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La inseguridad: Enfermedad congénita de la ciudad de Miami

Por José Luis Méndez Méndez * / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

La ciudad de Miami, regentada por el bravucón Francis Suárez, se debate entre seguir siendo la “capital del sol”, de las “luces de neón” o más recientemente la “meca del anticomunismo” en Estados Unidos, pero igual sigue teniendo como enfermedad congénita: la inseguridad.

Si usted viaja a Estados Unidos en busca de un lugar a salvo para vivir seguramente tendrá que descartar de sus planes a Miami, que cada día tiene más riesgos y vicios ocultos, que la descalifican como segura.

Además de tener una Alcaldía politizada y secuestrada por ciudadanos estadounidenses de origen cubano, que utilizan sus cargos para arremeter contra el archipiélago vecino a noventa millas, que incluso han pedido borrarlo de la geografía por medio de bombardeos, según el sentir y pedido de su Alcalde ambicioso.

Los resultados de varias encuestas realizadas hace más de veinte años en  materia de inseguridad, efectuadas en 202 ciudades estadounidenses de más de 100 mil habitantes, que se basaron en las tasas de criminalidad, demostraron que Miami clasificó, junto a otras ciudades de Florida, dentro el selecto y no deseado grupo de las más inseguras. Ha pasado el tiempo y en lugar de evolucionar hacia indicadores más seguros ha sido lo contrario y los factores que inciden saltan a la vista de los residentes y sorpresa de los turistas y visitantes, que siguen la propaganda de promoción. La verdadera Miami, no está en las redes sociales.

 

A pesar de su capacidad para atraer turistas de todo el mundo, la capital del sol escaló la posición de la séptima más peligrosa de Estados Unidos. El elevado índice de hechos delictivos se debe, según la investigación, a la tradicional estructura urbana que tiene la ciudad, a las grandes bolsas de pobreza y al bajo nivel de vida que posee.

Los coordinadores del estudio destacan que las ciudades con mayores niveles de inseguridad son precisamente las que poseen una poderosa fuerza pública, lo que rechaza la teoría de que a más policías menos delitos. El estudio insistió en que las diez ciudades más seguras de Estados Unidos tienen un índice de policías por habitante inferior en un 25 por ciento, como mínimo, a la media nacional.

Esto demuestra que en materia de seguridad no es necesario un ejército en las calles para bajar los índices de delincuencia, lo que más influye son las desigualdades económicas y el desarrollo equitativo urbano con inclusión. Por el contrario a más pobreza, más delincuencia y superior represión por medio de la fuerzas públicas.

La fuerte tasa de criminalidad en Miami contrasta con los cientos millones de dólares que gasta al año en atraer a turistas de todo el mundo no solamente promocionando sus playas, sino también las medidas para proteger a los visitantes.

Estudiosos en criminología de la Universidad Internacional de Florida, dijeron que la alta tasa de delincuencia en Miami obedece al alto grado de desigualdad socioeconómica que hay en esta ciudad, junto con un bajo nivel de instrucción académica.

 

Incluso existen teorías de dudoso fundamento científico que aseveran, que contra Miami conspira precisamente su mayor atributo: el sol. De acuerdo con la compañía encuestadora ayudaría a tener menor delincuencia, si hubiese un invierno frío, porque todo el mundo se quedaría en casa. En Miami hay una época de criminalidad muy grande porque dura todo el año hace sol. Es decir las personas tienen calor y por eso delinquen, parece una broma de mal gusto, lo hacen porque tienen necesidades insatisfechas, aplazadas, congénitas, que a la Alcaldía no le interesa resolver, mientras que esa verdad permanezca oculta a los ojos de los crédulos turistas.

Veamos qué datos nos ofrece mayo de 2022 sobre la criminalidad en Miami, próxima a ser la principal exportadora de anticomunismo de Estados Unidos, el plan es irradiar esa filosofía hacia toda América Latina, después de vacunar a su población contra ese “flagelo” inventado. Comenzarán por sus jóvenes a quienes en los centros de estudios tendrán una dosis exacta de lo que es el anticomunismo. Se empezará por ahí después vendrá la cacería de brujas y a la hoguera todo aquel que piense a favor del comunismo o no quiera someterse. El fascismo europeo ha hecho escala en Miami, para quedarse.

El índice de inseguridad sigue a la alza con un 52.32, mientras la seguridad desciende al 47.68. Sostenido el aumento de la criminalidad en los últimos tres años para un 62.43 estimado alto. El consumo de drogas sigue en ascenso, con personas consumiendo o traficando para un elevado 63.13. La seguridad nocturna descendió a 40.74, es decir seis de cada diez, recomendaron no deambular por la ciudad.
Si Ud. piensa reservar un hotel en Miami, alquilar coches y aventurarse por medio de un mapa a conocer por dentro de las anunciadas maravillas citadinas, entonces conozca y preste atención a que Overtown, es uno de los barrios más pobres  y peligrosos de Miami. Es un sitio poco conocido dentro de la ciudad, ya que normalmente no se promocionan los sitios de escasos recursos económicos, aunque cualquier persona que aprecie un poco de la cultura, de seguro encontrará un gran atractivo en este barrio, pero a riesgo de su seguridad, sobre todo por el gran contraste que ofrece entre lo que se promociona y lo real.
Una gran cantidad de habitantes, unos 10.000, se apiñan  en un pequeño territorio, por lo que cualquier persona se puede imaginar que en este sitio abundan los departamentos pequeños y las casas precarias, superpoblados, además de casuchas.
 

La inseguridad, alimentada por causas permanentes que nutren a la criminalidad, la hacen congénita en la ciudad de Miami.

 

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, «La Operación Cóndor contra Cuba» y «Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba». Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto de portada: AFP.

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