Argentina: Juan Grabois y la resistencia ya a la barbarie

Por Mario Della Rocca (*)

Quién habla con pasión y firmeza en el video que se expone en el presente es Juan Grabois, dirigente social, referente de los trabajadores informales argentinos, heredero generacional de las luchas que en las calles enfrentaron la crisis orgánica del país en ese negro final del año 2001. Es Juan hablando en la calle con compañeros de pueblo apenas se conocieron los resultados favorables al ultraderechista Javier Milei como futuro presidente de los argentinos, representante de la barbarie que amenaza a la nación. Ya se colocaba el poncho, tomaba el facón y montaba el caballo cuan gaucho criollo, diseñando seguramente la resistencia en las calles frente al nazi-fascismo y partiendo rumbo al diálogo con organismos internacionales, a fin de alertar sobre la gran represión que puede llegar prontamente en Argentina sobre los trabajadores y el pueblo, en especial el más oprimido y pobre.

Es Juan quién compitió con el futuro candidato a presidente y actual Ministro de Economía Sergio Massa en las elecciones primarias de la coalición Unión por la Patria cosechando aproximadamente el 22% de los votos internos y el 5.76% a nivel nacional (expresivos de más de 715.000 argentinos).

Muchos somos los que lo apoyamos desde hace tiempo y votamos a Juan como uno de los referentes sociales y políticos más firmes y claros en la defensa del legado del ex presidente Néstor Kirchner y acompañando a la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, defendiéndola de la persecución política y judicial.1 Otros, como en variadas ocasiones en la Argentina democrática, “soñando” siempre con “victorias” electorales oportunistas (en realidad porque viven del electoralismo y de la función pública sin proyecto alguno de transformación nacional y social), vuelven a ser derrotados proponiendo opciones de centro y centro derecha, vinculadas estrechamente al imperio norteamericano y responsables del desastre en que se encuentra el país. Muchos de ellos que fueron hace tiempo de los primeros en pretender, y en parte conseguir, enterrar al proyecto kirchnerista y eliminar de la escena política a CFK.2 En definitiva, enterrar el sueño argentino y de la Patria Grande que NK encarnó desde el año 2003, cuando afirmaba que iba a “gobernar para las nuevas generaciones y no sólo para las próximas elecciones”. El del pueblo en las calles festejando el bicentenario de la Patria, hoy convertida en una semi colonia y amenazada por la barbarie nazi-fascista, el de CFK cómo líder indiscutible de millones de argentinos.

Juan ya enfundó con lo que tiene, poco de artillería pero con muchos militantes populares, los “de abajo” que como él tienen coraje, cabeza y corazón para defender la Patria, el bienestar social, los derechos humanos y el patrimonio público. Los que tienen las “armas” para supuestamente enfrentar a Milei son la casta política (como claramente la llamó Juan, aunque coincidiera en el término pero no en el sentido con Milei) y algunos, como ya ocurrió luego de la victoria del ultraderechista en elecciones primarias, han comenzado a dialogar con él para obtener un cargo político o al menos guarecerse en sus sitios institucionalistas que controlan como auténticas sociedades anónimas engendradas desde el campo de la democracia política liberal y “representativa”. Lamebotas del poder de turno -como decía el gran Fidel Castro-, sea nacional o extranjero.

Juan y parte del pueblo argentino ya partieron a la lucha. Los tiempos siempre en la acción política son importantes y muchas veces determinantes. Se espera y confía en que otros dirigentes lo acompañen o lideren la resistencia, con señales como las que dio el electo Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Axel Kicillof y otros dirigentes kirchneristas. No sólo desde sus sillones, sino en las calles, que también es escenario de combate político siempre. Enfrente está la peor lacra humana que ha parido la Argentina que reivindica el terrorismo de Estado y el genocidio sobre 30.000 desaparecidos.

(*) Mario Della Rocca es historiador, escritor y periodista argentino. Autor de los libros “Gramsci en la Argentina. Los desafíos del kirchnerismo”, “La Cámpora sin obsecuencias. Una mirada kirchnerista” y “Macri & Durán Barba. Globos, negocios, círculo rojo y guerras sucias” y co-autor de “América Latina en los ’90: Gramsci y la Teología de la Liberación” y colaborador de diversas publicaciones y medios de comunicación en el continente.