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Atilio Boron aseguró la guerra entre Ucrania y Rusia fue creada en un “laboratorio de ideas” de EEUU

Por Carlos Pronzato y Lois Pérez Leira*.

El sociólogo, politólogo, catedrático y escritor argentino, Atilio Boron, analizó con precisión y en detalle el conflicto entre Rusia y Ucrania, y denunció que se trata de un escenario orquestado por RAND, un enorme «tanque de pensamiento» de los EEUU que hace años planea esta guerra.

¿Qué opina del conflicto ruso-ucraniano?

Primero, veo con horror esa tragedia. Lo de Ucrania es tremendo. Pero hay un riesgo, quedarse en esa primera impresión y dejar de preguntarse por las causas de todo esto. ¿Cómo es que se llegó a una situación como esta? Hubo mucho debate cuando comenzó la guerra a resultas del cual se instaló, y aún persiste en la opinión pública, la idea de que hay un país agresor y un país agredido, y en ese caso, hay un malo de la película, que es el señor Putin, y un héroe o una especie de muchachito de Hollywood, que es Zelensky, pero cuando se indaga a fondo el problema tiene una características totalmente diferentes. Rusia estaba a punto de ser atacada por la OTAN. El plan ya había sido elaborado en un documento muy importante de la Corporación RAND de los EEUU, con sede en Santa Mónica (California).

¿Qué es y cuál es el objetivo de la Corporación RAND?

La RAND es un enorme tanque de pensamiento o laboratorio de ideas (en ingles think tank), que emplea a más de 1.800 personas entre científicos sociales y funcionarios administrativos. Ellos elaboraron un documento en el año 2019, pero que pasó desapercibido porque era confidencial, para uso exclusivo de las autoridades de Estados Unidos. Pero un resumen del mismo se filtró a la prensa y provocó un escándalo, rápidamente silenciado. En el se diseña la estrategia para incitar a Rusia para que entre en guerra con Ucrania. O sea, la idea era obligarla, con una serie de provocaciones, para que no tuviera más alternativas que reaccionar y dijera: “hasta acá; esta es la línea roja, y si la cruzan vamos a atacar”. Esto fue preparado en el 2019 y en el 2022 se ejecutó al pie de la letra, como se comprueba cuando se lee al documento, cuyo título es: “Sobre extendiendo y desequilibrando a Rusia”.

Ese documento es realmente impresionante, porque allí se especifican todos los pasos a seguir para que Rusia entre en guerra, por ejemplo, intensificar las sanciones económicas; plantar “armas letales” (Sic) en Ucrania por medio de la OTAN; impedir que Rusia siga vendiendo gas y petróleo a los países europeos y hacer que EEUU venda su propio gas a los europeos. Aparte de eso se recomienda cortar todo vínculo de Rusia con Europa; acabar con la neutralidad en países como Suecia y Finlandia y así muchas medidas coercitivas más.

Es decir: todo lo que ha venido ocurriendo en los últimos dos meses ya había sido escrito en el 2019. Es como un libreto de cine, un guion cinematográfico, que se ha cumplido paso a paso. Entonces el objetivo era muy claro. Rusia ya estaba rodeada desde el Báltico hasta el Mar Negro con países que habían permitido la instalación de bases militares de la OTAN dotadas de armas de destrucción masiva. Bielorrusia, que es un aliado incondicional de Rusia no permitió eso. Pero lo más importante es Ucrania, que es una especie de cuña que penetra en el territorio ruso. Esa era la línea roja que Putin dijo que no debía cruzarse, por una razón de técnica militar y de extrema seguridad nacional: la instalación de misiles tierra-aire de Estados Unidos en la frontera entre Ucrania y Rusia haría que aquellos pudieran llegar con su carga letal a San Petersburgo o Moscú en cinco minutos. Esto quiere decir que le privaría por completo a los rusos del tiempo mínimo de alerta para preparar su defensa. Por eso fue que exigieron que no se instale la OTAN en Ucrania.

¿Y cuál es el rol de Ucrania en este entramado pergeñado en los EEUU?

