Fidel Castro, los Derechos Humanos, y su virtud de viajar al futuro y volver
Por Susana Tesoro
Setenta y cinco años se cumplen este 10 de diciembre, de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por las Naciones Unidas. Cabría preguntar a la ONU dónde están los derechos de los miles de niños, mujeres, del pueblo palestino, asesinados, o los de tantos cubanos que hoy sufren la escasez de alimentos y medicinas a causa del bloqueo genocida de Estados Unidos.
Cuba, un país pequeño, de escasos recursos materiales, ha tenido a Fidel Castro como el mayor defensor de los derechos fundamentales del hombre en escenarios de casi todo el mundo.
Desde 1953, en su discurso de autodefensa en el juicio por los asaltos a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, Fidel Castro dejó clarísima su infatigable lucha por los Derechos Humanos.
La política a seguir en La Historia me absolverá, define los Derechos de los campesinos, de los negros, de las mujeres, de todos los cubanos a una existencia con plenas libertades que les habían sido negadas en una sociedad donde reinaba la Ley del Embudo: la copa holgada para los norteamericanos y sus secuaces adinerados, y lo estrecho para la mayoría del pueblo.
El primero de enero de 1959 se abrieron las puertas para los analfabetos, los campesinos sin tierra, los niños sin escuela, los enfermos sin atención médica.
Pero tres años después, los irreconciliables gobiernos de Estados Unidos comenzaron su escalada desde la agresión de Playa Girón, hasta sitiar, perseguir y frenar cualquier atisbo de desarrollo económico para Cuba.
El 3 de enero de 1961 el presidente de los Estados Unidos de América, Dwight D. Eisenhower, rompió relaciones diplomáticas con Cuba por diferencias políticas e ideológicas, y ordenó el cierre de la embajada estadounidense en La Habana. El 3 de febrero de 1962, el presidente demócrata John F. Kennedy ordenó de manera oficial el bloqueo económico y comercial a Cuba, que prevalece hasta hoy, ejerciendo brutal aislamiento de la isla, y generando severas violaciones a los derechos esenciales de la población en cuanto a alimentación, salud, y oportunidades para una vida digna.
Es lamentable la actitud de opositores difuminados por el mundo que, como plaga, han aprovechado cualquier grieta para atacar a Fidel Castro y al actual gobierno de Cuba tildándolos de violadores de los Derechos Humanos.
No vamos a centrarnos en la dificilísima situación en que vive el pueblo cubano hoy, porque todos sabemos cuál es la principal causa que no mencionaré. Pero si hacemos un balance rápido, veremos la trayectoria Fidel Castro, y su lucha porque la gente de pueblo, disfrutara, defendiera e hiciera valer sus derechos.
La figura de Fidel Castro no sólo fue un símbolo en Cuba sino también en el mundo, gracias a sus acciones en defensa del bienestar y la soberanía de la isla y sus habitantes. Pese a ser sometida al bloqueo férreo de los Estados Unidos de América, Cuba consiguió mantener su soberanía, y es indiscutible que Fidel y la Revolución Cubana se convirtieron en inspiración en el contexto latinoamericano del siglo XX. El desafió de Fidel Castro a la potencia más poderosa, convirtió a la Revolución en modelo de la resistencia latinoamericana como símbolo de justicia.
La mujer en Cuba en 1959 era un ama de casa silenciada. El campesino no era tomado en cuenta, era un esclavo rural que ni podía alzar la voz. El analfabetismo y la incultura reinaban en el archipiélago. Los negros apartados en asociaciones, espacios, a donde no iban los blancos.
El gobierno de Estados Unidos comete en su propio país: racismo, brutalidad policial, política represiva contra los migrantes, represión de todo tipo, ejecuciones extrajudiciales y el uso de la tortura. Pero la ONU no se pronuncia.
