Cuba

Abdala, una vacuna, un país

Por Laura V. Mor/ Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba. Fotos: Yaimi Ravelo. 

La Habana, 14 de mayo de 2021.- El miércoles inició en cuatro municipios de La Habana la intervención sanitaria con el candidato vacunal Abdala, al tiempo que se extiende a otras provincias del país como Santiago de Cuba, Matanzas y Pinar del Río y a otros tres municipios de la capital del país en una primera parte. 

Según el cronograma previsto por el Ministerio de Salud Pública se inoculará a aproximadamente 800 mil adultos mayores durante los meses de mayo y junio, que con la inclusión de otros grupos etarios ya estaría vacunado el 22% de la población cubana y se prevé que el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cedmed) autorice el uso masivo en la población cubana. 

Habana del Este es uno de esos municipios seleccionados, uno de los más golpeados por la Covid-19 en la capital del país. La Dra. Ritcey Rosales nos recibe en el Consultorio Biplanta 3 del Policlínico 13 de marzo de Alamar, con lo que parece una sonrisa en sus ojos, algo que hemos aprendido a observar con el uso de mascarillas durante esta pandemia. Lo primero que nos cuenta con orgullo es el inmenso apoyo que recibe el personal de salud de la población, algo que no tardaremos en evidenciar. 

“Más que una vacuna es un país” se lee en el cartel que nos da la bienvenida al lugar, donde entre 90 a 100 personas serán vacunadas cada día hasta completar los 700 que se incluyeron en la intervención sanitaria en la zona y que forman parte de los cientos de miles de personas que Cuba comenzó a inmunizar esta semana contra la Covid-19 con sus propios candidatos vacunales, los primeros desarrollados en América Latina. 

Allí nos encontramos a la Dra. Floeangel Urrusuno Carvajal, Directora del Policlínico, quien nos da, a pesar del distanciamiento físico necesario, una cálida bienvenida.  Tres dosis son las de la intervención Abdala en un esquema corto de 28 días, inoculadas intramuscularmente, nos detalla.  

Abdala es un candidato vacunal de subunidad basada en el sitio de unión al receptor (RBD) de la proteína S del virus, cuyo cultivo se realiza en células de levadura; mientras que Soberana 02 está basada en células de mamífero. 

En todos los casos la recepción de la vacuna es un acto voluntario, por lo que cada paciente debe dar su consentimiento firmado antes de comenzar el proceso, tal como pudimos ver en nuestro recorrido de esta mañana. 

Ritcey nos explica que los requisitos estipulados durante la fase III del ensayo clínico se mantienen. No se vacunarán tampoco en esta ocasión a mujeres embarazadas, personas con patologías agudas, alérgicos a algún componente del candidato o inmunodeprimidos. Tampoco serán parte de la intervención quienes hayan tenido Covid-19, pues en esos casos se están desarrollando ensayos clínicos con otro candidato vacunal también cubano: Soberana Plus. 

El médico de familia es quien lleva adelante la selección diaria de personas a vacunar según las características poblacionales establecidas, aunque cuenta con el apoyo de base de estudiantes universitarios de estomatología, medicina y ciencias médicas en general. Ellos se encargan de tomar la temperatura y la presión y realizar el seguimiento de los casos durante la hora posterior a recibir el candidato vacunal; tiempo que cada persona debe esperar en el establecimiento para poder evaluar cualquier reacción adversa que se presentase; como también continúan con los pesquisajes casa por casa que se realizan en todo el país desde inicios de la pandemia con el objetivo de identificar casos positivos, remitirlos a hospitalización y evitar la propagación del virus. 

Los Comité de Defensa de la Revolución (CDR) y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), dos de las mayores organizaciones de masas con que cuenta Cuba, también son partícipes de este proceso ayudando a las personas a llegar al lugar de vacunación o en caso de tener dificultades para movilizarse, acudir con la enfermera y personal de salud a sus domicilios y vacunarlos, tal como nos comentó la Enfermera Dayami Suárez Coves que sucedió en el día de ayer con una señora de ¡104 años! .

Dayami, a pesar de contar con muchos pacientes a lo largo del día, no perdía su alegría y entusiasmo por el momento histórico que nos toca vivir y que sin dudas marcará un hito en la salud cubana. A cada paciente lo recibía con ese amor que da la vocación y que era agradecido por cada uno de los adultos mayores que pasaron este viernes por el consultorio. Esta intervención es escalonada en edades. Primero es el turno de las personas de 60 a 80 años, luego llegará el momento de los adultos de 40 a 59 y, por último, los jóvenes de 19 a 39 años. Así en cada centro vacunatorio.  

Cuba cuenta con la capacidad -según informaron fuentes oficiales- para producir 100 millones de dosis de Soberana 02 y Abdala, al tiempo que continúa desarrollando otros tres candidatos: Soberana 01 y Soberana Plus por el Instituto Finlay y la intranasal Mambisa por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). De esta manera se espera alcanzar el 70% de inmunización en agosto y el total de la población cubana para fines de año. 

La existencia de cinco candidatos vacunales propios generó importantes expectativas en el mundo y las miradas se posaron en la isla. Países de la región como Argentina, Venezuela y México se mostraron dispuestos a colaborar con Cuba, lo cual refleja el reconocimiento a la ciencia, el desarrollo de la biotecnología y al sistema de salud pública de un país que padece hace seis décadas un bloqueo genocida que no ha perdido intensidad ni en un momento sanitario tan crítico en el mundo como el que estamos viviendo. 

Al Consultorio llega el último paciente a vacunarse en el día. Floeangel, Ritcey y Dayami lo reciben con la misma predisposición y paciencia que al primero. En el patio, aún quedaban algunos abuelos y abuelas bajo supervisión atendidos por los jóvenes estudiantes, quienes gentilmente evacuaban alguna que otra duda mientras realizaban los chequeos necesarios para asegurarse que todo iba bien. 

“Más que una vacuna es un país” nunca podría estar  mejor dicho. 

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