Internacionales

Los cubanos de Miami, aprenden rápido del sistema (I)

Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

Los emigrados cubanos llegados a Miami, aprenden rápido del sistema y de las “bondades” del llamado sueño americano, con ingenio y creatividad se han insertado en los fraudes más socorridos, como los del Medicare y más reciente el del llamado Parol Humanitario de los inmigrantes isleños. Han revolucionado los métodos de defraudar al omnipotente Tío Sam.

Los casos de engañar, de esta manera, a las autoridades estadounidenses se acumulan desde hace años, en la mayoría están involucrados los pillos de origen cubano, que se han adueñado de los fraudes al Medicare, han dejado pálidos a los truhanes locales. Cada descubrimiento de lo actuado deja lecturas para prevenir nuevos intentos. Pero de repente la innovación de cómo volverlo a hacer, sorprende a los más capacitados y experimentados funcionarios encargados de velar por la higiene del sistema.

¿Cómo lo hacen, es la pregunta recurrente? Cuando se piensa que todo ha sido probado, intentado y descubierto, aparece un nuevo método y detrás los omnipresentes emigrados cubanos, quienes se han especializado en quebrar las medidas cada vez “más seguras” de protección del programa. Los delitos son más sofisticados, los ejecutan y después existe un entramado denso del crimen organizado, que lava lo defraudado, invisibilidad a los ejecutores, quienes se esfuman sin apenas dejas huellas y las sumas, casi todas multimillonarias, desaparecen en redes de bancos, inmobiliarias, empresas off shore en todo el mundo, que regresan los capitales lustrosos, libres de toda traza turbia e ilegal. 

Un caso que ilustra a los habilidosos delincuentes cubanos, aprendices expeditos del sueño americano, sin experiencia anterior en su país de origen, es el de los rápidos hermanos Benítez, quienes se convirtieron en maestros del fraude al Medicare, según los fiscales.

Invirtieron los millones, que estafaron al mencionado programa de asistencia, en mansiones estilo mediterráneo, apartamentos, hoteles, helicópteros, embarcaciones e incluso un parque acuático en la zona turística de Bávaro, República Dominicana, muestran documentos judiciales.

Después que fueron encausados bajo cargos de fraude, Carlos, José y Luis Benítez usaron sus pasaportes cubanos para viajar de Miami a República Dominicana.

Los tres están acusados de estafar al Medicare con la facturación de tratamientos de sueros contra el sida en su docena de clínicas en Miami-Dade. El programa pagó a sus empresas casi $84 millones entre el 2001 y el 2004, según las autoridades federales y documentos de la corte.

Los Benítez –quienes llegaron a Estados Unidos en 1995 y se hicieron ciudadanos cinco años después—no son los únicos profesionales de este delito, tienen mucha compañía. Están entre 56 fugitivos acusados de facturar fraudulentamente al menos $272 millones al Medicare antes de desaparecer. En conjunto, los fugitivos se llevaron por lo menos $142 millones en dinero de los contribuyentes, encontraron fisuras en el sistema y las utilizaron con creatividad.

Treinta y tres de los 36 fugitivos, sino es un record a considerar, es sin dudas un resultado destacado, que dice de la inventiva criminal de los emigrados en ese hábitat propicio y facilitador. Sus nombres han revelado que son inmigrantes cubanos y en su mayoría llegaron a Estados Unidos en los últimos 15 años, según documentos del FBI, Inmigración y de los tribunales. La mayoría de los aproximadamente 700 acusados de fraude al Medicare encausados desde el 2004 son inmigrantes que comparten una confianza implícita cuando se incorporan a pequeñas operaciones ilegales en el sur de la Florida para estafar al seguro federal de salud, según los propios acusados, fiscales e investigadores.

Según la agencia de preservar la ley y el orden en Miami, el fraude al Medicare ha crecido mucho en los últimos 10 años en ciertos bolsones de Condado Miami-Dade, donde viven 750,000 inmigrantes cubanos, como ha ocurrido en otras comunidades de esos inmigrantes en otras grandes ciudades.

Muchos ven al programa como una presa fácil para el fraude, porque se basa en un sistema de confianza, que paga rápido sus cuentas sin revisarlas mucho. Además, las probabilidades de que los sorprendan son pocas y las de hacer millones muchas. Un método en segmentos de la población de inmigrantes cubanos en Miami y Hialeah, es crear operaciones ilegales entre ellos mismos.

Están los proveedores inescrupulosos y los médicos que se prestan para delinquir, según la experiencia acumulada, esa es  la sensación existente al describir la situación del fraude al Medicare en Miami-Dade, No se piensa estar  cometiendo un delito, se ha hecho cotidiano estafar, falsear datos, inventar tratamientos, recetas falsas, pacientes falsos, toda una gama de vías y alternativas.

