligencia. En mayo de 1964 cae el primer campamento ubicado en la localidad de Santa Rosa (Salta), a partir de allí Gendarmería establece un cerco por lo que la guerrilla sin alimentos y sin posibilidades de recibir apoyo se dispersa en la selva. En una emboscada tendida por Gendarmería caen Hermes Peña y Jorge Guille, allí muere el gendarme Romero, cabe aclarar que en el Círculo de Suboficiales de Gendarmería de la ciudad de Salta se levanta un busto en su honor, versa la placa “el primer mártir muerto por la subversión en Argentina”. Acosado por las fuerzas de seguridad las condiciones físicas deterioradas, aislados y sin alimentos, algunos combatientes van a morir, en la selva, de hambre. Posteriormente serán capturados los sobrevivientes del núcleo guerrillero, Masetti en compañía de Atilio Altamirano, en un estado de debilidad y sin alimento se interna en la selva para no aparecer más.


Según la justicia
En la causa Nº 56.903/63 a cargo del juez federal de Salta López Sanabria son sometidos a juicio: Federico Frontini, Fernando Álvarez, Miguel Colina, Alberto Korn, Jorge Paúl, Agustín Stachioti, Jorge Bellomo, Héctor Jouvet, Carlos Bandoni, Lázaro Lerner, Oscar del Hoyo, Raúl Dávila (Alberto Castellanos), Agustín Bollini Roca, Federico Méndez. Son juzgados por contrabando de armas, municiones y explosivos, homicidio y conspiración para la rebelión. Todos los acusados denunciaron las torturas físicas y psíquicas a las que fueron sometidos por Gendarmería nacional durante sus detenciones e inclusive se tomaron como válidas y con valor probatorio las declaraciones hechas a Gendarmería bajo tortura, a su vez el procurador fiscal fundamento su acusación y de acuerdo al expediente judicial de la siguiente forma: ” los procesados (…) eran de ideas comunistas que querían cambiar el gobierno como solución para el país (…) la actuación de Gendarmería fue de vital importancia, si se tiene en cuenta el origen de este movimiento, que esta basado en ideas comunistas, que repugnan a nuestra democracia (…) es increíble que jóvenes con instrucción universitaria hallan atentado contra su patria pretendiendo instalar un régimen de oprobio, olvidando que este país desde su nacimiento ha sido democrático…”
La justicia condena a todos los integrantes del EGP, las penas más duras cayeron sobre Héctor Jouvet y Federico Méndez por haber integrado el tribunal que juzgó y condenó de acuerdo al reglamento interno del EGP al fusilamiento de dos combatientes acusados de falta de moral revolucionaria, descuido de armas y materiales militares.


Reflexiones
La Revolución Cubana tuvo una influencia vital en la izquierda latinoamericana, la irrupción de la figura del Che y la idea de abrir un frente de lucha antiimperialista cuyo centro de operaciones sería Argentina permite considerar la experiencia del EGP como parte de una estrategia continental y no como un hecho aislado o guerrilla improvisada. Por supuesto el camino fue bastante escabroso y marcó posiciones políticas que se mantuvieron antagónicas, por un lado la posición del PC
argentino, que en aquel momento rechazó la preocupación central del Che y se alineó al pensamiento estalinista de transición pacífica al socialismo; por otro lado el peronismo revolucionario y finalmente la línea guevarista que apostó a la lucha armada, si bien las dos primeras manifestaciones de lucha armada – Los uturuncos, primer núcleo guerrillero de origen peronista – y el EGP – como parte de la estrategia guevarista – fueron desarticulados rápidamente,
abrieron un camino que siguieron varias organizaciones políticas unos años después.
Nuestro presente es producto de las acciones de los hombres y mujeres del pasado, de la evolución histórica, recuperar críticamente las gestas heroicas de quienes ofrendaron sus vidas por la construcción de un proyecto social basado en la justicia, la igualdad, es una tarea inmediata. Las promesas del neoliberalismo no se han cumplido y el panorama para los pueblos explotados tiene un horizonte de mayor miseria y explotación, por lo tanto el proyecto guevarista de continentalizar la revolución tiene más vigencia que nunca, precisamente, porque la superación histórica del capitalismo tiene carácter socialista.


El propósito fundamental de este artículo es recuperar un pedazo de nuestra historia y poner a discusión si en aquellas ideas, desechadas por utópicas e inviables, habían planteamientos que puedan ayudar a explicar y comprender nuestro presente, si por lo menos iniciamos el debate habrá puesto a la historia en su legitima función de ” herramienta para la construcción del futuro”.