El gobierno ucraniano un cuarto de siglo respetó el requerimiento ruso, pero en 2014 cambió el gobierno y su orientación, porque se produjo un golpe de Estado abiertamente orquestado por EEUU, promoviendo violentas manifestaciones en la plaza Euromaidán. El protagonismo principal de esta intromisión fue asumido por la Subsecretaria de Asuntos Euroasiáticos del gobierno de Barack Obama, Victoria Nuland, una superguerrerista norteamericana casada desde hace muchos años con un súper halcón llamado Robert Kagan, uno de los principales asesores en materia de política exterior de los últimos gobiernos de Estados Unidos. Kagan es uno de los teóricos neoconservadores más belicista y genocidas del establishment diplomático norteamericano. Nuland estuvo personalmente en la Euromaidán azuzando a los grupos opositores, fundamentalmente neonazis y violentos, para que tomaran por asalto el Palacio de Gobierno. Inclusive hay fotografías y videos donde se la ve a ella entregando galletitas y botellas de agua a los manifestantes.

En un momento determinado el embajador norteamericano, preocupado por el asunto le pregunta a Victoria Nuland, en una llamada telefónica: “¿Señora, no será demasiado lo que estamos haciendo, no deberíamos consultar a nuestros socios de la Unión Europea?”. Porque Nuland no solamente estaba acicateando la violencia de estos grupos de la derecha radical con las insignias nazis tatuadas en sus brazos o puestas en sus ropas, sino que inclusive proponía quien debería ser el presidente provisional de Ucrania una vez depuesto el presidente Víktor Yanúkovych. El preferido de Nuland era Oleksandr Turchynov, “Turchy”, como ella lo llamaba. Un hombre de total confianza de Washington, un operador al servicio del imperio. Preocupado por la desfachatez de la injerencia el embajador norteamericano en Ucrania le dice, en una conversación telefónica interceptada: “Señora, ¿no le parece excesivo esto, no cree que deberíamos consensuar el nombre del nuevo mandatario con los gobiernos de la Unión Europea?”. Es ese el momento cuando ella pronuncia la famosa frase “¡Al carajo la Unión Europea!” y revela la verdadera naturaleza de la relación entre Washington y sus lacayos en Europa. En resumen: propiciaron ese golpe de Estado, cambiaron el gobierno por uno títere de la Casa Blanca y comienza el conflicto.

Todos los gobiernos anteriores de Ucrania desde la caída de la URSS hasta el 2014 habían sido fieles a la tesis de la neutralidad. Con el nuevo gobierno y sus sucesores se inician las tratativas para el ingreso de Ucrania a la OTAN y se lanza una campaña de exterminio de la parte ruso-parlante de Ucrania, radicada en el Donbass, el sureste de este país. A pesar de que este genocidio cobró casi 15 mil víctimas, ni la OTAN, ni la ONU, ni el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ni la Unión Europea abrieron su boca, tampoco organismos como Human Rights Watch, diligentes peones de la Casa Blanca, atentos al menor incidente policial en Cuba, Nicaragua o Venezuela, pero ciegos, sordos y mudos ante la matanza que estaba aniquilando a los rusófonos en Ucrania.

Allí fue cuando al cabo de 15 años, y digo 15 años, porque hubo una gran conferencia sobre la seguridad europea que se organizó en Munich, en febrero del 2007, Putin mismo propuso llegar a un acuerdo especial de seguridad mutua con Estados Unidos y la OTAN, que visto en cierto modo era poco menos que considerar un posible ingreso de Rusia a la OTAN. La respuesta de Bush hijo y los países europeos, todos vasallos infames del gobierno de los EEUU. fue negativa y despectiva. Hasta podríamos decir rusofóbica.

