La Unión africana en su 59 aniversario
Por Hedelberto López Blanch* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
La Organización para la Unidad Africana (después convertida en Unión Africana) ha luchado durante 59 años contra numerosas adversidades y contratiempos surgidos a lo largo del camino, pero ha logrado con denodado esfuerzo trabajar por la integridad y el avance de sus 55 países.
Tras varios siglos de colonialismo durante los cuales primaron las luchas por las independencias nacionales contra la esclavitud, el saqueo de los territorios y sus riquezas, el continente comenzó a liberarse a fines de las décadas de los años 1950 y principios de los 60.
El impulso hacia esas acciones ocurrió el 25 de mayo de 1963 cuando 31 líderes africanos se reunieron en Addis Abeba y firmaron la Carta de Principios de la Organización para la Unidad Africana (OUA), después de un proceso en el que dejaron a un lado las diferencias regionales e ideológicas que habían sembrado los colonialistas.
Desde su creación en 1963, la OUA enfrentó grandes retos, pues su primera razón de ser fue la de acabar de liberar al continente del colonialismo, el apartheid y la discriminación racial.
El 9 de julio del 2002, ante los cambios y las nuevas situaciones internacionales, más de 40 Jefes de Estado y de Gobierno del continente participaron en el cónclave de Durban, Sudáfrica, que dio paso al nacimiento de la Unión Africana (UA), la cual continuó con más fuerza las actividades ejercidas hasta entonces por la OUA.
En esa Cumbre se fijaron metas para luchar contra la enorme pobreza que padece la región e impulsar el desarrollo, la integración política y económica.
La UA, a la cual pertenecen 55 países del continente, ha logrado avances como profundizar en la estabilidad y la paz en el continente con fuerzas propias.
Hace una década los golpes de Estado y las guerras internas eran constantes en toda la región y en estos años se han logrado reducir debido a la política aplicada por los dirigentes de la UA de no reconocer Gobiernos ilegales y contar además con contingentes militares integrados por los diferentes países para no tener que depender de fuerzas extranjeras cuando ocurre algún hecho de ese tipo.
En la búsqueda de un modelo propio de desarrollo sin injerencia de las naciones occidentales, aunque con su colaboración, surgió la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (Nepad), que traza las líneas económicas y políticas a seguir para la integración del continente.
Además, se han potenciado diferentes organismos de integración como la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) y la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Ecowas).
Pero no es menos cierto que la Unión tiene grandes retos que enfrentar como son los elevados índices de pobreza, las enfermedades, la desigualdad, la marginalización social, el analfabetismo y el desarrollo sostenido.
Esos problemas de antaño, motivados principalmente por colonialismos rapaces y posteriores imposiciones de sistemas neoliberales, la Unión Africana los está enfrentando con sabiduría y una mayor integración.
Existen otros desafíos debido a las enormes riquezas naturales que posee el continente, que lo convierten en un gran pastel de inestimable importancia para las naciones occidentales desarrolladas.
Lo importante es que la mayoría de los actuales dirigentes africanos agrupados en la UA están al tanto de las dificultades y problemas a enfrentar y trabajan al unísono por una mayor integración y unidad de sus países en beneficio de sus pueblos.
Para Cuba, los vínculos fraternales con África son parte de su historia, cimentada en profundas raíces culturales y políticas donde se reflejan las estrechas relaciones en beneficio mutuo y de compromiso con el hermano continente.
El embajador de la República de Yibutí, Nasser Mohamed Ousbo, decano del cuerpo diplomático africano acreditado en Cuba, expresó recientemente a Resumen Latinoamericano, que el pueblo cubano pagó un alto precio en sangre en la lucha por la independencia africana, basados en la ideología internacionalista de Fidel y Raúl Castro y actualmente con el presidente Miguel Díaz-Canel.
Enfatizó que Cuba y los estados africanos trabajan juntos para que el continente no regrese jamás al pasado, es decir, a la esclavitud, el colonialismo, el neocolonialismo y el subdesarrollo, lo cual se refleja en la presencia de decenas de miles de cooperantes cubanos en ese continente, así como en seis décadas de cooperación académica que han proporcionado a África más de 60 000 profesionales de alto nivel en campos tan importantes como la medicina y la ingeniería técnica y científica.
Como resultado de esas estrechas relaciones en La Habana están presente 27 embajadas de países africanos donde su cuerpo diplomático realiza una labor muy activa, mientras que Cuba cuenta con 34 representaciones en ese continente.
Resulta innegable que desde 1959, la Isla del Caribe ha practicado un consecuente internacionalismo, siendo fiel a sus principios de solidaridad hacia África, por lo cual sus líderes y pueblos sienten en Fidel al hermano, al hombre, que sin condiciones, promovió la independencia del colonialismo y facilitó el sustento para el desarrollo social de sus pueblos.
En esta línea política de hermandad y confraternidad, La Habana reconoce el apoyo unánime de los gobiernos, personalidades, organizaciones y pueblos de África en la lucha contra el bloqueo estadounidense a Cuba.
Como expresó Nelson Mandela durante el discurso pronunciado en el acto por el 26 de julio de 1991 en Matanzas: “Qué otro país tiene una historia de mayor altruismo que la que Cuba puso de manifiesto en sus relaciones con África…para el pueblo cubano el internacionalismo no es sencillamente una palabra, sino es algo que hemos visto puesto a prueba para bien de grandes sectores de la humanidad”.
(*) Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de “La Emigración cubana en Estados Unidos”, “Historias Secretas de Médicos Cubanos en África” y “Miami, dinero sucio”, entre otros.
Foto de portada: Reuters.