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El Lenguaje del Odio del fascismo y el silencio criminal que nos imponen – parte 2 (por Stella Calloni)

Para el enemigo de nuestros pueblos cuando avanzamos pasos hacia la descolonización no pasa jamás inadvertido. La descolonización realmente es la creación de hombres nuevos.

CAPAC – por Stella Calloni

Para el enemigo de nuestros pueblos cuando avanzamos pasos hacia la descolonización no pasa jamás inadvertido. Entienden que “afecta al ser, modifica al ser, se transforma a los espectadores aplastados por la falta de esencia, en actores privilegiados, recogidos de manera casi gloriosa por la hoz de la historia que introduce en el ser un ritmo propio, aportado por los nuevos hombres. Un nuevo lenguaje una nueva humanidad. “La descolonización realmente es la creación de hombres nuevos” escribió en su momento Jean Paul Sartre en el prólogo al libro de “Los condenados de la Tierra” de Frantz Fanon, (Fondo de Cultura Económica de México, cuatro ediciones entre 1963, 1975) que marcó una época y que sobrevive a las grandes tormentas de la humanidad.

Pero esta creación del “hombre nuevo”- que alentó el comandante Ernesto Che Guevara- “no recibe su legitimidad de ninguna potencia sobrenatural: “la cosa colonizada se convierte en hombre en el proceso mismo por el cual se libera”, añadió Sartre.

Es importante releer los procesos de luchas de liberación en el mundo. “En los países capitalistas entre el explotado y el poder se interponen una multitud de profesores de moral, de consejeros, de desorientadores (…) El intermediario del poder utiliza un lenguaje de pura violencia (…) El intermediario lleva la violencia a la casa y al cerebro del descolonizado.”

“El colono, cuando quiere describir y encontrar la palabra justa se refiere constantemente al bestiario. (…) cuando el colonizado comienza a presionar sus amarras, a inquietar al colono se le envían almas buenas, que en los Congresos de Cultura “les” ponen las calidades específicas, la riqueza de los valores occidentales”.

Pero ¿cuál es la reacción del colonizado cada vez que se habla de valores occidentales y se trata de hacerlo reflexionar para que salga de su condición como tal, para lo cual el lenguaje del colonizador es la seducción.  Sartre sostenía que “se produce en el colonizado una especie de endurecimiento, de tetania muscular en el período de la descolonización, se apela a la razón de los colonizados, se les proponen valores seguros. Se les explica prolijamente que la descolonización no debe significar regresión, que hay que apoyarse en los valores experimentados, sólidos, y bien considerados”. Pero “cuando el colonizado oye un discurso sobre la cultura occidental, saca su machete o al menos se asegura de que está al alcance de su mano”.

Esto nos lleva a un nuevo tiempo y a otros esquemas de colonización, que ha renovado su accionar y que maneja como a un títere las nuevas tecnologías, de las que vamos obteniendo migajas. Se habla del despertar de la extrema derecha. Pero nos preguntamos ¿Que es, quienes son, quienes las integran’?

“Estas preguntas no tienen respuesta inmediata. La extrema derecha vive en las sombras, se mueve en el secreto, golpea desde la oscuridad. Está en todas partes, lo mismo en inocentes agrupaciones de jóvenes, obreros y estudiantes, que en los salones del poder económico y político (..) la extrema derecha se ha multiplicado en organizaciones “deportivas” y pseudo militares, controla Instituciones de educación, está ligada a la internacional fascista. Tiene representación en una parte del sector empresarial y sus tentáculos merodean incluso en el gobierno (en los gobiernos) escribió el mexicano Miguel Angel Sánchez de Armas, en el prólogo del libro “Manuel Buendía: la ultraderecha en México”

A esto se refiere el libro del periodista mexicano Manuel Buendía cuyas denuncias abiertas y valientes, tocaron a los poderosos, a la CIA estadounidense, a los grupos terroristas, que lo asesinaron finalmente al salir de su casa en la capital mexicana el 30 de mayo de 1984.

Y añade Sánchez de Armas “en la extrema derecha militan hombres y mujeres de diversas condiciones, los fanáticos de corazón ardiente y cerebro en llamas dispuestos a golpear vejar, humillar, incluso asesinar a otros seres humanos por la causa”

Es posible que no haya un tema tan misterioso y complejo, tan vasto y tenebroso como el fascismo, una llamada “ideología de crisis” que aparece como respuesta a una presunta Doctrina en base a los legados de Benito Mussolini en Italia.  Reflexiona Sánchez de Arma que el fascismo vive entre los militares descontentos, la clase media empobrecida y el temor de los grandes capitales al “peligro rojo” (…) No hay nada en su doctrina que excluya al terrorismo como principio”.

“Para los fascistas no hay contradicciones en el ser cristiano y asesinar, la violencia es un elemento común y regular (…) el terrorismo -dicen- es un acto de defensa. Terror contra el terror fue la proclama de los nazis y es la proclama de los fascistas. La violencia con que han marcado la historia jamás tuvo una justificación ideológica”, pero sí tuvo su propio lenguaje.

Las ultraderechas tampoco son nuevas, siempre han estado allí, aunque en esta Nuestra América habían fracasado cuando manteníamos la memoria histórica, la imaginación creativa y antes de que unos sectores de nuestras poblaciones fueran convertidos en una masa de robot o de zombis ambulando por las calles del mundo. Es necesario recuperarlos, recuperar su humanidad en el proceso de liberación definitiva.

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