*Universidad Nacional de Salta

Guerrilla en el Norte y “Doctrina de la Seguridad Nacional”

Por Julio Carreras (h)

 

Los hombres del Che
Diez hombres, supuestos diplomáticos de la República de Argelia, se instalaron muy cerca de la frontera boliviana con Salta, luego de llegar hasta allí en tren. Corrían los primeros días del mes de mayo de 1963; gobernaba el país José María Guido, quien fuera vicepresidente de Frondizi, ahora un títere civil impuesto por los militares.
Los “argelinos” eran en realidad el periodista porteño Jorge Massetti, de 34 años, y sus compañeros, entre otros el mendocino Ciro Bustos, pintor, el chaqueño Federico Méndez, mecánico, y los cubanos Hermes Peña, Alberto Castellanos y Abelardo Colomé Ibarra. Peña y Castellanos integraban la guardia personal del Che Guevara; Colomé Ibarra era un agente de inteligencia del Ejército Cubano. Venían a crear un foco guerrillero en la Argentina.
La idea, surgida del comandante Ernesto Guevara, era crear en su propio país, la Argentina, el primer “Vietnam” que iniciara la resistencia revolucionaria latinoamericana al imperialismo estadounidense. El mismo Che se sumaría a la lucha, una vez que terminara de ordenar el traspaso de sus compromisos como ministro de Industria cubano.
El año anterior había estallado el episodio más caliente de la Guerra Fría: Estados Unidos y la Unión Soviética habían estado a un paso de la confrontación nuclear, debido a los poderosos misiles instalados por los comunistas en Cuba.

Núcleo guerrillero del EGP atravesando un río en Salta.

Los hombres del Che se instalaron cerca de Tarija, a 70 kilómetros de la frontera argentina, donde la inteligencia cubana había comprado la finca de Embororazá. Allí, el 21 de junio de 1963 se efectuó el juramento de fidelidad de los combatientes para con el Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP): “Revolución o muerte”, exclamó cada uno de los combatientes, luego de prometer acatar los códigos militares y éticos de la guerrilla revolucionaria. Estaban vestidos con ropa de combate, color verde oliva, y en sus gorras llevaban bordado un escudo con un sol rojo y negro.
Luego de algunos ejercicios, el grupo se filtró en territorio argentino para instalar su primer campamento. A esa zona, la palabra inhóspita le quedaba chica: montes con árboles espesos e interminables, arañas, alacranes, mosquitos, jejenes, garrapatas, víboras, pululaban y no eran precisamente amables hacia los visitantes humanos. Desde el medio de esa selva el comandante Segundo (Massetti) envió un delegado a Córdoba y buenos Aires para reclutar adherentes.
Ciro Bustos, responsable de esta tarea, tomó contacto con disidentes del Partido Comunista como el cordobés José Aricó, editor de la revista Pasado y Presente, y toda una red de intelectuales que resolvieron apoyar políticamente al EGP aunque con ciertas críticas. De estos contactos resultó la incorporación de un estudiante de Medicina cordobés y un estudiante de Bellas Artes porteño al contingente en la selva.


Mientras los guerrilleros luchaban para adaptarse a la dura naturaleza, el 7 de julio de 1963 los militares llamaron a elecciones, en las cuales triunfó el candidato de la Unión Cívica Radical, el médico Arturo Illía, gracias a la prohibición de participar al peronismo.
Debido a la incipiente apertura democrática que se insinuaba, Massetti decidió dar a conocer públicamente la existencia de su guerrilla, a través de una Carta Abierta al presidente Illía. La carta fue publicada en el periódico peronista Compañero; en uno de sus párrafos principales decía: “El pueblo argentino puede decirle sin equívoco: es usted producto del más escandaloso fraude electoral en toda la historia del país (…) Renuncie. Exija elecciones generales y libres en las cuales los
argentinos no se vean coaccionados a votar sino puedan ejercer su derecho a elegir”. Esta aguda observación de Massetti no era descabellada: Illía había llegado al gobierno sólo con el 15 % de los votos escrutados, por debajo de los votos en blanco, un 20 % del total.
La carta sólo sirvió para que los Servicios de Inteligencia de las fuerzas represivas argentinas detectaran al grupo revolucionario, ya que la escasa circulación del periódico y cierto entusiasmo entre los sectores políticos por la aparente democracia, hicieron pasar totalmente desapercibido el manifiesto guerrillero.


