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A América del Sur no le sirvió para nada estar dividida

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Una realidad como un templo: «No nos sirvió para nada estar divididos». Así se evidenció en la recién concluida Cumbre de Jefes de Estado de América del Sur, celebrada en Brasil, a instancias del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, en la cual se hizo un llamado unánime a la unión regional, a pesar de las diferencias políticas, y sirvió de aliento a la necesaria reactivación de la Unasur, tras años de distanciamiento e inacción.

Lula, tras ocupar por tercera ocasión la Presidencia de Brasil, ha dedicado parte de su proyecto político a impulsar la unión sudamericana y a restañar los daños causados por su antecesor, Jair Bolsonaro, y por otros gobernantes de la región.

En momentos como este vale recordar a Simón Bolívar y lo escrito en la Carta de Jamaica, documento dado a conocer el 6 de septiembre de 1815 y en el cual escribió: «Yo deseo más que otro alguno, ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria. Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo».

La vigencia del pensamiento bolivariano y martiano, referida a la lucha por la unidad, podría resumirse en el concepto de que «la unidad lo hace todo y, por lo mismo, debemos conservar este precioso principio».

Por todo ello, guarda más valor cada acción que hoy se haga en favor de esa unidad necesaria, la que muchas veces no ha pasado de ser una aspiración sin una hoja de ruta capaz de llevarse a vías de éxito.

Lula fue enfático cuando aseguró que «una Sudamérica fuerte, segura y políticamente organizada amplía las posibilidades de afirmar, a nivel internacional, una verdadera identidad latinoamericana y caribeña».

La integración regional en América Latina, desde los tiempos de Bolívar hasta nuestros días, ha constituido el elemento fundamental, aún pendiente de concretar, y que mucho tiene que ver con los altibajos políticos en la región.

En la recién finalizada Cumbre de Unasur, el mandatario de Argentina, Alberto Fernández, manifestó que «la unidad regional debe ser una política de Estado en cada uno de los países de América del Sur. Aprendamos de nuestros errores, no nos sirvió de nada estar divididos, y el mundo nos encontró divididos en el peor momento».

Ahora, en estos convulsos tiempos, corresponde a todas las naciones, no solo a las del Sur, sino a las de la América Latina toda y el Caribe, volver a Bolívar y a Martí, a Fidel, a Chávez y a Néstor Kirchner, y retomar el pensamiento integracionista que nos han legado para hacerlo una realidad.

Tomado de Granma: Foto de portada: Getty Images

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