Otro caso de truhan precoz, es el de Eduardo Moreno, quien llegó a Estados Unidos en 1997. Este delincuente, entonces de 39 años, usó una red de oficinas para operar equipos médicos y transfusiones ficticias contra el VIH en Miami-Dade y estafar al Medicare por la cantidad de $7.2 millones con facturas falsas, según documentos judiciales. Se compró una casa $445,000 en el suroeste de Miami-Dade y un Rolls-Royce Phantom de $200,000. Cuando el FBI lo arrestó por cargos de fraude, pagó una fianza de $250,000. Moreno es uno de por lo menos 18 fugitivos identificados que se sospecha han escapado a países de América Latina, Europa, Canadá, Florida o destinos desconocidos, según información del FBI. Además, hay 20 fugitivos no identificados cuyos nombres no se darán a conocer hasta que los arresten.

En torno a este tipo de delito, se ha politizado, algunas autoridades estadounidenses del FBI, de manera falaz e incapaces de hacer su oficio han simplificado: “Una buena parte son cubanos y regresan a Cuba porque no hay una política de extradición y no tenemos manera de echarles mano ahora”. Omite de manera deliberada, que entre ambos países está vigente un acuerdo de cumplimiento de la ley, firmado después de restablecidas las relaciones bilaterales en diciembre de 2014. Entre los doce acuerdos firmados entre ambos países desde esa fecha, aparece una nota del Departamento de Estado, con fecha de 19 de enero de 2023, que divulga los resultados de las conversaciones estadounidenses-cubanas, para el cumplimiento de la ley. Consecuencia de las conversaciones llevadas a cabo en La Habana, entre los días 18 y 19 de enero del presente año. Precisa el informe, que autoridades de ambos países, sostuvieron Diálogos sobre el Cumplimiento de la Ley entre el 2015 y 2018, entre los temas tratados estuvieron terrorismo, tráfico ilícito de migrantes, fraude migratorio entre otros.

El 10 de julio de 2018, tuvo lugar en Washington, la cuarta reunión de las autoridades de los órganos de aplicación de la ley de Cuba y Estados Unidos, que fue continuación de la efectuada en la misma ciudad el 15 de septiembre de 2017. Es evidente, que existen los mecanismos bilaterales apropiados para encauzar cualquier reclamación sobre lo sindicada presencia temporal de defraudadores del Medicare en la Isla.

La voluntad política de sucesivas administraciones estadounidenses, empeñadas en derrocar el sistema político de un país, libre, soberano e independiente a noventa millas de sus costas, hace que la toma de decisiones ejecutivas tome en consideración esas aspiraciones para dictar sentencia judicial y migratoria. El caso del terrorista confeso de origen cubano Ramón Saúl Sánchez Rizo, es de estudio. Conocido por la larga lista de actos de terror cometidos desde hace más tres décadas, las investigaciones de varias agencias estadounidenses encargadas de hacer velar la ley, coincidieron en su peligrosidad, todo lo cual hizo que se declarara su orden de deportación a Cuba, por sobradas razones, sin embargo el 27 de junio de 2023, una corte reconoció su derecho al retiro laboral y la asignación de Medicare, lo cual obstaculiza la aplicación de la sentencia de deportación.

El 11 de septiembre de 1974 en la ciudad de Newark, New Jersey, un grupo de terroristas de origen cubano crean, inspirada en el golpe fascista chileno, la organización Omega-7, que comenzó de inmediato a emplear al terrorismo como método para alcanzar sus propósitos políticos. Sus integrantes procedían de grupos violentos como el llamado Movimiento Insurreccional Martiano, MIM; el Movimiento Insurreccional de Recuperación Revolucionaria, MIRR y el Movimiento Nacionalista Cubano, MNC. Omega-7, ha sido considerado como el brazo armado del MNC, pero en realidad actuó de forma independiente, aunque con nexos cercanos a las organizaciones mencionadas y con otras radicadas en Miami, que le proporcionaron asesoría, armas y explosivos. El citado Sánchez Rizo, conocido por Ramoncito Sánchez, fue uno de los entrenadores de Omega-7, según documentos secretos estadounidenses desclasificados de varias agencias encargadas de la ley y el orden.

Una bomba fue preparada por el terrorista Saúl Sánchez Rizo y Lino González, Esta descripción aparece en el documento del FBI No. 11217-11221 del 6 de octubre de 1982, redactado por el detective Robert Brandt y el agente especial Larry E. Wack y obra en el expediente NY 185-1009.

Era de alto poder explosivo preparada para ser detonada por medio de un sistema complejo de control remoto, después de ser colocada en el auto en que se movilizaría el Presidente cubano Fidel Castro Ruz, durante su visita a la sede de la ONU en Nueva York. Los conjurados fracasaron en el intento por la protección dada al visitante. La bomba fue la misma, que se utilizó después, para intentar asesinar al Embajador cubano ante la ONU en marzo de 1980.

Según el jefe de Omega-7, el criminal Eduardo Arocena, el beneficiado de Medicare, Sánchez Rizo, es un “hombre muy peligroso”, tenía entonces en su poder varias bombas para ser detonadas por control remoto.El fraude al Medicare, delito privilegiado por los emigrados cubanos en Estados Unidos, tiene  ramificaciones no estudiadas.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto de portada: iStockphoto / Getty Images.

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