El fantasma del anticomunismo acogido en Miami (III)
Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
El término anticomunista está de moda en Miami y ha sido asumido en numerosos círculos de la ciudad, los medios de comunicación lo promocionan, uno de ellos publicó: “Rubio conmemora seis meses tras las históricas protestas anticomunistas en Cuba”, para referirse al congresista estadounidense de origen cubano Marco Rubio, que para captar adeptos y fondos para su campaña electoral, apela a todo tipo de resorte.
Este mitómano empedernido, que falseó sus antecedentes como “contrarrevolucionario”, presentando a su familia como víctima de los cambios que se produjeron en Cuba tras el triunfo de la Revolución, cuando en realidad eran emigrados económicos que llegaron a Estados Unidos a mediados de la década de los años cincuenta en busca de las oportunidades que la dictadura de Fulgencio Batista, les negaba y que incluso compraron bonos del Movimiento 26 de Julio, para ayudar a sufragar a los opuestos al dictador y hacer realidad su derrocamiento.
El promocionado acto de declaración del Día del Anticomunismo en Miami, que contó con apenas de medio centenar de personas que se concentraron en la llamada Torre de la Libertad, un edificio emblemático que sirvió de albergue a los primeros emigrados de Cuba tras el triunfo de la revolución en 1959, compuesto por batistianos de primer nivel, que llegaron acompañados de la crápula criolla asociada a cuanto delito mafioso pululaba en la Isla. Llegaron con los millones robados al erario público, que dejaron las arcas del país en bancarrota.
El mendaz insiste en aspirar a la Casa Blanca en el 2024, como fracasó en sus aspiraciones en el pasado y para escalar denostó hasta el cansancio a Donald Trump, pero cuando este resultó electo, como buen camaleón político, hizo las paces, pero en el registro personal del elegido quedó el antecedente y como en política lo real es lo que no se ve, de manera oportuna y fría como la venganza, el contra golpe aparecerá.
Con los aires de anticomunismo provenientes de Europa y el fascismo de moda, el discurso anticomunista de Trump, con aspiraciones electorales, resuena como serpiente encantada en los oídos de los votantes de origen hispano.
Las realidades de los emigrados cubanos y venezolanos en Miami están tan entrelazadas que lo que golpea a unos repercute en los otros. Cuando emigraron tras el quimérico un sueño americano, creen que sólo Donald Trump les garantizará su anhelo. Pero Joe Biden ha dado pasos oportunistas en fecha reciente en sus acercamientos a Venezuela con el tema del petróleo necesario para garantizar sus reservas y las limitadas medidas decididas en su política hacia Cuba.
El venezolano Daniel Benaím suspira: “Yo me vine a este país básicamente porque aquí hay un derecho a hablar y a pensar como uno quiere, que allá no lo hay”, pero si pudiera votar por Trump, esa realidad no se lograría ya que el magnate es ególatra y no permite disentir.
En el sentir del arribado venezolano, sin dudas neófito en temas estadounidenses y políticos, critica: Trump tiene cosas que me disgustan, como “los ataques personales y el uso de sobrenombres”, pero teme que el partido opositor, el Demócrata, esté “manejado por fuerzas bastante de ultraizquierda”. Nadie en su sano juicio y con niveles primarios de cultura política puede concebir el comunismo en cualquier partido en Estados Unidos.
El pavor al comunismo es tal, que este emigrado llegó a maquinar: “Me da miedo que acaben con los fundamentos de este país”, explica, hablando de una hipotética victoria demócrata en Estados Unidos. “El americano promedio dice que eso es imposible. Pero también nosotros pensábamos que era imposible. Y si algo sabemos los venezolanos es que…Todo puede ser”, advierte. Es un ejemplo de cómo el anticomunismo como defensa a sus aspiraciones ha calado y está presente, concibe que la bandera roja, que identifica al comunismo pueda ondear en la Casa Blanca.
En las pasadas elecciones perdidas por Trump, una encuesta de la Universidad del Norte de Florida (UNF), mostraba que siete de cada 10 venezolanos en ese Estado votarían por él por esa razón. “Venezuela”, “Cuba” y el “comunismo” son palabras clave que movilizan a los hispanos de Florida, que conforman 17% de un electorado de 14 millones para las elecciones.
El confundido Carlos Rizo, un cubano de 52 años que migró hace 25, dijo que Trump “representa la libertad”. “Y representa todo lo que nosotros hubiésemos querido que hubiera en nuestros países para no tener que migrar a otro país”, aseguró. Durante los cuatro años de administración republicana con el ricachón al frente, se desató una cruzada contra los emigrantes, muros por todos los dados, deportaciones masivas, niños y adolescentes reconcentrados y separados de sus padres.
En la puja electoral pasada la mayoría de las encuestas mostraban un empate técnico entre Trump y Biden en Florida, sobre todo gracias al voto de los llamados cubanoamericanos. Ahora, ya en el poder, Biden en su año y medio de mandato contentó a los sectores más reaccionarios de la emigración cubana, hasta mediados de mayo de 2022, cuando tomó iniciativas limitadas contra algunas de las 243 medidas punitivas impuestas por Trump, esto no ha gustado a quienes esperaban que las bombas solicitadas por el Alcalde Suarez, resolvieran el cacareado “caso cubano”.
Fue tan sórdida la campaña contra el demócrata, que tuvo que demostrar su “inocencia socialista” en reiteradas ocasiones y convencer de que era un ario anticomunista y para sustentarlo negó con vehementemente estos temores. “Yo derroté al socialista”, dijo Biden en un anuncio. “Miren mi carrera, toda mi carrera. No soy socialista”. Se refería a Sanders, quien afirmaba tener ideas ajenas al capitalismo.
No es casualidad que el derrotado mercenario, ahora traficante de armas Johnny López de la Cruz, presidente de la agrupación de veteranos de la fallida invasión, quien pidiera a Trump, durante su campaña anterior que siguiera trabajando por “librar al mundo de estos corruptos regímenes narcoterroristas y comunistas”, estuviese en el reducido grupo de exaltados que proclamó el Día del Anticomunismo en Miami, acogido por esa urbe.
Si Trump, decide postularse como ha anunciado, tendrá en Florida un puntal para sus aspiraciones. Mientras, el temor al comunismo, será a partir de ahora una asignatura obligada en las escuelas y colegios de Miami, se afirma les será impartido de manera obligatoria para conocer las “atrocidades” de ese régimen.
Los actuales libros de historia en Estados Unidos, le dedican pocas páginas y minimizan los horrores contra sus originarios; los crímenes de odio contra los negros, la segregación racial, las matanzas en Vietnam y de las sucesivas invasiones y cientos de agresiones de Estados Unidos, diseminadas por el mundo.
(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.
Foto de portada: EFE.