Es importante que quede bien claro que los gobiernos europeos son aún más rastreros que los que hemos sabido tener en América latina, ignoraron la propuesta de Putin pese a sus insistentes reclamos, no le prestaron atención alguna, y después de 15 años de negligencia y de negacionismo, genocidio de la población ruso parlantes de Ucrania mediante, el presidente ruso decidió lanzar su operación militar sobre aquel país. Cuando se mete el ejército ruso, o cualquier otro, evidentemente las víctimas proliferan y desgraciadamente mucha gente inocente muere. Con esta pequeña salvedad, Putin ya le había dicho a los gobiernos ucranianos: “No hay ningún problema con que ustedes ingresen a la Unión Europea. Quieren entrar, no hay ningún problema. El problema es la OTAN”. Sin embargo, insistieron e insisten hasta hoy en la adhesión de Ucrania a la OTAN. Esto va a terminar en que Rusia va a arrasar con Ucrania. Pero a Europa, y mucho menos a EEUU, no le interesa absolutamente un rábano que se mueran dos o tres millones de ucranianos. Esta es la triste verdad. Por eso continúan las provocaciones a Rusia, siguiendo lo que aconseja el informe RAND.

¿Quién es Zelenski, cómo llega al poder?

Zelensky es un canalla alquilado por la Casa Blanca y que, con su insistencia en introducir la OTAN en Ucrania, provoca el sacrificio de su pueblo. Además representa una infame paradoja: un judío que actúa en complicidad con grupos profundamente anti semitas, que fueron los más violentos en perseguir a los judíos ucranianos y que hicieron de Stepán Bandera, el verdugo de los judíos, un héroe nacional. Por eso, esta guerra es una articulación de intereses de personajes, de facciones y de brutalidades que se condensan en el enorme sufrimiento que padece el pueblo ucraniano. La cuestión del judaísmo confundió mucho a la opinión pública, no así al gobierno de Israel que se ha mantenido al margen de todo esto. Porque no son tontos. No es el primer judío traidor que se alía con los neonazis. Hubo un comunicado del gobierno de Israel y del Knéset (el parlamento israelí) que condenó a Zelensky por su absurda comparación del holocausto judío y la actualidad ucraniana. Y le dijeron: “Usted está minimizando lo que fue el holocausto, además, los amigos con los cual usted está son algunos que siguieron practicando el holocausto después de la segunda guerra”.

Sin embargo, Douglas Mc Gregor, un coronel retirado del ejército de Estados Unidos, sostuvo que no importa lo que diga Zelensky, porque «él es apenas un títere de la Casa blanca”, y lo dijo con estas palabras: “He is the puppet from the White House”. O sea que hablar con Zelensky es una pérdida de tiempo. Esta declaración la hizo en una entrevista con la Fox News y se la encuentra fácilmente en YouTube. “Acá con quien hay que hablar es con Biden”, sostuvo Mc Gregor. Pero Joe Biden está atravesando un proceso acelerado de demencia senil, como se lo vio el otro día cuando terminó de dar una conferencia, se volteó hacia su derecha y extendió la mano para saludar … a un fantasma. Esto habla de la gravedad de la situación.

En ese escenario también está involucrado el propio hijo de Biden, Hunter Biden, un corrupto que durante varios años dirigió la más importante empresa de distribución de gas de Ucrania. Se moría de las ganas de hacer negocio con el gas de los EEUU, que llegaría a precios mucho mayores y que obviamente produciría mayores ganancias. Cuando el padre gana la presidencia, Hunter Biden abandona su puesto de gerente general de esa empresa y se reubica como jefe del Departamento Jurídico. Pero él es el que maneja directamente esa empresa. Eso habla del nivel de corrupción que existe en esta guerra.

¿Qué opina de la censura impuesta mundialmente a los medios de comunicación rusos?

La censura que hemos visto en el caso de la guerra en Ucrania no se dió ni siquiera en la época de la Unión Soviética. estoy totalmente asombrado de eso. Porque te acordás que en los Juegos Olímpicos del 80 hubo un ataque, un boicot de muchos gobiernos. Pero no hubo ninguna política de persecución en el Comité Olímpico Internacional, la FIFA o cualquier otra organización deportiva internacional. Ahora Washington dispuso una movilización general y el imperio no solo utilizó a los gobiernos títeres de Europa -y algunos del sudeste asiático como Corea de Sur y Japón- sino que movilizó a infinidad de organizaciones internacionales y empresas del sector privado. Por supuesto, la prensa de occidente se encolumnó dócilmente detrás de los edictos imperiales y reproduce sin el menor asomo de rigurosidad las mentiras que propala la Casa Blanca. Ni siquiera en la época más álgida de la Guerra Fría se prohibía la circulación de las noticias producidas por la Agencia TASS o divulgadas por el Pravda.

