Cumbre de Líderes del Grupo de los 77 y China en la COP28: Una invitación a reflexionar juntos para concertar acciones
Por Alina Perera Robbio / René Tamayo.
Siempre desvelada por los destinos de la especie humana y de la vida toda sobre esa nave global que llamamos Tierra, Cuba –en su condición de presidente pro témpore del Grupo de los 77 y China– convocó a una Cumbre de Líderes de ese mecanismo de concertación, en el contexto de la COP28.
En un encuentro histórico para los destinos de los países del Sur, el presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, tuvo a su cargo el discurso de apertura, el cual fue pronunciado, este sábado en la mañana (hora local), en uno de los recintos del Centro de Exposiciones de la ciudad emiratí.
Al abrir la Cumbre de Líderes en el contexto de la 28 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático –que sesionará en la ciudad de Dubái del 30 de noviembre al 12 de diciembre–, el dignatario expresó:
“Mis primeras palabras son de apoyo y solidaridad con Palestina y su heroico pueblo, que resiste. Pedimos el cese de la violencia y el genocidio en Gaza. Basta de impunidad a Israel, la potencia ocupante. Reitero aquí, ante ustedes, que Cuba no estará jamás entre los indiferentes y que siempre apoyaremos los esfuerzos internacionales legítimos para poner fin a semejante barbarie”.
Luego de esas primeras palabras que motivaron aplausos, el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba enunció:
“Agradecemos la presencia de todos en esta Cumbre de nuestras naciones del Sur, y les invitamos a reflexionar juntos, de cara a los importantes procesos de esta COP”. El mandatario hizo hincapié en la necesidad de “concertar acciones”.
Más adelante, el jefe de Estado dijo: “Cuba concede la mayor importancia a este propósito, y lo hacemos desde hace muchos años. En su mensaje como presidente cubano a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en 1992, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, líder histórico de la Revolución cubana, definió muy claramente la relación medio ambiente-desarrollo”.
En ese punto de su intervención, el presidente Díaz-Canel Bermúdez trajo a colación, citada textualmente, una idea de Fidel, quien había reflexionado en 1992: “En el mundo subdesarrollado, son el propio subdesarrollo y la pobreza los factores principales que multiplican hoy la presión que se ejerce sobre el medio natural”.
El líder histórico de la Revolución cubana también dijo aquel día –y así lo rememoró Díaz-Canel: “En el mundo desarrollado, patrones de vida que estimulan el consumo irracional y propician el derroche y la destrucción de recursos no renovables, multiplican a escala sin precedentes y antes inimaginables las afectaciones y tensiones a que se ve sometido el medio físico local y global”.
A propósito de las reflexiones del Comandante en Jefe, dijo en su discurso de apertura, de este sábado, el presidente cubano: “Más de tres décadas después, esa relación doblemente lesiva al medio ambiente se ha profundizado de forma dramática en los dos sentidos. La brecha que separa al Norte irracionalmente opulento y al Sur cada vez más empobrecido, se ensancha con elevados costos humanos, mientras se dilapidan los recursos que la naturaleza pone a nuestra disposición”.
La verdad sobre el peligro actual
“En esta 28 Conferencia, se debe concluir el Primer Balance Global sobre la Implementación del Acuerdo de París. Será en un contexto de crisis multidimensional, en el que las expectativas creadas en torno a la adopción de este histórico Acuerdo, han sido incumplidas”, dijo el presidente Díaz-Canel Bermúdez, para luego alertar:
“La ciencia ha confirmado la necesidad de mayores recortes en las emisiones globales, y el escaso tiempo que resta para evitar que el incremento de la temperatura global exceda los 1.5 grados, e incluso los dos 2 grados Celsius”.
“Paralelamente, persiste la tendencia de los países desarrollados a trasladar a las naciones en desarrollo la carga de sus obligaciones en materia de mitigación, sin renunciar a sus irracionales patrones de producción y consumo. Tampoco contribuyen con los medios de implementación adecuados, conforme a los compromisos contraídos bajo la Convención y sus instrumentos conexos, incumpliendo sistemáticamente con el régimen jurídico internacional sobre cambio climático”.
Sobre lo anterior, el mandatario enunció que “todo esto plantea importantes retos para los procesos de negociación de la Conferencia. La COP 28 todavía puede y debe llevarnos a un Balance Global, realista y aplicable, en correspondencia con las diferentes circunstancias y metas de desarrollo nacionales”.
“Alcanzar sin dilaciones un marco para el objetivo global de adaptación, y resolver el histórico reclamo de operacionalizar el Fondo para pérdidas y daños, podrían ser resultados efectivos de esta Conferencia”.
Hacia el final de sus palabras, el Jefe de Estado expresó a los presentes: “En momentos en los que se habla de una transición justa, las naciones en desarrollo no podemos permitir que el concepto progrese en solitario, sin tener en cuenta los factores que garanticen su consecución, atendiendo a las responsabilidades comunes pero diferenciadas, la equidad y las respectivas capacidades”.
