Internacionales

Latinoamérica pone sus ojos en Argentina

Por Hedelberto López Blanch* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

Cuando faltan solo dos días para las elecciones generales en Argentina, no solo ese pueblo sino toda América Latina está en vilo por lo que pueda ocurrir en una de las naciones más importantes del hemisferio.

Fuerzas de ultraderecha impulsadas por el retrógrado Javier Milei del Partido Libertad Avanza, quiere hacerse del poder y este candidato con tono intempestivo, gestos agresivos y ojos inyectados de sangre grita los mayores improperios contra cualquier adversario y augura que sus relaciones internacionales se basarán en Estados Unidos e Israel.

Querrá Argentina a un presidente que propone dolarizar el país y diga ofensas y exabruptos como los ha recopilado el columnista del diario Perfil, Gustavo González: “hijo de perra”, “sorete”, “pedazo de mierda”, “gusano arrastrado”, “te aplasto”, “pelado asqueroso”, “enano diabólico”, “pelotudo (idiota)”, “torre de estiércol”, “inútil”, “mentiroso”, “parásito de mierda”, “parásito chupasangre”, “tontito”, “bobito”, “estúpido”, “burro”, “lacra”, “rata”.

Otra aspirante es la derechista de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, discípula de Mauricio Macri, responsable de llevar al país a la situación actual de endeudamiento, pobreza y mayores privatizaciones cuando adquirió una deuda con el Fondo Monetario Internacional de más de 45 000 millones de dólares.

Bullrich ha indicado que impulsará las privatizaciones de las empresas públicas que aun existen, se alineará o mejor dicho, obedecerá todas las órdenes emanadas desde Washington y sacará a la Argentina de la alianza con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) porque es una “organización política”.

Entre sus planes está el de reducir el déficit fiscal con el “cierre de algunas empresas, otras para reorganizar y otras para privatizar”.

El otro aspirante con bastantes posibilidades es el oficialista del Frente por la Patria, Sergio Massa, que ha planteado incrementar las exportaciones y el equilibrio fiscal en la búsqueda de los superávit gemelos, como los que se registraron en el gobierno de Néstor Kirchner. Según predijo, tratará de que los ajustes financieros no afecten a la mayoritaria población.

Argentina enfrenta graves problemas como son una tasa de inflación que ronda los tres dígitos y el dólar informal se cotiza a uno por mil pesos. Existen pocas reservas disponibles en el Banco Central que exigen control cambiario, a lo que se une un insuficiente ingreso salarial para trabajadores y jubilados.

Toda esa situación conspira para que Massa se pueda imponer en la primera vuelta de las elecciones previstas para este 22 de octubre y si obtiene los votos necesarios iría a un balotaje entre uno de los otros dos aspirantes con posibilidades, Miles o Bullrich programado para el 19 de noviembre.

Cierto que hubo por parte del Gobierno desatinos y algunos asuntos olvidados a favor de las mayorías pero nada puede ser comparado con anteriores regímenes de derecha.

Cuando Alberto Fernández y Cristina Fernández llegaron al poder el 10 de diciembre de 2019, les esperaba la enorme tarea de remontar la crisis económico-social dejada al país por la derecha, debido a la aplicación de políticas neoliberales dirigidas desde Estados Unidos y aplicadas con la anuencia del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Muchas de las gestiones del gobierno de Fernández en este período fueron encaminadas a discusiones con el Fondo para atenuar esos adeudos aunque debió pagar una buena parte.

Argentina, además de asfixiantes políticas neoliberales ha sufrido durante pasadas décadas, violentas dictaduras cívico-militares. Esperemos que esos lamentables sucesos auspiciados por las fuerzas de derecha no vuelvan a repetirse.

Hedelberto López Blanch

Cuando faltan solo dos días para las elecciones generales en Argentina, no solo ese pueblo sino toda América Latina está en vilo por lo que pueda ocurrir en una de las naciones más importantes del hemisferio.

Fuerzas de ultraderecha impulsadas por el retrógrado Javier Milei del Partido Libertad Avanza, quiere hacerse del poder y este candidato con tono intempestivo, gestos agresivos y ojos inyectados de sangre grita los mayores improperios contra cualquier adversario y augura que sus relaciones internacionales se basarán en Estados Unidos e Israel.

Querrá Argentina a un presidente que propone dolarizar el país y diga ofensas y exabruptos como los ha recopilado el columnista del diario Perfil, Gustavo González: “hijo de perra”, “sorete”, “pedazo de mierda”, “gusano arrastrado”, “te aplasto”, “pelado asqueroso”, “enano diabólico”, “pelotudo (idiota)”, “torre de estiércol”, “inútil”, “mentiroso”, “parásito de mierda”, “parásito chupasangre”, “tontito”, “bobito”, “estúpido”, “burro”, “lacra”, “rata”.

Otra aspirante es la derechista de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, discípula de Mauricio Macri, responsable de llevar al país a la situación actual de endeudamiento, pobreza y mayores privatizaciones cuando adquirió una deuda con el Fondo Monetario Internacional de más de 45 000 millones de dólares.

Bullrich ha indicado que impulsará las privatizaciones de las empresas públicas que aun existen, se alineará o mejor dicho, obedecerá todas las órdenes emanadas desde Washington y sacará a la Argentina de la alianza con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) porque es una “organización política”.

Entre sus planes está el de reducir el déficit fiscal con el “cierre de algunas empresas, otras para reorganizar y otras para privatizar”.

El otro aspirante con bastantes posibilidades es el oficialista del Frente por la Patria, Sergio Massa, que ha planteado incrementar las exportaciones y el equilibrio fiscal en la búsqueda de los superávit gemelos, como los que se registraron en el gobierno de Néstor Kirchner. Según predijo, tratará de que los ajustes financieros no afecten a la mayoritaria población.

Argentina enfrenta graves problemas como son una tasa de inflación que ronda los tres dígitos y el dólar informal se cotiza a uno por mil pesos. Existen pocas reservas disponibles en el Banco Central que exigen control cambiario, a lo que se une un insuficiente ingreso salarial para trabajadores y jubilados.

Toda esa situación conspira para que Massa se pueda imponer en la primera vuelta de las elecciones previstas para este 22 de octubre y si obtiene los votos necesarios iría a un balotaje entre uno de los otros dos aspirantes con posibilidades, Miles o Bullrich programado para el 19 de noviembre.

Cierto que hubo por parte del Gobierno desatinos y algunos asuntos olvidados a favor de las mayorías pero nada puede ser comparado con anteriores regímenes de derecha.

Cuando Alberto Fernández y Cristina Fernández llegaron al poder el 10 de diciembre de 2019, les esperaba la enorme tarea de remontar la crisis económico-social dejada al país por la derecha, debido a la aplicación de políticas neoliberales dirigidas desde Estados Unidos y aplicadas con la anuencia del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Muchas de las gestiones del gobierno de Fernández en este período fueron encaminadas a discusiones con el Fondo para atenuar esos adeudos aunque debió pagar una buena parte.

Argentina, además de asfixiantes políticas neoliberales ha sufrido durante pasadas décadas, violentas dictaduras cívico-militares. Esperemos que esos lamentables sucesos auspiciados por las fuerzas de derecha no vuelvan a repetirse.

(*)  Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de “La Emigración cubana en Estados Unidos”, “Historias Secretas de Médicos Cubanos en África” y “Miami, dinero sucio”, entre otros.

Ilustración de portada: Adán Iglesias Toledo.

 

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