Ahora es muchísimo peor: no se puede acceder a RT o a Sputnik sino a través de complejas maniobras informáticas, todo lo cual configura un brutal ataque a la libertad de prensa que, sin embargo, no conmueve a los usuales custodios de la democracia, los derechos humanos y la república en nuestros países. La desgraciada consecuencia de todo esto es que la opinión pública no sabe cuál es la verdad, porque los dueños del mundo no quieran que la sepa.

Insisto: ni siquiera en los más ásperos momentos de la confrontación entre EEUU y la URSS hubo una campaña de desinformación de este calibre. Evidentemente, saben muy bien los gobiernos europeos, que para ellos es fundamental tener desinformada a la población, satanizando la figura de Putin y convirtiendo a Zelensky en el muchachito de la película que viene a establecer la paz en el mundo, aunque éste es cómplice de tantos crímenes y muertes, y en algún momento deberá rendir cuentas.

¿Qué opina de la posición de la Argentina en la ONU?

Tengo una opinión negativa sobre la posición argentina. En este contexto el voto de nuestro país en la Asamblea General de la ONU, condenando a Rusia por una supuesta invasión o por una supuesta agresión, es una de las decisiones más desafortunadas que en materia de política exterior tomó el gobierno de Alberto Fernández. Realmente lo que debería haber hecho la Argentina era abstenerse. Si no quería rechazar la propuesta norteamericana, cosa muy difícil dado que el país es muy vulnerable a las presiones de los EEUU por el tema del FMI y la deuda externa, pero como mínimo se tendría que haber abstenido, como lo hicieron la mitad de los países de la CELAC. Lo hicieron Barbados, Belice, Brasil, El Salvador, Guyana, México, Saint Kits, Saint Vincent/Granadines, Saint Cristobal, Surinam y Trinidad/Tobago. Los países más dependientes de los EEUU como la Argentina, Perú, que está tambaleando, y Chile, acompañaron esta desafortunada decisión.

¿Cree posible un acuerdo de Paz?

Yo creo que debería haberlo ya mismo pero soy pesimista, porque para que haya un acuerdo de paz se necesita el consenso de dos partes. Y EEUU no quiere la paz. El manual de operaciones de la Corporación RAND tiene como propósito desangrar a Rusia, y para eso la guerra debe continuar tanto como sea posible, aunque mueran millones de ucranianos. Lo que tienen en mente los criminales de la RAND es reproducir el pantano en que cayó la URSS en Afganistán. Y hacer de Rusia lo que hicieron en Yugoslavia, esto es: la partición de este país tan grande, como es Rusia. En siete u ocho países pequeños, que ya no sean rivales de los EEUU. En otras palabras, Rusia es muy grande, too big dicen en Washington, y para eso es preciso balcanizar a Rusia para que deje de ser una gran potencia que interfiera u obstaculice los planes de Estados Unidos. Logrado este objetivo, se impone aislar a China y luego lanzarse con fuerzas contra el gigante asiático, utilizando la cuestión de Taiwán como pretexto.

¿Existió algún compromiso por parte de los EEUU con Rusia para evitar el avance de la OTAN hacia el este?

Tratado nunca hubo. Es lo que viene pidiendo Putin hace quince años, desde la Conferencia de Munich. Lo que hay es una promesa hecha por varios líderes, Bush (padre), Helmut Kohl, Tony Blair y después por Bill Clinton, y lo reiteró Bush hijo. Ninguno de estos criminales de guerra cumplieron con sus promesas de que la OTAN no avanzaría “una sola pulgada hacia el Este”. Esto se dijo en el año 1992. Porque la URSS cae a finales del 91 e inicios del 92. Una vez desintegrada la Unión Soviética se lo dicen primero a Gorbachov y después a Yeltsin. Ninguno cumplió con sus palabras. Y a partir del 1997, seis años después del derrumbe soviético, y a pesar de que un año antes, en 1996, Rusia ya había disuelto el Pacto de Varsovia, Clinton da luz verde a la expansión de la OTAN hacia el Este.

