La industria cubana se recupera, y avanza en su transformación gradual
Por Leidys María Labrador Herrera.
Las rendiciones de cuenta ante la Asamblea Nacional del Poder Popular (anpp) constituyen no solo una muestra del control que ejerce ese órgano sobre las estructuras del Estado, sino también un modo de dar cuenta al pueblo, toda vez que cada diputado representa a miles de cubanos y cubanas.
Por eso tienen que ser un ejercicio profundo, transparente, basado en el análisis certero y atinado de realidades objetivas, resultados tangibles y deficiencias.
De ese modo lo asume el Ministerio de Industrias (Mindus), que en el próximo mes de diciembre comparecerá ante el máximo órgano de poder del Estado y, por ende, desarrolla disímiles acciones que permiten asegurar la calidad del ejercicio. Se mira desde dentro, con los ojos de diputados, directivos del sector, trabajadores y del pueblo en general.
Al camino que sigue el Mindus para llegar a esa sesión final del año se acercó Granma, desde el diálogo con el viceministro Ernesto Cedeño Rodríguez, quien asume la tarea de conducir el proceso en las provincias desde Camagüey hasta Guantánamo.
–¿Qué implica para el Mindus rendir cuenta ante la anpp en el contexto cubano actual?
–Vemos esta rendición de cuenta como una oportunidad única, no solo para mostrar lo que estamos haciendo y hemos hecho, sino para retroalimentarnos de lo que piensa la gente acerca de nuestras producciones, de lo que conocen sobre nuestras industrias, de aquellos aspectos en los que podemos mejorar.
«A partir de la organización que hizo la Asamblea Nacional con los diputados que van a participar directamente en el proceso, también los viceministros estamos haciendo un recorrido por todo el país, para intercambiar con los de cada territorio, acompañarlos y lograr también que cada una de nuestras industrias se sienta involucrada y se prepare.
«No se trata de la preparación para dar una imagen que no es real. La idea es mostrar con total transparencia el modo en el que trabajamos, lo que hacemos cada día en función de dar respuesta a las necesidades del país, de los sectores de la economía, del pueblo. La manera en que saltamos barreras constantemente, ya sea por el bloqueo o por otras razones objetivas y subjetivas y, lógicamente, todo aquello a lo que tenemos que dirigir mayores esfuerzos».
– ¿Cree que eso se comprende a todos los niveles?
–Sabemos que no en todos los lugares estas premisas funcionan igual. Tenemos algunas empresas más comprometidas que otras, con más cultura industrial; pero en sentido general podemos afirmar que hay mucho compromiso, a pesar de los salarios bajos y la carencia de materias primas, que son de los aspectos que más afectan a nuestros trabajadores. Existe una voluntad de avanzar y de cumplir cada día nuestros compromisos fundamentales.
–Llega el Mindus a este ejercicio tras la aplicación en el país de dos herramientas que han implicado reestructurar y reordenar la manera en la que concebimos a la empresa estatal socialista. Me refiero al Decreto Ley 34 de 2021, y a las 43 medidas aprobadas para el fortalecimiento de las empresas. ¿Cómo han impactado al interior de las entidades del Ministerio?
–Yo creo que en ambos casos nuestras empresas se han apropiado de estas herramientas, y lo hemos apreciado en los recorridos. Los empresarios han logrado discernir cómo llevar la implementación de esas medidas en correspondencia con sus particularidades, y eso tiene ya un impacto en los resultados.
«Desde el Ministerio, como filosofía, hemos enfocado el sistema de trabajo en la consolidación del papel de la industria en la estrategia económico social, y en ese sentido una línea fundamental se trata de autofinanciarnos cada vez más. Estas medidas tributan a ese fin.
«Queremos solicitar, paulatinamente, menos financiamiento de la caja central para nuestras producciones. Dar respuesta a los objetivos estratégicos, a los encargos sociales que tenemos, de una manera lo más autónoma posible.
«En la medida en que hemos llevado esa fórmula a las unidades empresariales de base en los territorios, se ha visto un resultado diferente, y también un mayor impacto en el ámbito local de estructuras que muchas veces son nacionales. Apostamos por una mayor contribución territorial de esas empresas; que no es únicamente económica, sino también social, en el trabajo con los barrios, en el aporte a sectores estratégicos y priorizados; aunque es un punto en el que nos sentimos insatisfechos, porque sabemos que podemos hacer todavía mucho más.
«Sumemos a esto la implementación del Decreto Ley 87, que va moviendo los resultados en materia de salarios, una de las causas de la fluctuación laboral que enfrentamos».
