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Cuba: ¿Por qué es mejor sin bloqueo?

Por Edilberto Carmona Tamayo y Claudia Fonseca Sosa.

La resolución cubana sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos recibió este 3 de noviembre un contundente respaldo de la comunidad internacional, con 185 votos a favor, dos abstenciones (Ucrania y Brasil) y dos votos en contra (Estados Unidos e Israel).

El informe presentado por trigésima ocasión ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) recoge que solo entre agosto de 2021 y febrero de 2022 esa política unilateral de EE.UU., políticamente motivada, ha causado a Cuba pérdidas en el orden de los 3 806.5 millones de dólares. La cifra es 49% superior a la reportada entre enero y julio de 2021 y representa un récord en apenas siete meses.

Señala también que en los 14 primeros meses del Gobierno de Joe Biden los perjuicios ocasionados a Cuba por el conjunto de medidas que engloba la política de bloqueo alcanzaron los 6 364 millones de dólares, lo que equivale a una afectación de más de 454 millones de dólares mensuales y más de 15 millones de dólares diarios.

Este año, el apoyo a Cuba en la AGNU volvió a ser abrumador. Los representantes de decenas de países y grupos se manifestaron en contra de las medidas coercitivas impuestas contra Cuba, alegando que no solo limitan el desarrollo de la nación caribeña sino también su capacidad de interacción con terceros países.

Los miembros de la comunidad internacional rechazaron el carácter extraterritorial del bloqueo y llamaron a Washington a terminar con la persecución financiera, a sacar a la Isla de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo y volver al diálogo constructivo con La Habana, en pos de mejorar las relaciones bilaterales. Incluso, hubo delegaciones que calificaron el bloqueo, las sanciones unilaterales y la coerción como terrorismo económico.

Se reafirmó en la ONU que el bloqueo de EE.UU. impuesto hace ya seis décadas es una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos del pueblo cubano, lo que según la Convención de Ginebra de 1948, “constituye un acto de genocidio”.

Y es que no cabe duda de que el bloqueo estadounidense contra Cuba es un acto políticamente motivado, descrito a la perfección en el infame memorando del Departamento de Estado del 6 de abril de 1960, en el que se llama a poner en práctica todos los medios posibles para debilitar la vida económica, “negándole a Cuba dinero y suministros para provocar hambre y desesperación” en su población, con el objetivo de derrocar al Gobierno.

Sabemos que EE.UU. anhela provocar inestabilidad política y social en el contexto de las dificultades económicas causadas por su propia política de castigo al pueblo cubano, según han denunciado las autoridades del país en reiteradas ocasiones.

No son pocas las voces pragmáticas, incluso dentro del sistema de Gobierno estadounidense, que afirman que se debe poner fin al bloqueo porque es una política anacrónica e ineficaz, que no ha logrado ni logrará su objetivo, y que ha terminado por desacreditar y aislar al propio EE.UU. El mundo se ha pronunciado en ONU: Es mejor sin bloqueo.

A propósito, hablamos sobre esta política obsoleta de Washington, con la intervención del profesor Rodolfo Dávalos, personalidad del Derecho y de la intelectualidad cubana, miembro del Consejo Nacional de la Unión Nacional de Juristas de Cuba y de la Sociedad Cubana de Derecho Mercantil.

Nuestro invitado es autor del libro ¿Embargo o bloqueo? La instrumentación de un crimen contra Cuba, donde denuncia los orígenes, esencia y mecanismos de los sucesivos Gobiernos de EE.UU. para tratar de derrocar a la Revolución. 

 

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Tomado de Cubadebate.

 

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