“El elemento central para que ello es que se logre sin que verdaderamente nadie quede atrás, se encuentren la provisión de los medios de implementación adecuados, incluida la financiación, que es hoy probadamente insuficiente”.
“Al Sur -recalcó-, no se le puede obligar a escoger entre desarrollo y la acción climática. Ambos factores se encuentran indisolublemente ligados. Es nuestra responsabilidad hacer valer la voz de nuestros pueblos y defender sus legítimos intereses y aspiraciones”.
“Aspiramos que esta Cumbre de Líderes del Grupo de los 77 y China, sea motor impulsor para ese empeño”, enfatizó el Presidente cubano.
Alinear los compromisos en un mundo que peligra
La equidad y las responsabilidades comunes pero diferenciadas, conforman premisa cardinal para asumir los inmensos retos que presenta, hoy, la situación climática del mundo.
En ese concepto queda claro que todos estamos en el mismo barco, pero no todos somos igualmente responsables del daño que estamos sufriendo a nivel planetario. La mejor metáfora para entenderlo es aquel Titanic del cual habló el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz cuando quiso ilustrar el panorama de la Tierra, vista por él como una nave con varios niveles–con unos muy ricos y otros muy pobres, agobiados en el cuarto de máquinas–, donde, paradójicamente, la suerte ante el peligro de las aguas era (y es) la misma para todos.
Sobre equidad y responsabilidades comunes pero diferenciadas habló en la mañana de este sábado, en Dubái, el presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en su discurso pronunciado durante el evento de alto nivel sobre el Balance Global de la implementación del Acuerdo de París–evento desarrollado en el contexto de la 28va Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28).
En uno de los salones del Centro de Exposiciones de la Ciudad de Dubái, y en breves pero muy claras palabras durante una Mesa Redonda dedicada a la Evaluación de los medios de implementación, el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba expresó que “el Balance Global de la implementación del Acuerdo de París es un proceso de cardinal importancia, cuyo resultado debe conducir al fortalecimiento de la acción climática y de la cooperación internacional”.
En su entender, “esta COP28 se desarrolla en un contexto de crisis multidimensional, en el que las expectativas creadas con la adopción en 2015 de este histórico Acuerdo, no han sido cumplidas”.
“La razón principal radica en la actitud de los países desarrollados que pretenden trasladar la carga de sus incumplimientos a los países en desarrollo y borrar sus responsabilidades históricas en el deterioro del medio ambiente. Paralelamente, se resisten a comprometerse con la provisión de los medios de implementación necesarios para apoyar las acciones climáticas en las naciones del Sur”.
El presidente Díaz-Canel Bermúdez enunció que, “por solo citar un ejemplo, los países desarrollados han sido incapaces de cumplir con el magro compromiso de abonar los 100 mil millones de dólares anuales para apoyar la adaptación y la mitigación en los países en desarrollo, cuyas necesidades han ido en aumento, y hoy se estiman en el orden de los millones de millones anuales”.
“Este primer Balance Global –dijo el jefe de Estado– ofrece una oportunidad para reflexionar sobre los progresos y las fallas, e identificar oportunidades, desafíos y soluciones para impulsar avances en todas las áreas temáticas –mitigación, adaptación, medios de implementación y apoyo, y perdidas y daños”.
“El resultado de esta Evaluación debe ser balanceado, realista y aplicable, apuntando objetivamente al futuro que queremos alcanzar, pero al propio tiempo hacer un balance crítico acerca de cómo hemos llegado a la situación en que nos encontramos hoy”.
El dignatario de la Mayor de las Antillas afirmó que “especialmente contundente deberá ser el abordaje de la cuestión de los medios de implementación, cuyos resultados deben reconocer los incumplimientos de las responsabilidades de los países desarrollados, y asegurar compromisos ambiciosos en materia de finanzas, transferencia de tecnologías y desarrollo de capacidades para los países en desarrollo, incluyendo la voluntad de trabajar constructivamente por el logro de una nueva meta financiera a adoptarse en la COP29, que responda verdaderamente a las necesidades de las naciones del Sur”.
Hacia el final de su esclarecedora y contundente intervención, el mandatario afirmó: “Los objetivos que nos tracemos con este ejercicio tienen que tomar en cuenta las diferentes circunstancias nacionales, las necesidades del desarrollo y las prioridades económicas y sociales de los países en desarrollo. Es indispensable que toda la Evaluación se sustente en los principios de la Convención y su Acuerdo de París, en particular en la equidad y las responsabilidades comunes pero diferenciadas”.
“Aprovechemos este espacio para reconocer los desaciertos, rectificarlos, y alinear nuestros compromisos con la urgencia de la situación climática actual”.
Tomado de Cubadebate / Fotos: Alejandro Azcuy Domínguez.