–Precisamente, en la búsqueda de financiamiento y estabilidad económica de las empresas, han aplicado importantes estrategias. Le pido referirse a dos que han sido recurrentes en los intercambios de estos días: mercado cambiario y esquema cerrado.
–El tema del mercado cambiario ha sido muy beneficioso para la industria. Hemos presentado ya 35 esquemas de esta índole, que no es más que obtener divisas al cambio de uno por 120, con esa divisa comprar materias primas y ponerlas en función de hacer ventas al pueblo en moneda nacional. Hemos logrado también incluir en el mercado minorista tiendas de las propias industrias.
«Eso nos permite no solo satisfacer ciertas demandas de la población, sino que nos retroalimenta para una mejor atención al cliente final. Un ejemplo significativo es la tienda del mueble, porque tenemos diseñadores allí, y usted puede comprar el mueble que existe en la vitrina, pero también puede pedir un mueble más personalizado, acorde con sus necesidades.
«De este modo llegamos a las personas con productos directos de la industria, eliminamos intermediarios. Es verdad que esos precios obviamente son muy superiores al cambio de 1 por 24, pero nunca llegan a los que se mueven tanto en el sector privado, como en el mercado informal.
«En el caso de los esquemas cerrados están relacionados directamente con la exportación, y tienen impacto en varios sentidos. Consisten, básicamente, en que usted, a partir de los ingresos de la exportación, tribute al Estado, pero se quede con una parte para reaprovisionarse de materias primas, comprar piezas de repuesto, atender a los trabajadores e, incluso, asumir el financiamiento de ciertas producciones.
«Ese sistema también estimula las exportaciones, porque una vez que la empresa empieza a obtener beneficios tangibles, queda demostrado el impacto de exportar. Hemos presentado seis esquemas cerrados a la dirección del país. Dos de ellos ya están aprobados, es el caso del esquema del acero, y tenemos uno del grupo de reciclaje, que también tiene niveles de exportación».
–Usted ha insistido en estos días en que, a pesar de que todavía existe obsolescencia tecnológica, es injusto decir que la industria cubana es obsoleta. ¿Qué argumentos respaldan esa afirmación?
–A pesar de las dificultades, hemos logrado mantener procesos inversionistas en las industrias, que en los últimos tres años ascienden a más de 200 000 dólares. Se han impactado producciones estratégicas como envases y embalajes, las fundiciones para la fabricación de piezas de repuesto, la siderúrgica. Hicimos la planta de cloro con tecnología avanzada en Sagua la Grande, por solo citar algunos ejemplos.
«Hasta 2030 tenemos muy bien definidas las prioridades para cada una de nuestras industrias, y dentro de esas prioridades hay inversiones programadas. Tenemos ahora mismo en desarrollo una fábrica de vidrio en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, con el objetivo de cubrir entre el 70 y el 80 % de la demanda de envases de vidrio del país. Se ha invertido en los productos de aseo. Ya hoy las brechas de consumo de detergente están prácticamente cerradas con la capacidad instalada que tenemos. Seguimos con la modernización de Antillana de Acero, también se han hecho grandes inversiones en la Poligrafía y una planta de oxígeno en la región oriental.
«Todas las inversiones que hacemos llevan tecnología de punta y eso impacta en la calidad, en la estabilidad de las producciones, en la eficiencia industrial. Tomamos en consideración los niveles de automatización, la planificación del mantenimiento para la sostenibilidad y evaluamos, por su importancia, que no sea una tecnología con demasiados componentes que puedan verse afectados por las regulaciones del bloqueo».
–La industria cubana no está exenta de problemáticas que afectan también a otros sectores de la economía y la producción. No obstante, es posible observar que existen metas claras, objetivos bien definidos y estrategias puntuales para hacerles frente.
–Ratificamos que la industria se ha ido recuperando, y la visión de nuestra política, de nuestra estrategia de desarrollo, es transformar la industria de forma gradual, con el fin de satisfacer las demandas de sectores estratégicos.
«Tenemos que hacerlo con innovación, con personal calificado, capacitando a nuestra fuerza, a nuestros cuadros y directivos. Debemos estrechar cada día más los vínculos con las universidades e impulsar proyectos que impacten al interior de la industria y fuera de ella.
«Sabemos que aún existen potencialidades por explotar que pudieran quitarle mucha carga al país sustituyendo importaciones, y esa es una prioridad. Pero tenemos, sobre todo, una industria con claridad del camino para seguir, y con mucha fuerza, voluntad y deseos de trabajar por y para Cuba».
Tomado de Granma/ Foto de portada: Ricardo López Hevia.