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Kari Krenn: Bitácora de vida: Anidando abrazos

Por Kari Krenn. 

Contra la “falocracia” mediática agresiva, a propósito del día de la mujer, honrando en la persona de Lis, a todas las mujeres cubanas que sistemáticamente son atacadas por la gusanera, vaya para ellas mi apoyo y sororidad.

Tengo la certeza de que las mujeres nacemos con el alma cóncava, con esa extraña capacidad de acunar milagros, mientras susurramos vida…

Al encontrarnos sabemos a ciencia cierta, cuando se quiebra el aire, si es que una echa a andar los sentires y se emociona.

Verán: hay sutiles silencios que tocamos con la mirada y andamos con cuidado por esos sitios, pues habitan almas.

Entre los límites de adentro de nosotras mismas, hemos comprendido que caben cien mil palabras en una sonrisa, entonces nos cruzamos como quien coincide en alguna conjunción de estrellas y volvemos a mirarnos… y a entendernos:

Una no termina dentro de sí misma hasta que no larga el enjambre de palabras (a borbotones) y le dice a la otra que la entiende en sus heridas…

Es pesado el yugo del agravio y a veces nos hace llover ojos adentro…

No es nada fácil, sin dudas, estar en un rol público. Lo maravilloso de eso es poder transitarlo sin asumir falsas posturas, con la sencillez de quien es parte del pueblo, del común de la gente.

Eso molesta y mucho, a quienes darían lo que fuera por pertenecer a esos lugares (que jamás ni en cientos de reencarnaciones), podrán ocupar.

Aparecen entonces algunos disidentes de la vida, que asumen una guerra contra la mujer que representa a las suyas, a su pueblo obrero. Guerra que no nos deja ajenas a todas nosotras, porque sus armas son herir… denigrar… envilecer…

¡Están tan empachados de odio!

Acaudillados en pandillas agresivas que siembran en el mundo los pedazos de la basura mental que les excede.

En su burlería insultan y se mofan: que el exceso de peso, que la falta del mismo, que la estatura, que si estás a la moda, que si combinas, que si contrastas, que si gastas dinero, que si te falta clase, que si no ajustas tu humanidad al estereotipo, que si ocupas un rol, que si haces algo, que si no lo haces, que si caminas, que si hablas, que si respiras…

No les importa nada más que vociferar como arpías furiosas, todo lo que una mujer representa y que para ellos es un inalcanzable; son tristes odiadores que sacuden sus bagatelas de moral inexistente, como simulacros de seres ¿humanos?

Ñiquiñaques recalcitrantes que seguramente tienen demasiadas heridas afectivas, como decía Freud “por la lengua filosa de la madre”, que los hace vomitar su odio sin tapujos.

Pobres…

Pobres…

Pobres…

Sino no se entiende tan carirraído accionar contra una mujer… Una mujer que representa a las suyas: la cubana que trabaja, que se esmera, que ha crecido sin lujos, pero con la tranquilidad de ser fiel a sus principios.

Los odiadores que viven porque el aire es gratis, con su trascendencia espiritual más chiquita que la de una ameba frente a una mujer así, hacen lo único que saben: agredir.

¡Qué vidas insignificantes, qué desperdicio biológico y qué contaminación ambiental de estos seres pululando por el mundo!

En fin, hay de todo en la viña del señor…

Aun hoy no entiendo para qué existen las cucarachas como insectos y esos cucarachos de dos patas… pero están y es nuestra tarea aprender a lidiar con ellos. Para las unas: insecticida… Para los otros: seguir sonriendo (ambas cosas, en ambos casos, los fumigan).

Somos cóncavas (ya lo dije) y acogemos sentimientos. Hemos aprendido, a fuerza de tropiezos, que el mundo es más hostil de lo que imaginamos. Entonces en la tibieza de un abrazo, aprendimos a sanarnos unas a la otras, con ternura.

A estar allí, para apoyarnos: no podemos permitir que una compañera sea blanco del oprobio, entonces a su lado nos paramos con dignidad, todas.

Porque somos manada.
Porque somos tribu.
Fibras entretejidas.
Redes solidarias.
Sostén de espíritus.
Manos abiertas.
Esencias femeninas.
Solidaridad, amistad, paciencia…

Es matemática y moralmente exacto: si tocan a una… se meten con todas nosotras.
Así de fácil es la ecuación.

Como dice la canción: Digan lo que digan las mujeres estamos en guerra:

“Cuando, cuánto he de aguantar y por qué
Cuánto ha de aguantar la mujer
Para que se le respete de una vez
Cuando, cuánto he de aguantar y por qué…
………..
Creerte superior es tu pifia
Ver mujeres dirigiendo no es sorpresa es justicia
El feminismo es igualdad colega
Huyendo de la cultura del odio, qué esperas
Vistes como una perra
Tu rol social apesta
Mientras tú gastas saliva en escupir prejuicios
Ellas vuelan alto cual edificio”.

Tenemos grabado a fuego, que el día de la mujer son todos y cada uno de los 365 días del año, solo que hoy particularmente nos reunimos en AQUELARRE (Sí, en la historia del mundo ya nos mataron mil veces por brujas):

Juntamos la alquimia de nuestras almas para no dejarnos pisotear, enlodar, basurear, avasallar, ningunear, amedrentar, por ningún farabute “pitirrique chillón” con micro fama transitoria…

Nunca más, jamás, por los siglos de los siglos.
Amén. 🙏

Feliz día LIS , feliz día GRA, feliz día para mí… ¿VIERON QUE SÍ SOMOS UN TRÍO?
😉

Feliz día a todas las mujeres, las que decididamente, no dejaremos que nadie nos destine sus frustraciones.

Tomado de perfil de Facebook de Kari Krenn / Fotos: Yaimi Ravelo / Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba. 

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