Luego de ir y volver constantemente a través de la frontera con Bolivia, el 21 de septiembre de 1963 los guerrilleros instalan su primer campamento argentino, 15 kilómetros al oeste de la localidad de Aguas Blancas, muy cerca del cauce principal del río Bermejo.
El entrenamiento militar que practicaban en las cercanías de Orán, conducidos por Massetti y los militares cubanos, era sumamente exigente. Efectuaban marchas forzadas, relevaban el terreno palmo a palmo, y trataban de fortalecerse al máximo ejercitando arriesgadas incursiones en las selvas o escalando laderas imposibles, caminando durante horas al borde de precipicios. Esta exigencia rigurosísima de los comandantes fue minando la resistencia de alguno de los adherentes.
El primero en “quebrarse” fue el porteño “Pupi” Rotblat. Cayó en una situación desesperante. No soportaba el entrenamiento militar, que le producía desmayos; sufría ataques de asma que lo paralizaban, se perdía constantemente y sus compañeros debían regresar a buscarlo. Pronto comenzó a padecer crisis nerviosas. Finalmente solicitó regresar; y cuando los demás sospecharon que se escaparía, temieron el fracaso de toda la empresa por esa debilidad que podría llevarlo a
delatar la operación guerrillera. Fue condenado a muerte. Uno de los combatientes lo mató de un tiro en la cabeza.


Pronto, otro de los guerrilleros sería fusilado. Se trataba de Bernardo Groswald, un exempleado bancario cordobés. Débil y excedido de peso, tampoco soportó la instrucción militar y el acoso del clima terminaron con su resistencia nerviosa. Uno de sus compañeros cordobeses recordó muchos años después haberle advertido que no se incorporara a la guerrilla, pues no lo soportaría. “¿Sabes cómo es el infierno”, recuerda que le dijo: “bueno, esto es diez veces peor”. Según estas declaraciones publicadas por el diario La Nación, el “Gordo” Groswald contestó aquella vez, cuando se trataba su integración al grupo: “Sólo te pido que me lleves, es lo único que me importa en la vida”. Sin embargo, luego de dos meses de adiestramiento militar, se convirtió en un gran estorbo. Se negaba a cumplir la disciplina militar, no se higienizaba, lloraba con frecuencia y se masturbaba varias veces por día. Entonces fue condenado a muerte.
Por fin el grupo recibió luz verde para iniciar las acciones guerrilleras. Su primera acción fue programada para el 18 de marzo de 1964, día en que se cumplían dos años del derrocamiento del presidente Frondizi por los militares. Los guerrilleros, ya suficientemente entrenados, tomarían por un día el pueblo de Yuto, ya en territorio de Jujuy. El Che envió una nota en la que decía “espero ansioso el comienzo de las operaciones”.


Nunca se supo exactamente la causa de que dos semanas antes del popamiento, fueran sorprendidos en el monte por la Gendarmería. Se cree que hubo infiltraciones entre sus redes de apoyo ciudadano, y que las fuerzas represivas venían observándolos desde tiempo atrás. Luego de un intenso tiroteo, murieron seis guerrilleros, catorce cayeron presos. Los dos restantes, el comandante Massetti y un cordobés, desaparecieron para siempre. Se hicieron muchas conjeturas acerca de su destino. Algunos dijeron que habían sido alcanzados y aniquilados por la Gendarmería., para quitarles una importante cantidad de dinero que Massetti llevaba con él. Pero lo más probable es que hayan sucumbido víctimas de la falta de víveres, las enfermedades y las dificultades que la naturaleza presenta, en medio de la montaña selvática.


Algunos de los 14 sobrevivientes estuvieron en la cárcel hasta el retorno del peronismo, en 1973. Otros lograron que les permitieran salir al extranjero. De ellos, el pintor Ciro Bustos se integraría a la guerrilla del Che y hoy vive en Cuba. Jorge Bellomo, otro de los sobrevivientes, moriría combatiendo, años más tarde, en las filas del Ejército Revolucionario del Pueblo.

Texto extraído del capítulo II del libro “Movimientos Revolucionarios Armados en la Argentina” del mismo autor.

Tomado de Resumen Latinoamericano- Argentina / Foto de portada: Guerrilleros del EGP en Salta, 1963.

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