Jujuy, ¿ensayo para una próxima dictadura?
Por Hedelberto López Blanch (*) / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
Muchos se preguntan si la violenta represión desatada por el gobernador Gerardo Morales en la provincia de Jujuy es un ensayo de lo que puede volver a suceder en Argentina si en las venideras elecciones presidenciales vuelven al poder las fuerzas de la derecha.
Elementos de la seguridad la emprendieron violentamente contra miembros de organizaciones sociales, pueblos originarios y docentes que se manifestaban fuera de la Legislatura contra la aprobación de la reforma a la Constitución provincial.
Morales aparece con un negro aval pues en elperíodo 2000-2001, fue nombrado secretario de Desarrollo Social un puesto clave para reacomodar la entonces crisis económica y política que padecía el gobierno de Fernando de la Rúa y que se saldó con 38 muertos y la renuncia del presidente.
Los cambios aprobados en la nueva Constitución que se realizó a espaldas del pueblo, legaliza el saqueo de los recursos naturales como el litio, despoja de sus tierras y de recursos hídricos a los pueblos originarios.
La modificación del artículo 36, sobre el derecho a la propiedad privada deja en mejores condiciones a personas que disputan tierras con comunidades originarias, al incorporarmecanismos y vías rápidas y expeditivas que protegen la propiedad privada y restablezcan cualquier alteración en la posesión, uso y goce de los bienes a favor de su titular.
A la par considerará “grave violación al derecho de propiedad la ocupación no consentida“, y alienta “las condiciones para el desalojo”.
Elimina las elecciones de medio término y establece que “elpartido que obtenga la mayoría de votos en las elecciones para Gobernador obtendrá la mitad más uno de las bancas de la Legislatura”.
En otro de sus artículos “expresa prohibición de cortes totales de calles y cortes de ruta, así como toda otra perturbación al derecho a la libre circulación de los habitantes de laprovincia y sus consecuencias legales“.
Con la misma metodología utilizada en anteriores gobiernos de derecha y en los años de dictadura, la policía disparó gases lacrimógenos y balas de goma contra los manifestantes mientras allanaban viviendas para sacar a posibles sospechosos y cargaban en camionetas a los detenidos para llevarlos al penal de Alto Comedero, en las afueras de San Salvador, capital provincial.
Testigos presenciales desde la cárcel de Alto Comedero, como la precandidata a vicepresidenta del Movimiento Sin Tierra, Vilma Ripoll, contaron que “ver la entrada de los presos al penal es terrible. Siguen llevando personas porque ellos continúan saliendo por la calle a buscar gente como en la dictadura”.
Los habitantes de Jujuy aún mantienen en la memoria aquellos años tortuosos de dictadura cívico-militar que ensangrentaron a toda la nación y dejaron más de 30 000 desaparecidos.
Los principales Centros de Detención Clandestina en Jujuy fueron el conocido como “Guerrero” y la Jefatura de Policía de la Provincia. El primero estuvo situado en la localidad homónima, en las cercanías del ingenio Ledesma, y la jefatura en el centro de la ciudad capital, San Salvador de Jujuy.
Pese a la enorme represión desatada por el gobernador Gerardo Morales, el pueblo jujeño se ha lanzado a las calles a defender sus legítimos derechos para tratar de que no regresen al poder los defensores de las dictaduras cívico-militares.
El presidente de la nación, Alberto Fernández y la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner han condenado enérgicamente las represiones y acusado al gobernador Morales de ser el máximo culpable de los hechos. Lo cierto es que lo ocurrido en estos días en Jujuy es un ensayo de la derecha para tratar de alcanzar el poder en los comicios generales del venidero octubre. Para que eso no ocurra deberá existir una estrecha conexión entre las fuerzas progresistas del peronismo y el pueblo argentino.
(*) Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de “La Emigración cubana en Estados Unidos”, “Historias Secretas de Médicos Cubanos en África” y “Miami, dinero sucio”, entre otros.
Imagen de portada: Adan Iglesias.
