Internacionales

El código Francisco y los libelos de Miami

Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

 Es una costumbre que los libelos de Miami inserten noticias falsas sobre la realidad cubana, es una matriz sostenida en sintonía con los fracasados intentos de derrocar a la Revolución cubana de más de una docena de administraciones norteamericanas de ambos partidos tradicionales.

Este proceder encaja con el reciente código del Santo Padre Francisco sobre la comunicación mal ejercida por los medios, que repiten mentiras hasta convertirlas en verdad o al menos instalar la duda. Desinformar, difamar, calumniar y la práctica coprofilicas, a si sus coprófilos periodistas hace de el Nuevo Herald, un paradigma de la anti prensa.

Para quienes solo leen el Herald, les explicamos que la coprofilia o también conocida como coprolagnia es una parafilia que involucra a las heces fecales, que llevada a los medios es el deseo incontenible de enlodar con heces a todo lo que se difama, calumnia o desinforma.

El Papa Francisco enumeró “los cuatro pecados de la comunicación”, al tiempo que destacó importante papel educativo de los medios. El pontífice recordó que la primera vez que abordó este tema fue durante una conferencia en Buenos Aires cuando era arzobispo, en la que decidió explicar el significado de cada uno de los cuatro males que él detecta en la prensa.

“Primero, la desinformación“, empezó el sumo pontífice. “Decí todo, no podés desinformar”, afirmó el jefe de la Santa Sede, condenando el carácter selectivo de los medios, cuando solo ilustran sobre “lo que les conviene”, mientras “se callan lo otro”.

“Segundo, la calumnia”, dijo Francisco, advirtiendo que las cosas “inventadas” pueden destruir a una persona inocente.

“Tercero, la difamación, que no es calumnia”, precisó. “Es como traerle a una persona un pensamiento que tuvo en otra época y que ya cambió. Es como si a un adulto te trajeran los pañales sucios de cuando eras chiquito“, puso como ejemplo el papa.

Para el cuarto pecado, Francisco usó la palabra técnica coprofilia, y detalló que significa “el amor a la caca, el amor a la porquería“, en referencia a los periodistas que “buscan ensuciar, buscan el escándalo por el escándalo” instigados por su “amor a lo sucio, a lo feo”.

Hay que tener cuidado para que la comunicación no cambie la esencia de la realidad”, dijo Francisco. En este sentido, recalcó que un medio de comunicación debe estar atento para no caer en estos pecados, porque “su valor es expresar la verdad”.

El Nuevo Herald, amparado en situarse a la sombra de la maquinaria anticubana, sus directivos se sienten seguros y sin el menor rubor colocan acusaciones imposibles de sustentar ni mucho menos ser demostradas ante un tribunal en una querella de demanda.

La manipulación de un hecho, típico de página amarilla, ocurrido en una provincia central de Cuba, que incluyó la agresión a las fuerzas del orden y ocasionó la muerte de un joven con numerosos antecedentes delictivos a pesar de su corta edad cronológica.

El libelo tendenciosamente difunde de manera parcializada la ocurrencia, alejado de toda objetividad y publica: La muerte de un joven negro en Cuba desata críticas a la brutalidad policial y el racismo. Pareciera que el finado estaba en el lugar equivocado en el momento inoportuno y no que fue uno de los protagonistas principales de la reyerta. Le incorpora la imagen de padre amantísimo que acuna a una criatura para movilizar resortes sentimentales y hasta le aumenta la pigmentación de la piel para presentarlo como un “negro” a este mestizo, con la deliberada intención de evocar al “racismo”.

El occiso, cuatrero habitual,  salteador de caminos, bravucón de barrio, con su proceder antisocial tentaba a la muerte, asumía riesgos que más temprano que tarde le ocasionaría desenlaces. Nadie merece morir, al margen de la edad, color de la piel, sexo, pero quien está en ese medio criminal es proclive a finales de ese tipo.

El escrito difamador, apela a matices para orientar la lectura, no se trata de una trifulca callejera con intervención de la fuerza del orden llamada a actuar por la ciudadanía y agredida por los participantes, es: “un joven negro, que murió a manos de la policía cubana”. Para redondear el mensaje añade: La reciente muerte de un adolescente negro a manos de la policía en Cuba…han llamado la atención sobre la brutalidad policial y la discriminación racial en la isla”.

Es difamación de principio a fin, incluso manipula la nota oficial al referir: “haber dado muerte a una persona no identificada cuando los agentes abrieron fuego…” No hay matices para el lector crédulo, la policía llegó abrió fuego y una persona murió, así de simple. Para más misticismo añade: “Hay poca claridad sobre lo sucedido…”

Para redondear la imagen calumniadora comenta: “llegó la policía, y los oficiales se abalanzaron sobre ellos y comenzaron a golpearlos “sin hacer preguntas”.

Sigue la desinformación, que no podría ser sustentada ante un tribunal: “Desde 2020, la sociedad civil independiente cubana ha documentado al menos cuatro ejecuciones extrajudiciales de jóvenes negros a manos de la policía, incluida la de Diubis Laurencio Tejeda, baleado por un agente durante la protesta del 11 de julio del año pasado”.

El folletín miamense invoca opiniones igualmente difamadoras, las amplifica sin el menor rasgo de veracidad, coloca en sus páginas el decir de fuentes carentes de fundamentos, todos los pecados señalados por el papa, están presentes, es coprofilia a pulso, según el decir del Santo Padre.

 

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, «La Operación Cóndor contra Cuba» y «Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba». Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto de portada:  Evandro Inetti / ZUMA Press Wire.

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