Bebo y su humilde homenaje a los médicos cubanos
Por Laura V. Mor/ Fotos: Yaimi Ravelo y Laura V. Mor/ Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.
“Bebo” le dicen los vecinos de Nuevo Vedado a Adolfo Carreras Sigler, el hombre que despertó al barrio con una sonrisa, aún en tiempos de preocupación y pandemia.
La tarde anterior se lo podía ver a Bebo delineando con una pequeña tiza algo que no terminábamos de descubrir los curiosos que nos acercábamos a mirar pero que, temprano en la mañana, cuando ya la vida cotidiana en La Habana daba sus primeros pasos, ahí estaba, mirándonos, desafiante y a la vez, esperanzador.
Con la bandera de la estrella solitaria flameando en su mano firme y con Cuba en el corazón, el extenso dibujo emulaba a la mujer cubana, en la figura de una médica; esas que junto a sus compañeros profesionales de la salud día a día pelean en una batalla contra reloj, invisible y desigual contra la Covid-19. La erguida figura lleva en brazos a esta isla, como una hija amada a la que cuidar y proteger a costa de todo; tal como cubanas y cubanos vienen haciendo desde que aquel 11 de marzo fueron diagnosticados en el país los primeros casos positivos importados.
Cuba “atacó” desde todos los costados, como quien no quiere darle “ni tantito así” de ventaja, y Bebo, como todos, fue testigo de ello. Pesquisajes a diario, charlas con el médico de familia sobre formas de prevención y situación real del virus en el país, gotitas homeopáticas y medicamentos para reforzar las defensas, medidas sanitarias de contención que dejaban ver la necesidad de ganar la batalla, o al menos, tratar de no perderla hasta que sea una realidad tangible la tan esperada vacuna, que ya cuenta en el país con dos candidatos registrados.
Bebo fue testigo (aunque no en carne propia, por suerte) de la importancia de contar con un sistema de salud universal, y por sobre, todo público y gratuito. También, con sus ya pasadas cinco décadas, de que aún en los momentos más duros para la economía del país, se apostara a la biotecnología y al desarrollo médico y científico; algo sin lo que hoy, en medio de un bloqueo feroz que no cesa, no sería posible “pelearle” a la Covid.
“La idea fue el homenaje a los médicos, enfermeros y profesionales de la salud que trabajan en la zona caliente, por la protección que le dan a toda Cuba”, nos dice Adolfo, “pero también un homenaje a mi ciudad, La Habana, en estos 500 años de vida”.
La intención de Bebo era “trazar y que los niños y niñas del barrio rellenaran”, como una forma de que esta fuera una obra colectiva; pero en un contexto de pandemia donde el distanciamiento físico es fundamental para prevenir contagios, no fue posible.
Cuidarnos para cuidarlos a ellos, a esos médicos y a esa gente, que sin pertenecer al área de salud nos cuidan las espaldas día a día, asegurándonos esta rara “nueva normalidad” que comenzamos a transitar, a ese pueblo que con el cariño invalorable de una madre, acurruca orgulloso en sus brazos a la nación. De eso se trata.
La naturaleza es impredecible dicen. Esa tarde llovió en el barrio y entre gota y gota se desdibujó la humilde pero no menos importante obra de Bebo. Pero este espontáneo homenaje de un hombre sencillo, evocando a ese emblemático símbolo de La Habana, arropará también como La Giraldilla otra entrañable historia de amor, esta vez de todo un pueblo, quedará inmortalizada en los corazones de cada uno de los vecinos y vecinas, que noche tras noche hacen retumbar el pedacito de cielo cubano con sus aplausos y en los ojos de esos niños y niñas que ni bien dan las 9 nos emocionan con ese “¡Viva Cuba!”, tan sentido y orgulloso como la obra de Bebo. Esos niños y niñas que en algún futuro no muy lejano podrán cumplir también el sueño de Bebo y pintar junto a él un nuevo homenaje a los médicos cubanos.
Con sus 52 años, hace 24 que trabaja como diseñador en Tecno Azúcar, una empresa cubana dedicada a la comercialización del azúcar, sus derivados y productos agropecuarios. Además de pinturas y murales en paredes y lienzo, “Bebo” realiza esculturas pequeñas y medianas con técnicas y materiales diversos como PVC, poliespuma, polipropileno y placas de acetato.