Cabe recordar que la OTAN fue creada en 1949 para contener la presunta expansión comunista soviética. La URSS desapareció sin dejar rastros, pero la OTAN, lejos de disolverse se agranda y crece, y hoy en día tiene por objetivo no sólo Rusia sino Asia, y principalmente la región del Indo-Pacífico. La última declaración del secretario general de la OTAN, del 11 de abril, dice que la organización debe reorientar sus esfuerzos más allá de Europa, con un ojo puesto en el Indo-Pacífico porque allí se encuentra China, la mayor amenaza contra el orden mundial vigente, según este burócrata. Sepamos que la OTAN es una organización criminal que opera a escala mundial y por eso es un peligro para la humanidad.

¿Cuál va a ser el desenlace del conflicto?

Yo creo que se concretará la ocupación de la región del Donbass por parte de Rusia, como se hizo con Crimea, y que Moscú establecerá allí una especie de zona liberada pero fuertemente militarizada para impedir que sea atacada con misiles desde Ucrania. Creo poco probable que en este contexto EEUU o la OTAN se animen a intervenir en Ucrania. Pero esto va a significar un costoso sacrificio para Rusia, necesario para disuadir la respuesta bélica de Ucrania en contra de esas poblaciones pro-rusas que hay en el sur y en el este ucraniano, lo que podría culminar en un nuevo genocidio. Cuánto podrá durar este arreglo es difícil saberlo, pero no veo demasiadas alternativas.

¿Cuál es papel de China?

China está jugando como siempre lo hace en la escena internacional con mucha cautela, con mucha prudencia. Pero con un mensaje muy claro: la responsabilidad de todo la guerra y sus horrores la tiene Estados Unidos. Lo han dicho los principales voceros del gobierno chino, lo dijo la Cancillería y altos miembros del Partido Comunista Chino. Todavía no lo ha dicho así de claro el presidente de China, Xi Jinping, pero no cabe duda de que las declaraciones anteriores contaron con su venia, o fueron incluso motivadas por él. Si las cosas siguen así en Ucrania seguramente lo va a hacer, porque a Xi no se le escapa que hay una secuencia de ataques: primero será Rusia y después China. Por eso China está sosteniendo, claro que con mucha discreción, por debajo de la mesa, los esfuerzos de Rusia en la guerra de Ucrania.

¿Cómo se posicionó la izquierda argentina?

Nuestra izquierda tiene una tendencia congénita a la confusión en América Latina y en Europa también, aunque menos. La nuestra es muy poco sensible al papel que el imperialismo juega en la escena internacional. Cuando uno observa que algunos pequeños partidos u organizaciones de izquierda, mayoritariamente trotskistas, llaman a manifestarse en contra del gobierno de Cuba frente a su embajada en Buenos Aires, me recuerda lo que decía Arturo Jauretche cuando definía a la izquierda de nuestro país como una “izquierda cipaya”, colonizada por la propaganda estadounidense y dócil, y quiero creer que inconsciente, instrumento de las políticas imperiales

Muchas veces se escucha a la izquierda argentina decir: «Putin es un autócrata» y poco menos que la presencia de Satán en la historia. Pero Biden no es un autócrata, ¿no? ¿Cuántos muertos pesan sobre su persona, desde Irak, Siria, Yugoslavia y Libia, entre tantos otros países? ¿Y Zelinsky no es un autócrata? Que manda a su pueblo a un matadero en su empeño por hacer que Ucrania ingrese a la OTAN. Todo esto, unido a la censura de prensa y la penetración de la propaganda gringa genera una enorme confusión en la izquierda y el campo popular. Pero, afortunadamente, hay cada vez más sectores que ven muy clara la película y a la larga la gente va a tomar conciencia de lo que fue lo aconteció en Ucrania.

*Entrevista concedida para el documental «UCRANIA: OTAN vs RUSIA», en proceso de producción, dirigido por Carlos Pronzato y Lois Pérez Leira.

Tomado de El Argentino Diario.

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