Internacionales

Juan Domingo Perón, un gran amigo de Cuba

Por Coronel ® Nelson Domínguez Morera (NOEL).

Comenzando el 1974, en su segundo mes, acompañábamos una delegación presidida por el Ministro de Comercio Exterior de entonces, Marcelo Fernández Font hombre de talento, mucha modestia y fidelidad a toda prueba con la Revolución y en particular con su líder mayor, a un periplo por países sudamericanos con el principal objetivo de participar en la Reunión Cumbre de la Comunidad Económica de Países Europeos (CEE) con América Latina a celebrarse en Punta del Este Uruguay, así como en Argentina, concretar la negociación de importación más millonaria y trascendente gestionada por nuestro país hasta aquel momento. 

Se trataba de la adquisición de miles de vehículos automotrices, camiones, tractores, coches de pasajeros, locomotoras de ferrocarril, y hasta paneles plásticos utilizados después en las pescaderías públicas, así como otros muchos y variados artículos de la industria pesada, financiados a través de un acaudalado empréstito ofrecido por el presidente argentino Juan Domingo Perón hombre de agradecida amistad con Fidel Castro desde su época de 18 años de exilio en España, por haberle propiciado la vinculación permanente de un alto funcionario de su confianza Emilio Aragonés Navarro quien años después se desempeñara como embajador de nuestro país en la república rioplatense, cuando el ex general asumiera en 1973 su tercera envestidura como presidente de la Argentina.

La primera muestra de su gratitud para todo el que representara una vinculación con Fidel, fue su ofrecimiento desde que pisamos Buenos Aires, de poner a nuestra disposición para el traslado a Uruguay,  (país con el que no manteníamos relaciones diplomáticas y donde imperaba una férrea dictadura militar que nos acusaba, sin mucho desacierto, de estrecha cooperación con el movimiento insurreccional Tupamaros) su propio avión presidencial aunque solo fuera para atravesar con la mayor seguridad posible las anchas aguas del rio La Plata que resulta la frontera marítima natural entre las dos naciones.

Marcelo con su excesiva modestia que no descolló en poder ser mal interpretada, porque se deshizo en justificaciones, declinó el gesto alegando entre otras cosas, que pudiera dar la interpretación que buscábamos garantías de protección por temores, dado lo cual partimos desde Buenos Aires en un vetusto bimotor de la línea comercial Tuma de los uruguayos, para llegar a Punta del Este y poder declarar con orgullo al arribo… “Cuba vuelve al mismo lugar desde donde fue expulsada por la OEA, con la frente en alto y su más plena dignidad…”. Alusión a la conjura yankee de aislarnos de Latinoamérica, en esa misma localidad, poco tiempo atrás a la que solo se opuso con dignidad México.

No se amilanó entonces el hombre fuerte de Argentina que hizo historia junto a su pueblo, en su segundo mandato (de 1952 a 1958 sin culminar al ser depuesto por los militares) acompañándose por su esposa Eva Duarte de Perón (EVITA) y con la persistencia que políticamente siempre lo caracterizó, reponiéndose de golpes de estado repetidos por uniformados que lo deponían y él retornaba. Nos mandó definitivamente y sin previo aviso, finalizado el evento, la aeronave ejecutiva a recogernos al aeropuerto de Punta del Este y trasladarnos de regreso a Buenos Aires. En esa ocasión ya nuestro Ministro no pudo poner reparos.

No fue el viaje común que en condiciones normales, solo duraría 45 minutos, sino que había impartido instrucciones precisas a sus pilotos de que nos recrearan desde el aire conduciéndonos casi a vuelo rasante, por todo el Gran Buenos Aires para que apreciáramos la majestuosidad de la ciudad de trazados lineales que dicen se asemeja en ello a Washington.  Mientras, su Ministro de Economía José Ber Gelbard nos hacía de anfitrión y guía turístico con vastas y precisas explicaciones desde el aire señalando las principales edificaciones, aunque no se inhibiera de su pragmatismo económico, cuando muy calladamente nos espetó… “ che, el empréstito que Juan Domingo les ha concedido tiene un carácter político, porque Uds jamás podrán pagarlo….”. Y no se equivocó.

Cuando finalizaban las negociaciones en las cuales personalmente Perón intervino en varias ocasiones desde la Casa Rosada sede del gobierno, a pesar de tener de huésped coincidente al entonces Jefe de Estado de Rumanía Ian Ceauescu, porque las empresas automotrices subsidiarias norteamericanas Chrysler, Ford, Dodge y Chevrolet, se opusieron resueltamente a firmar los millonarios contratos de ventas a Cuba alegando no poder incumplir con el bloqueo establecido. El Presidente de los porteños hijo ilustre de Lobos donde nació un 8 de octubre (similar fecha a la de la caída, muchos años después, de su inmenso compatriota en La Higuera) de 1895, no se amilanó y con la flema propia de sus connacionales, declaró públicamente que les otorgaría un plazo de 48 horas para que concretaran la negociación o simplemente las nacionalizaría.

Ahí mismo se puso fin al forcejeo político y los gringos, se aconsejaron retractándose.

En aquella larga misión, también se concretaron todas las gestiones para asumir en nuestro país la primera gran Feria Argentina de productos industriales para Cuba a realizarse en Julio del mismo año 1974 en donde este escribano fungiría como Jefe de Seguridad de la misma, a cuyo efecto fuimos debidamente presentados y acreditados. El magno evento sufrió en la Habana, la gran consternación de resultar pospuesto antes de su inauguración durante los días de duelo decretados tras la muerte súbita de Juan Domingo el 1ero de Julio de 1974, a solo 5 meses de nosotros haber tenido el inmenso honor de conocerle.

(EN FOTOS) Recorrido de Fidel Castro en el recinto Rancho Boyeros-Feria Industrial Argentina de Julio 1974

El Comandante en Jefe con su proverbial gentileza y solidaridad humana, no solo inauguró la exposición, sino que se hizo presente en distintas ocasiones durante la misma de manera reiterada, recorriendo todos los stands como muestra de adhesión con los empresarios argentinos que sobrepasando los 400, habían concurrido puntualmente a la cita muy a pesar de la tribulación que los acompañaba. También el entonces Presidente de nuestra nación, Osvaldo Dorticós Torrado, resultó asiduo asistente a la misma, como testimonian las fotos adjuntas.

Próximo a cumplirse el 1ero de Julio, 40 años de su desaparición física, Juan Domingo Perón será recordado siempre como UN GRAN AMIGO DE CUBA.

Foto de portada: Mágicas Ruinas.

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