El provocador profesional se reubica, por unos dólares más (I)
Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
El escurridizo contrarrevolucionario de origen cubano Magdiel Jorge Castro, militante activo de las LGTBIQ+ y que había recibido permiso como inmigrante para residir en Bolivia por dos años, volvió a ser noticia a finales de año.
El cotilla terminó con enojar a las autoridades bolivianas por vulnerar normas internas, al hacer política activa contra el presidente Luis Arce y el Gobierno boliviano. Su condición de inmigrante no le permitía hacer valoraciones de juicio, que no le correspondían, menos calificar al mandatario de dictador.
Este dependiente tiene como medio de vida las redes sociales, las emplea para propalar todo tipo de diatribas, la mayoría carentes de veracidad, por ejemplo habla de su realidad cubana desde Santa Cruz de la Sierra, Bolivia y difama a su gobierno nacional desde la cuna de los incitadores a la violencia y el separatismo, es su hábitat natural.
Tanta futilidad colmó la paciencia de los más tolerantes en el ejecutivo boliviano, que dispuso rescindir el derecho otorgado para residir en ese territorio y conminarlo a su abandono. Según la decisión tomada a finales de diciembre 2022, el expulsado no solo opinó sobre la política boliviana, sino que calificó de dictador al presidente Luis Arce.
También estaba relacionado con la Gobernación de Santa Cruz y el Comité pro Santa Cruz, ambas instituciones son furiosas opositoras al actual Gobierno boliviano y parte activa del paro que buscó la desestabilización democrática. El insidioso se sumó a los ataques, en sus devaneos tuiteros.
Utiliza la red social Twitter, principalmente, para articular corrientes de opinión y acciones contrarias al país, que lo acogió para residir. Justamente este accionar derivó en un proceso y la decisión migratoria boliviana de notificarlo con una orden de salida del territorio nacional.
Ajeno y desconociendo que Bolivia es un país soberano, de derecho, con leyes a respetar, el ahora declarado no grato, promovió una campaña difamatoria en su cuenta en Twitter con el deliberado fin de revertir la decisión legítima de Migración, promover una corriente de opinión a su favor y por medio de la presión digital revertir el justificado fallo.
En este afán se exhibió, para que no quedara duda de su preferencia política, en un video en el que se ve el escudo del Comité pro Santa Cruz en varias ocasiones emitió críticas, se refirió de forma imprudente sobre asuntos internos bolivianos y contra el presidente Luis Arce, práctica incompatible con su condición de inmigrante.
Siempre usando su cuenta en Twitter, calificó de dictador al Presidente boliviano, cuando participó de la XXII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) del 14 de diciembre, en la capital cubana.
Sin tino, escribió y divulgó: “Mientras los dictadores de la región se reúnen en La Habana y Díaz Canel se auto flagela en la Asamblea Nacional… en las calles de Cuba el panorama político está cambiando… y los jóvenes son los protagonistas”, escribió en uno de sus ataques digitales.
En otra arremetida, amparado por la protección que dan las redes, que todo lo admiten, escribió un texto, acompañado de la fotografía de Luis Arce y el presidente cubano Miguel Díaz-Canel dándose un apretón de manos: “Vengan, vengan. A la feria de los tontos. Ya comienza el circo pronto. Tenemos domadores, marionetas, magos y caretas…feria de dictadores en La Habana”.
También se conoce de su relación con la ex Gobernación de Fernando Camacho y el movimiento cívico de Rómulo Calvo, además de su participación en los 36 días de paro que buscaba la desestabilización de la democracia. La Dirección General de Migración inició un proceso y determinó la “salida obligatoria temporal” por tres años del citado atolondrado tuitero, quien se encontraba radicado, justamente, en Santa Cruz. La medida es benevolente al ser enmarcada en una temporalidad determinada.
La resolución publicada en las redes por el expulsado, establece que “infringió la normativa boliviana, alterando el orden público mediante redes sociales”.
Su perfil, es el típico de un provocador tarifado, que se auto titula de “influencer”, cuando en realidad se muestra como “Ciudadano de un país//Human Rights Activist”, sin ningún otro dato sobre sus actividades. También fija en su perfil el link de un blog, con poca actividad. Se dedica en exclusiva a la provocación pagada como medio de vida.
Su pasado reciente como “opositor” también es débil. Después de seguir desde la distancia de su asiento boliviano, al correcaminos Yunior García, quien abandonó a sus prosélitos el mismo 15 de noviembre de 2021, cuando juró ante Dios, que se inmolaría en las calles habaneras al frente de Archipiélago, un supuesto intento de derrocar al Gobierno cubano, García optó por salir rumbo a España, con la promesa de regresar a la Isla, cuando las condiciones “objetivas” y “subjetivas” así lo aconsejasen. Ante ese ejemplo sus seguidores Saily González y el comentado tuitero abandonaron el Archipiélago, que se desvanecía.
En la cumbre del Alba-TCP, participaron además de Luis Arce, sus colegas de Venezuela, Nicaragua, Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y Las Granadinas, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, Granada y Cuba. A todos, de manera irresponsable, los llamó dictadores.
En el último lustro ha vivido de promover todo tipo de protestas contra la Revolución cubana. Participó armado con su tuiter, en el dudoso y cuestionado estallido vandálico del 11 de julio de 2021, y en la también fallida Marcha Cívica por el Cambio del 15 de noviembre del mismo año y hoy “trabaja” a diario tratando de imponer tendencias con etiquetas como #SOSCuba, #CubaConUcrania, #CubaPaLaCalle y un largo etcétera”, reseña el portal elboliviano.net sobre el ciudadano cubano con orden de salida temporal obligatoria.
El ministro de Gobierno boliviano, Eduardo del Castillo, fue consultado sobre la decisión de Migración y la respaldó, porque “cualquier ciudadano extranjero que se asiente en territorio nacional tiene que cumplir la normativa legal vigente”. “La libertad de pensamiento está garantizada, pero no puede interferir en cuestiones políticas de un país”, insistió el titular.
El expulsado, se ha radicado ahora en la República Oriental del Uruguay, para desgracia de los uruguayos dignos y ya promueve enturbiar las relaciones diplomáticas con Cuba, al incitar a manifestarse el 24 de enero, frente a la sede diplomática caribeña, en ocasión de comenzar en Inglaterra un proceso legal contencioso con presencia isleña, práctica cotidiana en cualquier país.
Las credenciales del provocador son claras, fue expulsado a finales de diciembre de 2022 de Bolivia y dos semanas después ya ha recibido un nueva misión e instalado su carpa en Montevideo, para seguir floreciendo su condición subversiva.
Escribió en su convocatoria: “Este martes 24 nos vemos frente a la embajada del régimen en Montevideo”, al parecer participará en persona, aunque no ha trascendido su condición migratoria en ese país, se asume, que no sea para solevantar el orden público ni afectar relaciones del país receptor con otros desde ese territorio.
(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.
Foto de portada: Twitter.