La cárcel de Guantánamo, ubicada en un espacio del territorio cubano ocupado ilegalmente, ha sido denunciada ante todo el mundo como un ejemplo de violación de los Derechos Humanos, y la maniatada ONU, nada hace para eliminar semejante atropello.
Esa organización, madre de la cacareada Carta de Derechos Humanos, olvida que Fidel Castro fue el artífice de la Campaña de alfabetización de 1961, el rediseño del sistema de educación para mejorar los niveles de educación entre gran parte de la población cubana que era analfabeta en 1959, llevando a Cuba al primer lugar en Latinoamérica en alfabetización. Más adelante, brigadas de maestros cubanos alfabetizaron a miles de iletrados en América Latina, acercando la enseñanza a lenguas indígenas como el Aimara.
Desde otro ángulo, está la prestación de asistencia médica cubana a América Latina y otros países. El gran número de personal médico altamente capacitado desplazado a diversos países, asi como la creación en Cuba de la Escuela Latinoamericana de Medicina que ha formado y forma médicos para los pobres.
La participación de galenos cubanos apopyando a diversos países durante la pandemia de COVID-19, hizo que voces de todo el mundo reclamaran la nominación de la Brigada Médica Internacional Henry Reeve para el Premio Nobel de la Paz 2021.
El fruto de los éxitos de las vacunas cubanas contra el COVID-19, y el cáncer, más otras decenas de nuevos medicamentos, ha fructificado gracias a la semilla depositada por Fidel Castro.
Fidel fue un obstinado defensor del multilateralismo, un constante acusador de las políticas desiguales que provocan hambre y miseria en el planeta, y un defensor de la lucha contra el cambio climático. Fidel Castro se enfrentó a una guerra económica por más medio siglo contra 12 administraciones estadounidenses, defendiendo el derecho de Cuba a su soberanía y autodeterminación, rechazando el bloqueo económico, comercial y financiero.
Según aseveró el expresidente argelino Abdelaziz Bouteflika: Fidel Castro tenía “la rara virtud de viajar al futuro, para luego regresar a contarlo”.
Es ampliamente conocido que fue visionario por naturaleza, esquivó complicados obstáculos, enfrentó retos y errores, apuntó hacia los problemas más sagaces del mundo contemporáneo y profetizó las consecuencias de un mundo globalizado y neoliberal. Fidel en 2014, en una de sus Reflexiones, mencionaba el holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial, el dolor, la discriminación, la barbarie sufrida por el pueblo hebreo víctima del nazismo alemán, del fascismo en Europa, y señalaba que no existía nada más parecido que lo que sufría el pueblo palestino por las políticas criminales del imperialismo estadounidense y las potencias de Europa occidental en apoyo al Estado colonialista, racista, sionista de Israel.
Cuando Fidel firmó su apoyo a Palestina en aquel llamamiento de 2014 lo hizo con los profundos sentimientos solidarios que le acompañaron durante toda su existencia.
Y aunque Fidel entonces denunciaba la “bochornosa y criminal guerra de la Franja de Gaza, un pedazo de tierra donde vive la población de lo que ha quedado de Palestina independiente, hasta hace apenas medio siglo” vislumbraba lo que vendría.
Resulta verdaderamente atroz ver cómo ha pasado casi un siglo de aquellos días en que el mundo esperanzado, supo de la existencia de la Declaración de Derechos Humanos y se sintió protegido. Pero Fidel Castro fue al futuro y vio el horror que estamos viviendo hoy.
El 26 de septiembre de 1960, en su discurso ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, Fidel afirmaba que los enemigos del desarme y la paz eran: “los que quieren mantener las colonias, los que quieren mantener sus monopolios, los que quieren conservar en sus manos el petróleo de Medio Oriente, los recursos naturales de América Latina, de Asia, de África; y que para defenderlos necesitan la fuerza …, son como los cuervos, sentenció, los monopolios se nutren de los cadáveres que nos traen las guerras”
Tomado de Cubadebate/ Foto de portada: Sitio Fidel Soldado de las Ideas