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EEUU utiliza más de 20 intermediarios para enmascarar sus programas biológicos

Washington emplea a más de una veintena de organizaciones no lucrativas para ocultar la clientela y los objetivos de sus proyectos biológicas militares, declaró el jefe de Protección Radioactiva, Química y Biológica de las FFAA rusas, Ígor Kirílov. El Oriente Medio, el Sudeste Asiático, África y Ucrania son las zonas prioritarias.

“Para encubrir a los clientes y los objetivos de la investigación en curso, Estados Unidos contrata a intermediarios. Se trata de subcontratistas y organizaciones intermediarias (Metabiota, CH2M Hill, EcoHealth Alliance)”, detalló Kirílov.
 
De acuerdo con el teniente general ruso, “solo en un año se gastaron sumas suficientes para financiar la participación de al menos 80 contratistas”, y los documentos de que dispone la parte rusa confirman “las actividades de contratistas clave del Pentágono en el continente africano: en la República Democrática del Congo, Sierra Leona, Camerún, Uganda y Sudáfrica”.

Conforme con el Ministerio de Defensa ruso, entre los representantes de agencias gubernamentales y empresas privadas de Estados Unidos y Ucrania implicadas en la realización de investigaciones de doble uso, figuran:
 
-Thomas Wohl, el vicepresidente y representante oficial de la empresa de ingeniería Black & Veatch en Ucrania, quien supervisó la implantación del sistema electrónico PAX para la gestión y control de agentes y materiales biológicos.
 
-Kevin Olival, el vicepresidente de Investigación de Eco-Health Alliance, quien participó directamente en la ejecución de proyectos del Departamento de Defensa estadounidense sobre enfermedades zoonóticas transmitidas por murciélagos.
 
-Mijaíl Usati, el jefe Adjunto del Departamento Sanitario y Epidemiológico de las FFAA ucranianas, quien supervisa desde 2018 la organización del trabajo en el marco de los proyectos DITRA en Ucrania.
 
-Tetiana Kiriázova, la directora Ejecutiva del Instituto Ucraniano de Políticas de Salud Pública. Supervisó la investigación conjunta de patógenos con EEUU sobre la base del Instituto Ucraniano de Investigación Antipestosa Mechnikov en Odesa.

Por lo tanto, señala Kirílov, “hay muchas preguntas sobre las actividades biológico-militares de Estados Unidos en Ucrania y son cada vez más numerosas”. Y desde que la parte rusa convocara a una reunión consultiva sobre el artículo 5 de la Convención sobre Armas Biológicas (CABT), “no han recibido ninguna respuesta que pueda resolver la situación”.

El artículo 5 de la CABT estipula que los Estados Partes “se comprometen a consultarse y a cooperar entre sí en la solución de los problemas que surjan en relación con el objetivo de la Convención o en la aplicación de sus disposiciones”.

Los detalles de la investigación biológica militar estadounidense revelados anteriormente por el Ministerio de Defensa ruso, a palabras de Kirílov, fueron “ampliamente difundidos en los medios de comunicación extranjeros” y Washington tuvo que iniciar un procedimiento de investigación.

Se trata de la empresa Prestige Biotech, entre otras, que con fines no declarados adquirió más de 20 microorganismos patógenos, material de laboratorio y animales e instaló el laboratorio biológico clandestino en la ciudad de Ridley, California, según la Defensa rusa.

Además, la publicidad que rodeo a tales revelaciones hizo que EEUU trasladara sus investigaciones biológicas desde Europa al continente africano, prosiguió el general ruso.

“Me gustaría señalar que los esfuerzos rusos por dar publicidad a las actividades biológicas militares ilegales de EEUU obligaron a Washington a retirar la investigación de doble uso a los países de África”, puntualizó.

Al mismo tiempo, Ígor Kirílov indicó que el Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas del Ejército de Estados Unidos tiene muestras vivas del virus del Ébola “contrabandeadas” desde África.

Una creciente actividad de EEUU para desarrollar la red de laboratorios por todo el mundo, combinada con la negación de colaborar con Rusia en el marco de la CABT, evidencia las intenciones “ofensivas” de Washington, en opinión del jefe de Protección Radioactiva de las FFAA rusas.

“Al negarse a trabajar en el protocolo de verificación de la CABT, Estados Unidos está creando estructuras administrativas y técnicas que pueden estar implicadas en la investigación de doble uso, incluso con fines ofensivos”, concluyó.

Rusia reiteraba en repetidas ocasiones que Estados Unidos, bajo el pretexto de desarrollar los sistemas de seguridad en laboratorios, ha estado desarrollando armas biológicas en territorio ucraniano, donde algunos de los rastros fueron parcialmente destruidos el día que se inició la operación militar especial rusa, es decir, el 24 de febrero de 2022.

Tomado de Sputnik / Foto de portada: AFP.

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