Expectativas, retos y desafíos: ¿Qué pasará con la reapertura de la frontera entre Colombia y Venezuela?
Por Orlando Rangel.
Las expectativas sobre la prometida reapertura de la frontera entre Colombia y Venezuela crecen mientras más se acerca la fecha para que Gustavo Petro asuma funciones en la Casa de Nariño, el próximo 7 de agosto.
Ciudadanos y comerciantes de ambos lados de la frontera, que se extiende por más de 2.200 kilómetros, perfilan proyectos, trazan objetivos y procuran superar los retos para reconstruir la tensa relación bilateral que ha sido golpeada durante años.
Pero el desarrollo formal de las actividades en una frontera viva de gran intercambio social, cultural y con profundos lazos familiares, también tiene el desafío de batallar contra mafias y grupos criminales que imponen prácticas ilegales.
Bajo este escenario, actores de ambos países han manifestado su disposición de iniciar una nueva etapa de relaciones, que permita reconstruir la confianza mutua y evaluar la posible creación de una Zona Económica Especial.
Un acuerdo por la frontera
A mediados de junio, Petro y el presidente venezolano, Nicolás Maduro, se comunicaron vía telefónica y expresaron su disposición de restablecer las relaciones. Ese primer acercamiento motivó a que los comerciantes y gremios empresariales de Colombia y Venezuela decidieran realizar a inicios de julio un evento en el que trazaron objetivos para el reinicio de la actividad económica.
La cita se efectuó en San Cristóbal, capital del estado venezolano del Táchira y fronterizo con Colombia, y participaron representantes de Petro y del gobierno de Venezuela.
El encuentro fue positivo y culminó con la firma del llamado “Acuerdo por la frontera”, un documento que dejó seis líneas de acción:
- Recomponer las cadenas de valor binacional.
- Recalcar la importancia de mantener acuerdos independientemente de las ideologías y perspectivas personales.
- Generar canales eficientes de comunicación.
- Insistir en la necesidad de la complementariedad y lazos estables de cara al futuro.
- Respetar la comunicación para garantizar la seguridad jurídica y la seguridad personal.
- Promover un círculo virtuoso para ambas naciones basado en la reciprocidad, solidaridad y legalidad.
En el evento, los actores se comprometieron a trabajar por la paz, el respeto mutuo, la legalidad y en favor del comercio formal. Además, indicaron que el 8 de agosto sería la fecha probable para la reapertura fronteriza.
¿Qué dicen los empresarios?
La presidenta de la Cámara de Comercio del estado Táchira, Isabel Castillo, dijo en una entrevista con Fedecámaras Radio que la entidad está preparada para reactivar las actividades, ya que los empresarios solo esperan que se abra el paso para comenzar a desarrollar sus proyectos.
“Si nos dicen que mañana van a abrir la frontera, ya estamos listos para empezar a hacer las actividades normales de cualquier exportación e importación”, dijo Castillo, quien recordó que los planes binacionales se remontan a diciembre de 2021, cuando se intentó hacer un intercambio comercial fronterizo que no fue fructífero por la falta de receptividad en el gobierno de Colombia.
Ahora el gremio confía en que la toma de posesión de Petro dé el banderazo para que se abra frontera e inicie, “de manera gradual”, el proceso de intercambio comercial con “algunas actividades” del sector aduanero, para luego dar paso al transporte de mercancías y de pasajeros.
Reconstruir la confianza
Por su parte, el presidente ejecutivo de la Cámara Colombo Venezolana, Germán Umaña, señaló en una entrevista con la Fundación Paz y Reconciliación de Colombia (Pares), que el tema central en la frontera es reconstruir la confianza y la “sólida relación” que tuvieron ambos países hasta hace poco más de una década.
Lo más urgente, dijo Umaña, es el acercamiento institucional con seguridad jurídica, que permita recuperar “los indicadores sociales”, en vista de que el cierre de la frontera provocó desempleo, pérdidas de ingresos per cápita y aumento de la pobreza.
Para resolver la situación, Umaña propuso dar “la ciudadanía binacional” a los habitantes de frontera, con miras a que se potencie el desarrollo sostenible de la zona mediante facilidades para la población que se mueve entre ambos países.
Para el empresario, otro punto clave sería la mejora de los acuerdos de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) para ayudar a “recuperar la zona de libre comercio”. Del mismo modo, abogó por “acuerdos mínimos” que garanticen la competencia transparente, la complementación industrial, la seguridad alimentaria y la cooperación en materia de seguridad.
“Nos hicieron perder el tiempo durante cinco años por la ideologización de las relaciones y no permitir que cada quien se autodetermine. Vamos a construir y para allá vamos, ese es el esquema virtuoso que se está presentando y no hay otra forma sino de mirar positivamente el futuro de la integración de Colombia y Venezuela”, señaló el dirigente empresarial.
¿Se reactivarán los vuelos comerciales?
A mediados de julio la Aeronáutica Civil de Colombia autorizó a las aerolíneas Avianca y Wingo a operar en las rutas comerciales hacia Venezuela con los destinos de ida y vuelta entre Bogotá-Caracas y Bogotá-Valencia.
Francisco Ospina Ramírez, director de la institución colombiana dijo que las nuevas conexiones, además de ofrecer “precios más competitivos” a los viajeros, darán “un fuerte impulso” al transporte de carga, el comercio y la economía entre los países.
Sin embargo, aún falta que el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil de Venezuela (INAC) apruebe la reactivación de las rutas, una medida que seguramente se pondría en marcha tras la asunción de Petro.
Avianca no vuela a Venezuela desde 2017, cuando decidió suspender la ruta por “limitaciones operativas” que estuvieron relacionadas con las sanciones que impuso EE.UU. contra Caracas. Sin embargo, a inicios de junio pasado, sus directivos sostuvieron una reunión virtual con el INAC en la que trataron temas regulatorios y revisaron las relaciones aerocomerciales vigentes.
Por su parte, Wingo mantuvo operaciones en Venezuela hasta marzo de 2020, cuando las autoridades venezolanas decidieron suspender los vuelos internacionales ante el aumento de contagios por Covid-19.
¿El fin del cerco diplomático de Duque?
El deterioro de las relaciones entre Colombia y Venezuela se agravó durante el Gobierno de Iván Duque, que en 2019 activó “el cerco diplomático” contra Caracas tras la autoproclamación de Juan Guaidó como “presidente interino” de Venezuela.
Desde entonces, la administración de Duque ha mantenido una postura de choque contra Venezuela al calificarla de “dictadura” y acusarla de “proteger” a “terroristas“. Por su parte, Caracas señala a Colombia de promover la incursión de grupos criminales y bandas delictivas al territorio venezolano para efectuar atentados con fines sediciosos.
Sin embargo, los tiempos de discordia podrán quedar atrás cuando Petro asuma la Presidencia y se ponga en marcha la renovación plena de las relaciones, proceso que podría sellarse en un potencial encuentro con Maduro, lo que marcaría un hito entre dos países bolivarianos que comparten una histórica común y una dinámica de vida e intercambio.
Tomado de RT/ Foto de portada: Schneyder Mendoza / AFP.